Exposiciones

El mundo de Giorgio De Chirico. Obras destacadas

14 julio, 2017 02:00

Las comisarias Mariastella Margozzi y Katherine Robinson comentan lo mejor de la exposición El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad que se podrá ver en CaixForum Barcelona a partir del 19 de julio.

Retrato de la señora L. Gartzen, 1913

Un espléndido ejemplo de los inicios del periodo de retratos metafísicos, con la figura situada junto a una ventana, como ocurre en los retratos clásicos. El luminoso cielo azul verdoso es similar al de sus famosos cuadros de plazas italianas.




La esposa fiel, 1927

Es uno de los tres dibujos en la muestra que documentan la invención del tema de los interiores metafísicos. Se trata de una habitación con una perspectiva prolongada en la que el maniquí -parte humano, parte abstracto- mira hacia una ventana abierta a través de la que se ve un paisaje urbano con chimeneas.



Los arqueólogos, 1927

En esta pintura aparece por primera vez el tema de los arqueólogos: dos maniquíes sentados con ruinas antiguas y elementos naturales que salen de sus cuerpos. Pensativos, ambos reflejan el pathos de la existencia y los vestigios de la civilización.




El invitado misterioso, 1934

Los baños misteriosos son uno de sus temas más enigmáticos. Ilustró la Mitología (1934) de Jean Cocteau con escenas de bañistas y figuras vestidas, en cabinas o piscinas. Con estos "espacios de luz" fijó las bases de una nueva realidad.




Autorretrato con traje negro, ca. 1948-1954

Retratándose a sí mismo de época, posando como un actor de teatro vestido con un traje de noble del siglo XVII, De Chirico pone de manifiesto dos de sus conceptos fundamentales. La ambigüedad de la escena es la esencia de esta representación.




Plaza de Italia con fuente, ca 1968

Es su tema más conocido. Las arcadas prolongan la perspectiva y enmarcan el espacio. El único movimiento que se percibe es el agua de la fuente y el tren del fondo.




Sol sobre caballete, 1973

En esta escena teatral aparecen juntos el interior y el exterior, la ficción y la realidad. El sol, luminoso, se encuentra en el interior de una habitación apoyado sobre un caballete. Una cuerda lo une a su sombra: un sol "apagado" que se mete en el horizonte de un paisaje con templos en ruinas, como la memoria de una antigüedad perdida.



Visión metafísica de Nueva York, 1975

El universo de De Chirico parte de sus ideas y de sus recuerdos. Dentro de esta caja espacial encontramos elementos de su repertorio metafísico: instrumentos geométricos y estructuras arquitectónicas, símbolos teatrales y musicales. Más allá se encuentra el moderno y metafísico skyline de Nueva York.



Las sibilas, 1970

Las sibilas, legendarias profetisas, actúan como nexo de unión entre su etapa de retratos clásicos y su arte metafísico. Representadas en un estilo naturalista, las dos figuras desprenden un aire de fantasía fruto de sus exagerados peinados y las ondas de sus paños cayendo sobre el suelo.



Edipo y la esfinge, 1968

Edipo -aquí mitad hombre, mitad maniquí- y la esfinge simbolizan el eterno enigma de la humanidad. De Chirico representa el tema en esta pintura metafísica con colores brillantes y un irónico gesto de la figura principal.