En la ciudad de Calypso, Colorado, se preparan para conmemorar el vigésimo aniversario del lanzamiento de Pines, el seminal álbum de la leyenda del folk Johnson Vendetti. Su sobrino Francis carga con las esperanzas de todo el mundo de que consiga sucederle con una carrera musical a la altura. Aquejado por las dudas sobre su propia identidad como artista, la noche anterior al festival, recibe la visita de Lightman, un prodigioso guitarrista de rock que lo recluta como telonero para su gran concierto en el Pulmón Cósmico, una embarcación espacial que surca el firmamento entre nébulas, tormentas solares y gigantes gaseosos. Comienza así un viaje surrealista por los parajes más espectaculares de la galaxia para dar a luz al personaje sobre el escenario que consiga escapar de la alargada sombra de su tío, abandonando la temática folk por el colorido mundo del rock psicodélico.
El estudio australiano Beethoven & Dinosaur está capitaneado por Johnny “Galvatron”, guitarrista y uno de los fundadores del grupo de rock “The Galvatrons”, que ha hecho sus pinitos por la escena australiana. El viaje que propone con el juego es uno similar al que David Bowie realizó para descubrir a Ziggy Stardust y reinventarse por completo ante el mundo. La vocación musical del juego se percibe en cada frame de una animación expansiva, sugerente, totalmente entregada a la imaginería de los setenta y principios de los ochenta, de bandas como Pink Floyd o Hawkwind. La historia tiene una tendencia a perderse en su propia abstracción surrealista, más concernida con provocar emociones con sus imágenes y sus sonidos que en mantener una trama elaborada o una coherencia narrativa. El plantel de personajes alienígenas con los que Francis va topándose en su aventura le colocan en situaciones absurdas, intercambiando diálogos que fluyen con una frescura poética. The Artful Escape se juega como un juego de plataformas en dos dimensiones donde en momentos puntuales hay que seguir unos patrones musicales apretando botones según las indicaciones de la pantalla. No hay ningún tipo de desafío o profundidad mecánica. Es una experiencia completamente volcada en presentar una faceta audiovisual evocadora que ejerza de inspiración tanto al protagonista como al jugador al otro de la pantalla.
El título de Beethoven & Dinosaur es otra adición de calidad al fascinante catálogo de Annapurna Interactive. Los contactos en la industria del cine de la editora han facilitado de nuevo un reparto estelar, con papeles para Lena Headey, Mark Strong o Cark Weathers, muy conocido por su interpretación de Apollo Creed en las primeras cuatro películas de Rocky. Su personaje de Lightman parece la semblanza de un Jimmy Hendrix que hubiera escapado a su destino fatal pasando décadas batallando contra genios musicales alienígenas en los escenarios más candentes del universo. Toda la obra tiene un regusto de melancolía en su propuesta liberadora. Francis abandona el comedido mundo del folk por la explosiva teatralidad del rock, pero sus inseguridades, el peso de las expectativas y el legado familiar siguen infiltrándose en su carácter. A pesar de su corta duración, el juego puede llegar a hacerse largo por la falta de progresión mecánica de ningún tipo. El título es una procesión de secuencias muy conseguidas en lo audiovisual que sin embargo siguen un esquema idéntico, sin apenas variaciones. Es una propuesta que maravilla y apabulla en los primeros compases, pero a la que le faltan argumentos para mantener el interés en la sección intermedia, con un pequeño crescendo hacia el final que aporta algo de tensión dramática. No es un juego para todo el mundo, pero el que esté en el catálogo de Xbox Game Pass invita a todo el mundo a darle una oportunidad para ver si pueden entrar en el viaje que propone.