Stanislavblog por Liz Perales

Todas las mujeres, moderna comedia de carácter

31 agosto, 2018 16:16

[caption id="attachment_2016" width="560"] Fele martínez junto al elenco femenino de Todas las mujeres[/caption]

La versión teatral de la película Todas las mujeres abre la temporada del Reina Victoria. Escrita a dos manos por Mariano Barroso y Alejandro Hernández y protagonizada por Fele Martínez, es una comedia de carácter en torno a un liante y manipulador personaje masculino cuya personalidad nos va siendo desvelada a partir de su relación con cinco mujeres que han pasado por su vida. El reclamo de Daniel Veronese en la dirección escénica no es suficiente para salvar la trama de una deriva languideciente.

Después del éxito que Barroso ha cosechado con la fabulosa serie televisiva El dia de mañana, y mientras prepara una nueva sobre ETA para Movistar, adapta para el teatro esta otra serie de título homónimo que hizo para televisión en 2010 y que luego llevó también al cine en 2013 con Eduard Fernández de protagonisa.

Con estos antecedentes se comprende mejor el engranaje de la obra teatral, que funciona como un juego de espejos, pues permite componer la psicología del personaje masculino a través de adentrarse en el universo femenino.  El resultado final es un tipo, Nacho, que disfruta engañando, humillando y aprovechándose de las mujeres,  y que sin ser precisamente un casanova o un don juan en el sentido tradicional de trasgredir las normas morales (lo tiene hoy difícil), en su lugar transgrede las sociales cometiendo un robo.

La estructura de la obra se organiza en torno a cinco escenas en las que Fele Martínez mantiene un tête a tête con cada una de “sus mujeres”: la amante (Lucía Barrado), la primera novia (Nuria González), la madre (Lola Casamayor), la hermana de su mujer (Mónica Regueiro) y la psicóloga (Cristina Plazas). De esta manera se nos devuelve una imagen de Nacho como la de un faldero caprichoso, liante, irresponsable, ladrón, cobarde, aprovechado, manipulador, oportunista, interesado, mentiroso, cínico y vago.

Esta estructura y una pequeña trama hace que la obra despierte también un creciente interés por conocer la personalidad de cada mujer, así como la relación que le une a Nacho. Y en este sentido se comporta como una comedia muy humana, escorada a favor del universo femenino, ya que ellas son víctimas de un hombre de deplorable comportamiento. Es inevitable preguntarse qué hace de este personajes un tipo atractivo para cuatro de ellas, si exceptuamos a su madre.

Los actores casi siempre se deshacen en elogios cuando hablan de su trabajo con Veronese, es un director que trabaja muy de cerca las motivaciones de los personajes que se deducen del texto, insistiendo en que las acciones surjan en el escenario de forma natural, sin añadidos superfluos. Es un director que se mueve en dos tipos de teatro: uno más experimental, y abierto a la investigación, y un teatro más convencional, como es el caso.

El elenco de actrices es atractivo, tienen solvencia y de personalidades bien diferenciadas; destaco a las que se reparten los personajes más extremos en edad, el de la más joven, la amante Lucía Barrado, engañosamente tonta, y la irónica Lola Casamayor, en el papel de madre del protagonista, y a la que siempre es un gusto ver en acción por el torrente de matices interpretativos que nos descubre. Fele se mantiene en escena todo el tiempo, con gran naturalidad, y consigue crear un personaje humano, con encantos y simpáticos toques de sinvergonzonería. Sorprende, sin embargo, que Veronese apenas aproveche la bella escenografía de Ana Garay y no le saque más partido al movimiento escénico.

 

 

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