Durante un traslado una pintura cayó del vehículo en el que estaba siendo transportada y el camión que venía por detrás no pudo parar a tiempo. El lienzo sufrió, como cabía esperar, algunos desperfectos. Sin embargo, lejos de enfadarse Michael Armitage (Kenia, 1984) consideró que tras ese pequeño percance el lienzo, ahora sí, estaba finalizado. “El accidente juega un papel muy importante en la obra de Armitage”, admite Hans Ulrich Obrist, comisario de la primera exposición que se le dedica al artista en España y que se puede ver en la sala de la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hasta el 1 de marzo.
Para Juan Bordes, director de la institución, el keniata es “un artista joven pero poderoso que amplía el mensaje de Goya con fuerza pero sin nostalgia”. Esa es, de hecho, una de las líneas que persigue la academia: “mostrar la evolución del mensaje de Goya”. En este caso en concreto, la muestra de Armitage reúne cinco pinturas y 14 dibujos que siguen la línea de los Caprichos y los Desastres de la guerra con los que dialoga en las salas.
Detrás de esta muestra está la Fundación Sandretto Re Rebaudengo, cuya presidenta, Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, ha indicado que “Armitage estudió el arte de Goya, una de las principales inspiraciones de su pintura”. A la coleccionista la obra del artista africano le gusta especialmente, como demuestra que en 2019 su obra se pudiera ver en la sede de su fundación en Turín. “Mi interés por su trabajo ha crecido a lo largo del tiempo”, admite.
Hans Ulrich Obrist cuenta que visitó el taller de Armitage en varias ocasiones y no fue hasta pasado un tiempo cuando le enseñó los dibujos: “al principio solo veíamos sus pinturas pero después me enseñó un pequeño taller repleto de obra sobre papel”, recuerda. En ese momento el comisario creyó que estos debían estar en la muestra. “Aunque trabajan con dos siglos de diferencia, comparten minuciosas observaciones de sus respectivas épocas. Tanto en la obra de Goya como en la de Armitage, hay un interés particular en lo que se refiere al individuo en el contexto sociopolítico”, añade Obrist.
Recuerdos de Kenia
Los lienzos de Armitage son de tela de corteza de Lubugo tradicional de Uganda que se golpea, lo que produce una serie de hendiduras y agujeros que el artista aprovecha para desestabilizar los temas que aborda. Así, sus obras tejen múltiples narrativas que se extraen de los medios de comunicación históricos y actuales y en ellos vuelca sus recuerdos de Kenia o pasajes de la mitología, tema que le interesa particularmente. En el corazón de su obra se encuentra la iconografía visual de África Oriental con su paisaje urbano y rural, su arquitectura, su vegetación y sus gentes. Para Obrist “su pintura conecta con la historia para trascenderla”.
El pintor, que vive entre Londres y Nairobi, otorga una especial importancia a los dibujos. “No son estudios para otras pinturas sino trabajos en sí mismos y esto nos lleva a Goya”, sostiene Hans Ulrich Obrist. De modo que ambos artistas quedan conectados a través de lo onírico, lo ambiguo y lo sobrenatural.
Tal y como apunta Obrist, el análisis del comportamiento de las masas, presente en Goya, se extiende también al trabajo de Armitage. En palabras del propio artista: “supongo que una multitud sin dirección está buscando problemas. Algo que está unificado es increíblemente poderoso y anula de alguna forma las personalidades de los individuos que ahí se encuentran”.
Además de los 14 dibujos y 5 pinturas la muestra se completa con Xala, una película del cineasta senegalés Ousmane Sembène, y del documental Sembène: The Making of African Cinema, de Manthia Diawara.