El COVID 19 ha cambiado la realidad de todos, obligándonos a permanecer en casa y pensar en las diferentes formas en las que podemos pasar las horas interminables hasta que se levante el confinamiento. Pero los incipientes planes de desescalada que se han anunciado revelan que nada va a ser como antes, no al menos en el corto o medio plazo, y que, aunque podamos empezar a salir de manera controlada, tenemos que acostumbrarnos a pasar más tiempo dentro de nuestras hogares de lo que estábamos acostumbrados. Los videojuegos están llamados a ocupar un papel fundamental en los próximos meses para hacernos la situación un poco más liviana. Los índices de ventas se han disparado en todos los territorios, y aunque todavía es pronto para asegurarlo sin tapujos, lo más probable es que los procesos de producción se hayan visto afectados. Casi todos los estudios han pasado a una modalidad de teletrabajo, pero a pesar de todos los esfuerzos por parte de los desarrolladores los retrasos son inevitables. Sin embargo, ahora que la generación termina, es un buen momento para echar la mirada atrás y traer a colación algunos de los grandes juegos que ha alumbrado:

The Witcher 3 Wild Hunt

La serie de Netflix y su presencia en el servicio Xbox Game Pass ha vuelto a poner de moda un juego que está ya a punto de cumplir 5 años. La obra cumbre de la industria polaca es uno de los proyectos narrativos más ambiciosos de la historia. Junto a sus magníficas expansiones, Hearts of Stone y Blood & Wine, el juego alcanza fácilmente las 150 horas, una mastodóntica extensión que no hace mella en la altísima calidad de todo el proyecto. Basado en la saga de libros de Andrezj Sapkowski, The Witcher 3 nos sumerge en los Reinos del Norte ante el asalto del imperio de Niflgaard, con un protagonista forzado a navegar entre políticos sibilinos y monstruos de tradición eslava en una búsqueda muy personal, la de su hija adoptiva. Un mundo gigantesco, de una bellaza incuestionable, con miles de líneas de un diálogo cargado de fina ironía y decenas de pequeñas historias que componen un tapiz vibrante. No hay nada mejor en el rol occidental.

Bloodborne

La obra cumbre de Hidetaka Miyazaki también acaba de cumplir 5 años. Después de probar las mieles del éxito con Dark Souls, el japonés se embarcó en un proyecto firmemente enraizado en la literatura de terror. Lo que empieza como una oda a las obras góticas de Poe, Bram Stoker o Mary Shelley se transforma en su segunda mitad en un homenaje a Lovecraft y sus dioses exteriores. Yharnam es una ciudad recreada a partir de la arquitectura de Praga y los castillos rumanos, una urbe tenebrista aquejada por una maldición que convierte a sus habitantes en bestias. El juego ofrece una experiencia visceral y una narrativa críptica pero fascinante, con un diseño artístico que aporta a la ciudad una identidad propia. También cuenta con una expansión, The Old Hunters, que resulta imprescindible.

The Last of Us

Con la secuela a la vuelta de la esquina (si no hay más retrasos) y el anuncio de la serie que prepara Craig Mazin para la HBO, es un buen momento para volver a visitar este juego de 2013, que obtuvo una remasterización el año siguiente. La odisea de Joel y Ellie a través de unos Estados Unidos devastados por un hongo con muy malas pulgas tiene mucho del Cormac McCarthy de La Carretera, pero gracias a las fantásticas interpretaciones de la dupla protagonista y un final valiente y repleto de matices consigue hacerse valer por sus propios méritos. Es un juego que logra transmitir la desesperada lucha por la supervivencia y el dolor de sus personajes. Huelga decir que la secuencia inicial es sobrecogedora.

The Legend of Zelda Breath of the Wild

Probablemente el juego más desenfadado de esta lista, pero un hito en la historia del diseño de videojuegos. Zelda es una de las sagas estrella de Nintendo y el año que viene cumplirá la friolera de 35 años, pero está de más actualidad que nunca por el incontestable éxito que consiguió con su última entrega, el buque insignia de Switch. El mundo de Hyrule es un gran laboratorio con el que experimentar con las expansivas mecánicas. En el eje de todo está la creatividad del jugador, una libertad sin parangón para explorar y superar los desafíos que se presentan.  

Nier Automata

Yoko Taro es uno de los creativos más excéntricos de la industria, y bajo la superficie de sus fetichismos desconcertantes se esconde una mente privilegiada capaz de utilizar el medio para transmitir complejos conceptos filosóficos. Desde el punto de vista jugable es una absoluta locura postmoderna, dando saltos entre géneros sin rubor alguno. La premisa narrativa parte de una guerra subsidiaria entre máquinas creadas por alienígenas y androides de fabricación humana sobre las ruinas de un mundo reclamado por la naturaleza. Pero aquí nada es lo que parece, y cuando los créditos aparecen en pantalla solo indican que la capa más superficial de la historia ha sido superada. 

Final Fantasy XIV

Un juego de rol online con el que poder socializar con miles de jugadores en el entorno virtual. Pero lo que diferencia a Final Fantasy XIV de otros de su género es su sorprendente foco en el aspecto narrativo, con la trama más trabajada de toda la saga. La campaña del juego base es un poco rocosa, pero Naoki Yoshida, director y productor del juego ya ha anunciado que en un parche que llegará en las próximas semanas se van a efectuar cambios para aligerar el ritmo y facilitar el paso a sus maravillosas expansiones. Heavensward y Shadowbringers, la primera y la tercera respectivamente, son especialmente memorables, con un reparto de cientos de personajes y unos dilemas morales de altura que se miran en el espejo del Shakespeare más dramático. 

Journey

El juego más corto de esta lista, pero también el más importante. PlayStation lo incluyó como parte de su iniciativa solidaria #PlayAtHome, y está disponible de forma gratuita en su tienda digital. La obra de Jenova Chen es un juego inmortal, y lo más parecido que tiene el medio a un gran hito universal cuya experiencia es tan imprescindible como el Quijote para la literatura o Ciudadano Kane para el cine. Más allá de su apabullante belleza formal, Journey establece una conexión emocional pura con el jugador que le llevará inevitablemente a reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida y el universo. Ahí es nada.

@borjavserrano