[caption id="attachment_499" width="510"] José María Rodero en el papel de Calígula[/caption]

La agencia Efe de noticias, para celebrar sus 75 años de historia, inauguró hace unos meses una exposición en La Casa del Lector para la que rescató algunas de las mejores instantáneas que integran su monumental archivo gráfico. Hoy la muestra ha experimentado un añadido: una exposición temática dedicada al Festival de Mérida que recorre su historia.

Con esta pequeña exhibición se pretende recordar también el 60 aniversario del Festival, que principia su andadura en 1933, como da fe la fotografía en la que aparece Unamuno con Margarita Xirgu, Enrique Borrás y su compañía tras la representación de Medea en las ruinas del teatro. Aquello fue un acto aislado, pero tras él la compañía se propuso actuar allí cada año. Conseguió una subvención del gobierno republicano y volvió al año siguiente con la idea de darle una dimensión de festival: Hicieron dos espectáculos, Medea y Electra, e incluyeron un concierto de música española y un recital de danza, y además asistió el propio Azaña (cuñado del director de la compañía, Rivas Cherif).

La inestabilidad política y la guerra civil abortarían la celebración de consecutivas ediciones del Festival. Hay un estreno aislado en 1939 (La Aulularia, a cargo del Carro de la Farándula, dependiente de la Sección Femenina), pero no es hasta 1953 que se retomaron los estrenos en Mérida y comenzó lo que ha venido en llamarse la “era Tamayo” del Festival. El director de escena consiguió convertir la muestra en un gran acontecimiento cultural nacional, invitando a la crítica de Madrid a que viajara hasta allí y montando espectáculos en los que intervienen muchos figurantes (los llamados popularmente “pecholatas”) al estilo de las péplum cinematográficas. La exposición ofrece varias fotografías de esta época, en las que pueden apreciarse el rico vestuario y la caracterización: Paco Rabal, como Marco Antonio en Julio César, o José María Rodero, en Calígula, versión que repetiría en 1990 Imanol Arias, como muestra la exposición.

De esta época es la famosa anécdota que se cuenta de Tamayo y que el actor Sergio de Frutos me recordó hoy en la exposición, mientras contemplábamos una fotografía de La Orestiada, protagonizada por Carlos Ballesteros en 1959: “El calor de Mérida obligaba a que los ensayos no comenzaran hasta la caída del sol. Y, por otro lado, Tamayo imponía un ritmo de trabajo agotador, era habitual ver amanecer en sus ensayos. Ensayaba La Orestiada  y, con aquel vozarrón que le caracterizaba, le pidió a sus ayudantes que le quitaran la luz ámbar que iluminaba en exceso el escenario. A lo que uno de ellos respondió: ‘Pero don José, si es el sol, que ya amaneció’”.

[caption id="attachment_500" width="510"] Mario Vargas Llosa con Aitana Sánchez Gijón en Odiseo y Penélope[/caption]

Mérida atrae especialmente a las grandes actrices del momento que desean retarse en un milenario escenario como este, y muy especialmente, a las grandes trágicas. Por allí han pasado Berta Riaza, Marisa Paredes (Los bosques de Nyx), Nuria Espert (que ha representado hasta tres veces Medea),  María Fernanda D’Ocon (Antígona), Julia Trujillo, Irene Papas, Julieta Serrano… hasta nuestros días más recientes, en los que se ha podido ver a Blanca Portillo (Antígona), Carmen Machi (Juicio a una zorra) o Concha Velasco (Hécuba).

Pero no todo es tragedia en Mérida como bien muestra en la exposición, pues  también se han visto célebres espectáculos que han arrancado las risas del respetable como Anfitrión, dirigida por Alonso de Santos y protagonizada por El Brujo, que luego tuvo gran proyección nacional, La bella Helena, con una joven y bella Ana Belén,o Lisístrata, protagonizada por Paco León y una de las más delirantes versiones que se han hecho del clásico. La exposición reúne en total 40 imágenes que labran muy esquemáticamente el recorrido de los 60 años del Festival de Mérida. Imágenes que firman fotógrafos como Luis Espada (habitual del Festival durante la década de los 90) o Jero Morales (presente en las últimas ediciones). Permanecerá  abierta hasta el 8 de julio en Madrid y a partir del 15 de julio se traslada a Mérida donde se mostrará ampliada, con 20 fotos más pero pertenecientes al archivo del Festival.