[caption id="attachment_1998" width="560"] Un momento de Por los pelos[/caption]
Santiago Sánchez y su compañía L’Om Imprebís se han señalado en nuestro país por poner en valor desde los años 80 las técnicas de improvisación teatral como herramienta dramatúrgica. Continúan por esta senda con Por los pelos, una comedia vodevilesca cuyo desenlace “resuelve” el público y que ha funcionado con llenos en los Teatros del Canal.
La obra es original del alemán Paul Pörtner y pasa por ser la que más tiempo se ha mantenido en los escenarios teatrales estadounidenses. La causa quizá sea en que, además de que el público parece pasárselo muy bien, le incita a participar de una manera muy activa, apelando a sus facultades deductivas y de buen observador. Es una obra que exige la complicidad de los espectadores y lo bueno es que la logra.
Esta complicidad surge porque la pieza está concebida como un juego. En la primera parte asistimos a la representación de una comedia disparatada que tiene lugar en una peluquería, con seis personajes, en la que se comete un asesinato. La segunda parte es un juego policíaco, pues dos comisarios deben encontrar al asesino con ayuda del público, que se erige en interrogador de los personajes y debe establecer las posibles hipótesis y móviles del asesinato.
La gracia no está solo en las “soluciones” que van dando los actores a las preguntas imprevistas que el público les hacen, también en los inesperados detalles y cuestiones que los espectadores plantean. El diálogo hilarante que los actores mantienen con el respetable es otra de las claves de la comedia, en el que traen a colación asuntos de actualidad. Finalmente, se impone una votación y una resolución del caso en función del resultado.
L’Om Imprebis, la compañía que forman Sánchez con Carles Castillo y Carles Montoliu, tiene una larga experiencia en crear textos, situaciones y personajes a partir de improvisaciones. De hecho, fueron de los primeros en nuestro país, en la década de los 80, en organizar los célebres “match de improvisación”. Estos nacieron en Cánada una década antes de la mano de Robert Gravel e Yvon Leduc y enfrentaban a dos equipos en la resolución teatral de situaciones. Sánchez había colaborado con Joglars, una de las compañía españolas pioneras en nuestro país en usar estas técnicas, y luego conoció de cerca a Michel López, fundador de estos match en Francia. A partir de su relación con López dirigió su montaje más célebre, Imprebis, que su compañía ha estado representando durante 22 años y con los mismos actores, Castillo y Montoliu.
En Por los pelos confluyen los actores fundadores de la compañía con las actrices Lola Moltó, graciosísima en su personaje de señorona de gran alcurnia y de “derechas”, y Marta Chiner y Lara Salvador, que se alternan en el rol de asistenta de peluquería. Juan Gea y Rafa Alarcón son los policías, acertados también en el registro de comedia.