Homenaje a Alta
[caption id="attachment_760" width="150"] Cines Renoir Cuatro Caminos[/caption]
Ya está, ya es un hecho. Lo que parecía que nunca iba a suceder, ha sucedido. Y estoy seguro de que muchos cinéfilos sienten lo mismo. A partir de la semana que viene, los Renoir Cuatro Caminos exhibirán durante una semana algunos grandes clásicos de la distribuidora, la lista es apabullante: The Artist, La vida de los otros, Hierro 3, Las tortugas también vuelan, Un profeta... casi se diría que el cine europeo entero, el mismo que a veces parece a punto de desaparecer, está allí. Con Alta se va uno de los motores culturales más dinámicos y cruciales de la democracia en España. Somos todos un poco más pobres, quizá seremos también un poco más ignorantes. Las oficinas están cerradas, la gente en la calle. Parece que salvo milagro, no hay vuelta atrás. Ese ciclo suena a liquidación de existencias.
No quiero ponerme demasiado sentimental pero sí quiero hacer un homenaje a una empresa que para mí ha sido más que una empresa. Y no me refiero solo a las películas. Cuando llegué a Madrid, hace doce años, no conocía a nadie y a pesar de la fama de simpáticos y expansivos de los madrileños me costó un tiempo adaptarme y encontrar mi sitio. Quizá soy yo que soy muy raro. Sin embargo, desde el principio, hubo un lugar en el que siempre me hicieron sentir como en casa, como una persona especial, y fue en Alta, en sus oficinas de la Cuesta de San Vicente en la que ya no queda casi nada.
Por algún motivo, en Alta siempre han tenido la virtud de contratar a las encargadas de prensa más simpáticas y cariñosas. No es que los otros no, pero es que en Alta nunca fallaban. Y a lo largo de toda la década hice grandes amigas que además han escrito, sin la notoriedad de las estrellas ni tan poco el pequeño brillo público que también nos llevamos los periodistas, una parte de la historia del cine de nuestro país defendiendo con pasión películas muchas veces muy complicadas de entrada que en algunos casos triunfaron contra viento y marea: Carmen Jiménez, Mónica Hidalgo, Jennifer Lepoutre, Nuria Díaz, Verónica Lara, Marta Simón, Nadia López y Miriam Hernández, os quiero.
Después conocí a Enrique González Kuhn, el jefazo, y descubrí a una de las personas más brillantes y dinámicas de esta industria a la que no sé cuánto queda como industria. Incluso llegué a comprender por qué González Macho a veces era la persona más cariñosa del mundo y a veces parecía abstraído. Alta Films no solo era el lugar por antonomasia del buen cine, también un sitio en el que siempre me sentí apoyado e incluso mimado. Por todo ello, muchas gracias y hasta siempre.