Image: Enrico Castellani, música para los ojos

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Exposiciones

Enrico Castellani, música para los ojos

Enrico Castellani, Carte a rilievo

25 mayo, 2018 02:00

Spartito, 1969 - 2004

Glería Cayón. Blanca de Navarra, 7 y 9. Madrid. Comisario: Bruno Corà. Hasta el 30 de junio. De 42.000 a 128.000 €

Dicen que Enrico Castellani (Rovigo, 1930 - Viterbo, 2017) era un hombre silencioso y su obra es buena prueba de ello. Pertenece a la generación de artistas italianos que tras la Segunda Guerra Mundial quisieron ir más allá de la pintura y crear un arte formal que fuera independiente del contenido. En 1959 fundó junto a Piero Manzoni la revista Azimuth y la galería Azimut, en la que hizo su primera exposición individual y por la que pasaron artistas como Yves Klein o Lucio Fontana en sus escasos diez meses de vida. De ese mismo año data Superficie nera in rilievo, pieza fundamental en su experimentación con el relieve -elemento central de su trabajo- que realizó apoyando el lienzo sobre hileras de avellanas, incrustando sus perfiles en la superficie de la tela. Formado en escultura, pintura y arquitectura, su investigación fue in crescendo y llegó a doblar los bastidores para instalarlos en esquinas y a crear retículas con clavos que perforaban los cuadros.

En 2013, la galería Cayón le dedicaba su primera exposición individual en España. Un despliegue de pinturas monocromas blancas, rojas, azules y plata. Bruno Corà, su comisario, apuntaba entonces en el texto del catálogo que era la primera oportunidad de ver el conjunto de su trabajo en nuestro país. Hasta ese momento sólo se había incluido en dos muestras colectivas en el Museo Reina Sofía -La otra escultura. Treinta años de escultura italiana y Memoria del futuro. Arte italiano desde las vanguardias a la posguerra, ambas de 1990-, y hacía ya tiempo de eso. Mientras que fuera de nuestras fronteras ya en los años sesenta participaba en las grandes citas internacionales, Bienal de Venecia, São Paulo y Documenta de Kassel.

El hilo conductor de esta nueva muestra es el material: todas las piezas están realizadas en papel, entre 1964 y 2004. Manda aquí lo monocromo, la paleta de blancos y ocres propios de la celulosa, y un ambiente de quietud. En las superficies de las primeras catorce obras, algunas de ellas préstamos privados que no están a la venta, las formas cóncavas y convexas consiguen estirar la superficie como si se tratara de una membrana. Castellani construye diferentes figuras, vibrantes líneas diagonales, parejas de positivo y negativo, y cuadrados perfectos con los que crea claroscuros. Y todo ello sin pintura.

Pero Carte a rilievo son también dos obras situadas en espacios independientes. La primera de ellas, la única pintura, azul, es el nexo con su primera exposición en esta galería. Mientras que la segunda, Spartito (1969-2004), una escultura hecha a partir de la superposición de cientos de papeles que crean una forma ondulante, sintetiza muy bien las sensaciones que provocan todas estas piezas juntas. Spartito, significa división (la de las marcas que dejan los distintos papeles en el canto de la pieza) pero también partitura musical. Y de esto último tiene mucho esta propuesta, en la que sólo con papeles monocromos, y prácticamente nada de pintura, hay fuerza y hay movimiento. Porque las notas musicales son aquí muy sutiles y sólo viéndolas todas juntas, y en directo -difícilmente a través de fotografía- surge la melodía.

@LuisaEspino4