[caption id="attachment_1279" width="600"] Don Quijote Suite de la Compan?i?a Nacional de Danza de Espan?a[/caption]

Los madrileños estuvimos el pasado año buscando los huesos de Cervantes, pero lo que yo no sabía, y me entero por el escritor Jorge Volpi, que los de Don Quijote reposan en México, en  Guanajuato, cerquita del afrancesado teatro Juárez. Una placa lo indica con esta leyenda: “Quien afirme que Don Quijote está en esta tierra enterrado, jamás mentirá”. Esto explicaría la vocación de los mexicanos por nuestro escritor, a quien desde hace 44 años le dedican uno de los festivales de teatro más populares de América, bautizado precisamente como El Cervantino.

Cervantes quiso ir a México. A la vuelta de su presidio en Argel solicitó una vacante en las Indias, pero no la consiguió. Por entonces había escrito pero no publicado su primera novela, La Galatea, pero faltaban todavía 23 años para que apareciera el Quijote. Así que podríamos especular mucho sobre qué obras hubiera alumbrado el ingenio de Cervantes de haber desembarcado en América y haber entrado en contacto con aquella realidad y, también, claro, con qué otros escritores de allí se hubiera avenido.

El Festival Internacional Cervantino de esta edición, dedicado íntegramente a nuestro autor y con España como país invitado, asombra por el claro criterio que guía su programación. Así lo explicó hace unos días su director en Madrid, Jorge Volpi. El Festival, además de presentar la obra dramática completa de Cervantes, ambiciona ir  más lejos: trata de explicar por qué Cervantes es un clásico, por qué su obra ha pervivido 400 años, por qué ha inspirado y sigue inspirando a artistas de toda condición y disciplina. De esta manera, junto a las obras dramáticas, reúne espectáculos de danza y ópera, pero también rastrea la ingente producción musical que ha generado, desde la música clásica al jazz, sus manifestaciones cinematográficas, en exposiciones de pintura y escultura, archivos sonoros y de obras televisadas, talleres de literatura, lectura del Quijote, concursos de booktubers, confección de una blognovela, montajes callejeros…

Hay un programa de conferencias con estudiosos y escritores, entre los que figuran los españoles Andrés Trapiello, Florencio Sevilla o Fernando Iwasaki. Y un apartado dirigido a ofrecer una mirada calideoscópica del Quijote y de su autor, en el que se abordarán aspectos como la psiquiatría, la gastronomía, la política, la poesía, la medicina… con conferencias magistrales a cargo de autores de la talla de  Antonio Muñoz Molina y Álvaro Pombo, y de tres Premios Cervantes como son Jorge Edwards, Elena Poniatowska y Fernando del Paso.

España acude con algunos de sus mejores montajes: el Don Quijote de la Compañia Nacional de Danza, los Entremeses de La Abadía y la irreverente Cervantina, de Ron Lalá en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. También estará Bambalina Teatre, la compañía valenciana de títeres con un título de su repertorio que llevan más de 16 años representando, Quijote.  Y la Orquesta Nacional de España con un programa doble con Javier Perianes al piano: Persiles y Segismunda (Jimmy López) y Obertura para Don Quijote (Mercadante). Perianes también interpretará la Fantasía bética de Falla.

El apartado musical rastrea casi todas las composiciones que se han hecho en torno al Quijote y a su autor. Desde el primer musical inspirado en él, compuesto por Purcell (La historia cómica de Don Quijote), a la ópera barroca de Battista Martini, la de Bonduin de Boismortier, obras de Mendelssohn, Salieri, Wener Henze,  Richard Strauss, Telemann, Rubinstein, Joaquín Rodrigo, canciones de Ravel y Jacque Ibert interpretadas por Alejandro Armenta, música vocal de la época de Cervantes, o el programa que ha reunido Raquel Andueza con piezas de la época españolas, francesas e inglesas.  Y hay también estrenos.

Incluso el Proyecto Ruelas, apartado de producción destinado a producir obras de autores y artistas emergentes mexicanos, es también de inspiración cervantista. Uno de los proyectos implica a 37 personas de dos geriátricos de la ciudad para interpretar a los deudos del difunto Alonso Quijano en la producción Los quijotes de Pozo Blanco, dirigida por Raque Araujo.

Por supuesto, en esta ingente programación no faltarán los Entremeses , estandarte de este aquelarre y que año tras año se representan por las plazas de esta ciudad a cargo de compañías universitarias. Fueron precisamente estas piezas las que hicieron nacer este Festival. En 1953 el dramaturgo y director Enrique Ruelas los comenzó a representar por calles y plazas, y en 1972 el Gobierno lo institucionalizó y transformó en Festival Internacional, convirténdose junto con la Feria del Libro de Guadalajara, en la cita cultural más relevante de México. Con un programa así, desde luego que pasaría por mentiroso quien negara que los huesos de Don Quijote reposan en Guanajuato.