Durante los últimos treinta años, de manera muy especial, las principales voces de la literatura de la esfera anglosajona han buscado arrojar luz sobre la experiencia inmigrante. Zadie Smith, Jhumpa Lahiri, Bernardine Evaristo… Hijas de inmigrantes, atrapadas entre dos mundos en constante tensión, con un universo interior tan rico que ha conseguido encandilar a miles de lectores alrededor del mundo precisamente ahondando en las especifidades culturales que les eran propias.
Venba viene a hacer lo propio en el mundo de los videojuegos, vehiculando sus pertinentes apreciaciones a través de la comida, poniendo el foco sobre la cultura gastronómica y musical tamil para narrar unas experiencias profundamente humanas de alcance universal.
A finales de los ochenta, Venba y Paavalan son dos jóvenes del sur de la India que se han visto obligados a emigrar a Canadá para poder estar juntos. Con muchas dificultades para expresarse en inglés, sus posibilidades de encontrar un trabajo y medrar en una sociedad inhóspita son muy remotas, pero cuando el médico les confirma que están esperando un hijo, rechazan la tentación de intentar volver a su país natal y doblan sus esfuerzos para hacerse un hueco en el de acogida.
En los años sucesivos, Kavin crece como un niño completamente integrado, suscitando en Venba el temor de que pierda la misma noción de sus orígenes, por lo que, para reafirmar su identidad, hace uso del viejo libro de recetas de su madre.
Cocinar no es para nada una actividad novedosa en el medio, pero la manera en que Venba lo integra en el juego sí tiene interés. El libro de recetas no está muy bien conservado y algunos de los pasos están tachados u oscurecidos, por lo los platos se convierten en interesantes puzles para realizarlos correctamente.
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Aun así, son procesos bastante sencillos que pueden sacarse adelante atendiendo bien a las indicaciones y donde puede ser útil un mínimo de intuición gastronómical. El gran acierto del juego es no quedarse allí e ir más allá con sus ambiciones narrativas, cubriendo momentos muy concretos y significativos en la vida de la familia a lo largo de las décadas.
Venba es extraordinariamente perspicaz en sus apreciaciones, ofreciendo una perspectiva muy verosímil sobre lo que significa crecer entre dos mundos tan dispares, tan contradictorios en tantos aspectos, y la presión para definir una identidad en fricción constante. Los diálogos parecen haber sido destilados para obtener las esencias más elementales. Ahbi, director creativo del juego, habla con conocimiento de causa, aunque haya asegurado en entrevistas que el título no es completamente autobiográfico.
A pesar de optar por un camino más sutil a la hora de representarlos, los temas que aborda no podrían ser más claros ni más contundentes: la brutal soledad de una pareja inmigrante a finales de los 80 fuera de las grandes urbes, la injusticia social inherente al sistema de castas, el chantaje silencioso que imponen los roles de género, el amplio espectro que cubren las diferentes formas de racismo (desde las más encubiertas que conducen al abuso de los derechos laborales hasta a las más explícitas que conllevan violencia física), el deseo infantil de borrar toda singularidad para diluirse en la masa dominante o las enormes barreras psicológicas que surgen entre inmigrantes de primera y segunda generación, entre muchos otros.
['Viewfinder', un brillante videojuego de puzles que hace malabares con la perspectiva]
Venba es un juego de humildes pretensiones, pero cuya importancia en el medio no puede ser menospreciada. Es la constatación de la profunda maleabilidad que esconden los videojuegos, de cómo pueden albergar todo tipo de narrativas, incluso las que parecen propias de la expresión más puramente literaria, y de cómo pueden diferenciarse a su vez con la compenetración de unas mecánicas que elevan el mensaje que buscan transmitir.
Va más allá de una celebración de la cultura tamil, de su gastronomía como forma de conectar las diferentes generaciones (el libro de recetas como hilo conductor entre Venba, su madre y su hijo) y de estereotipos agotados al respecto de la experiencia inmigrante, diferenciándose al elegir para el papel protagonista a la madre en vez de al hijo, pero admitiendo como válidas en última instancia todas las consideraciones y dificultades inherentes de la progenie. Excelente se mire por donde mire.