El colectivo de creación dramática Draft Inn ha conseguido el apoyo del programa EEE Grants y Norway Grants a un proyecto que hermanará el teatro de dos autores contemporáneos noruegos con españoles y que permitirá su traducción y representación (en semimontados) en los dos países. De esta manera, podremos conocer el teatro de Jon Fosse, aspirante este año al Nobel y del que solo se ha visto en España Yo soy el viento (en producción invitada, dirigida por Chéreau), y de la narradora, poeta y dramaturga Marit Tusvik. Los autores españoles que se representarán en Oslo son José Manuel Mora (Mi alma en otra parte) y Ana Fernández Valbuena (Mery Monarca).
España recibirá este año 500.000 euros de las EEE Grants para impulsar ocho proyectos culturales. Junto al de Draft Inn (agraciado con 45.000 euros) figuran, por ejemplo, el impulsado por los herederos de la sala La escalera de Jacob, para organizar un Festival de Flamenco y Jazz que reunirá a músicos noruegos y españoles. En todos los casos, el programa ha exigido a sus aspirantes que presentaran proyectos con un socio acompañante del país con el que van a trabajar y, lo que para mí resulta más sintomático, muestra en ambos casos la forma de operar de nuestros artistas para llegar a escenarios internacionales.
Contemporary Theater Speaking (CTS, título del proyecto De Draft Inn, se va a desarrollar con Dramatikkens Hus de Oslo (La casa del dramaturgo). Y conjuga no sólo la traducción de las obras al sueco y al español, también su publicación por la editorial Teatro del Astillero y la filmación de dos documentales en Oslo para su exhibición en la web del Centro de Documentación Teatral. El Teatro Español de Madrid acogerá la representación de las obras noruegas, además de un encuentro de Marit Tusvik con dramaturgos españoles.
Dice José Manuel Mora, autor y director de Draft Inn, “que parece que la época en la que podíamos formarnos en el extranjero e, incluso, producir espectáculos u otro tipo de obras gracias a las becas y ayudas se ha acabado. Ese escenario ha caído en picado y la posibilidad de seguir con proyectos internacionales pasa por contar con instituciones privadas”.
[caption id="" width="450"] Escena de 'Mi Alma en Otra Parte'[/caption]
Es cierto que las ayudas a los artistas se han reducido, pero creo que, salvo en Estados Unidos, la mayoría de los organismos que siguen financiando las Artes en Europa son de carácter público o gubernamental. Un ejemplo son precisamente las EEE Grants: un mecanismo financiado por tres países (Noruega, Liechtenstein e Islandia) de los cuatro que forman la Asociación Europea de Libre Comercio (faltaría Suiza), por el cual sus gobiernos (principalmente Noruega, que aporta el 97%) destinan 1788 millones de euros para proyectos europeos que contribuyan al diálogo cultural y social y que se desarrollen entre 2009 y 2014. No corran a probar suerte, la convocatoria se cerró hace tiempo y, como expresó la representante de la embajada noruega en España, “probablemente será difícil que estas becas vuelvan a convocarse”.
En España las entidades privadas que apoyan la investigación artística y cultural es testimonial, a la espera de que llegue la famosa Ley de mecenazgo y mejore la situación. Hay fundaciones y bancos que desarrollan una labor estimable en este campo, pero la mayoría de las ayudas sigue procediendo de los organismos públicos, aunque las comunidades autónomas y los ayuntamientos han abandonado este frente. Algunas pistas: a partir del 10 de diciembre se publicarán las primeras convocatorias del Programa Europa Creativa. La oficina de Acción Cultural en el Exterior (ACE) dispone del programa PICE, que ofrece bolsas a la movilidad de artistas, así como de otros programas en colaboración con organismos internacionales. Iberescena, que no dispone de muchos fondos (apenas unos 150.000 euros al año), está dirigido a promover la dramaturgia contemporánea entre artistas iberoamericanos. Y es recomendable investigar por las embajadas de los países más poderosos, que suelen ofrecer becas y ayudas a los artistas (no siempre, claro) y tienen también información de fundaciones y organismos que becan residencias y trabajos.
La financiación de la cultura está transformando a los bohemios artistas en avezados cazasubvenciones y hábiles burócratas capaces de manejar decretos y resoluciones para poder llevar a cabo su obra. Nada de extraño tiene pues que una de las nuevas profesiones que están surgiendo es la de 'buscadores' de financiación para proyectos culturales, gestores que conocen bien los itinerarios que hay que seguir para alcanzar las ansiadas ayudas.