Martí Cormand, la lentitud de la incertidumbre
Martí Cormand. Drawings
16 enero, 2015 01:00Una de las obras de Martí Cormand en la galería CasadoSantapau, Madrid
Dos galerías madrileñas, Cayón y Casado Santapau, aúnan esfuerzos para la presentación en Madrid de Martí Cormand (Barcelona, 1971), un artista que mostró su obra en España entre 1998 y 2001 (en Valencia y Barcelona) y que un año más tarde se trasladó a Nueva York, donde vive y trabaja desde entonces. Es uno de los tres únicos españoles de su generación representado en el MoMA, junto a Esther Partegás y Teresa Moro. Aplaudimos, pues, esta exposición conjunta, que aúna a galería con más de una década, Cayón, que desde 2011 ha mejorado y consolidado un programa, y otra más joven, nacida en 2007, CasadoSantapau, que va conjugando nombres muy sugerentes en líneas más abiertas.Ambas presentan obras de la última y prolija serie realizada desde 2013 por Cormand, que lleva por título Formalizando el concepto y que cabe describir como la "copia" en dibujos a lápiz y a escala 1:1, es decir al tamaño exacto del original, de obras de artistas próximos al arte conceptual, que han quedado en la Historia del arte como emblemáticas del movimiento en los años 60 y 70 del siglo XX. En la selección que hace el artista priman nombres como Joseph Kosuth, Cildo Meireles, Sherrie Levine o Marcel Broodthaers; también señala otros de manera numerosa (Luis Camnitzer, Liliana Porter), y cita a otros, cuya enumeración no deja de ser significativa: Yoko Ono, Henry Flynt, Horacio Zabala, Lawrence Weiner, Eleanor Antin, Alighiero e Boetti, Anthony Caro y Waltercio Caldas.
Una de las obras en la galería Cayón
En ese sentido, resulta relevante que haga series interiores a las series, en las que parece que la obra de Kosuth, Levine o Meireles emerge desde la inexistencia a su materialidad como un mágico efecto propiedad del dibujo, como la confrontación que ha hecho en Cayón, en su espacio de Orfila, entre el One and Three Triangles de Kosuth y la versión de Cormand. Inevitablemente, chispea ante los ojos la presencia del original, como si de golpe cargase por efecto de la historia con aquello que se quería desprender, a la vez que la copia se alza "distinta" y adquiere significado propio no sólo como objeto, también como referencia.