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Stanislavblog por Liz Perales

Casi un musical para 'La bella Otero'

Para esta obra, que puede verse en el Teatro de la Zarzuela, Rubén Olmo ha elegido un argumento ambientado en los años 20 que lleva la danza española por caminos contemporáneos

13 julio, 2021 18:50

Si los bailarines de La bella Otero, la nueva producción del Ballet Nacional de España (BNE), también cantaran, estaríamos ante un musical. Con la virtuosa Patricia Guerrero en el rol protagonista, el director de la formación, Rubén Olmo ha elegido un argumento ambientado en los años veinte que le permite llevar la danza española por caminos contemporáneos y crear un ballet complejo y heterogéneo en danzas y estilos y en el que Yaiza Pinillos se luce con un vestuario deslumbrante. Casi dos horas y media en que la atención no decae.

De la mano de Carolina Otero, conocida como La bella Otero, viajamos del folclore gallego, -la joven nació en una aldea de Pontevedra-, al flamenco de los cafés cantantes donde se dio a conocer como artista y al París de la Belle Époque, en el que la muchacha llegó a estrella del Folies Bergère. En la capital gala nuestra femme fatale hizo suspirar a los varones de la aristocracia europea y quedó tan deslumbrada con el lujo, los casinos y el juego que serían su perdición, ya que acabó dilapidando en ellos su dinero y abandonada por todos en sus años finales.  

Olmos ha confiado a Gregor Acuña-Polh el libreto dramático del ballet, que este ha ordenado en dos actos y quince cuadros y donde como digo la variedad estilística y el poderoso colorido del vestuario y la luz (Gómez-Cornejo) mantienen al espectador entretenido las dos horas de duración. Todo se desarrolla bajo una funcional escenografía (Eduardo Moreno) que, a modo de gran pérgola, se adapta a cada cuadro y a su variado argumento.

No es fácil darle unidad a este biopic y el ballet se resiente en su conjunto, con transiciones inesperadas. Creo que es fruto de la ambición de Olmos, que ha investigado en diversas fuentes dancísticas de la época, en las vanguardias estéticas y en los palos de la danza española. Por ejemplo, en él conviven una primera escena de una romería gallega bella estética y musicalmente (estilización del vestuario de Pinillos y modernización musical de Rarefolk) con la aparición más tarde de una danza serpentina, original de Louise Fuller que la puso de moda en el París de fin de siglo XIX. Hay también insertos de adaptaciones del ballet de Carmen (magnífica Inmaculada Salomón al baile) y de zarzuelas como la mazurca de los paragüas de El año pasado por agua de Chueca. Hay claqué, también danzas psicalípticas y, por supuesto, flamenco. 

El ballet está en excelente forma, a destacar a José Manuel Benítez, Albert Hernández, Miriam Mendoza, Francisco Velasco, Inmaculada Salomón, Eduardo Martínez…, y el carisma de la granaína Patricia Guerrero se ajusta como anillo al dedo al personaje: fusiona el flamenco y la danza española con toques de contemporáneo con gran dramaticidad. Sabe ser atrevida y está espléndida en el streap-tease que hace con el fabuloso vestido modernista -gran joya del figurinismo- que Pinillos le ha confeccionado siguiendo las fotografías que Reutlinger hizo a la Otero a finales de siglo con un vestido de inspiración bizantina.  

A la música le ocurre lo mismo que a la coreografía. Manuel Busto ha diseñado la partitura sinfónica principal de música clásica (en la que predominan los vientos) pero ha tenido que insertar temas tan diferentes como los citados, firmados por Agustin Diassera y Alejandro Cruz, la formación Rarefolk (expertos en folclores) o Enrique Bermúdez y Pau Vallet. Siempre que asisto a una nueva coreografía del BNE tengo la sensación de que el principal obstáculo que encuentra la danza española para crecer es precisamente la musical.

Nuestro género tiene poco más de un siglo de existencia, pues aunque nace de otras danzas arraigadas del folclore, el flamenco y la escuela bolera, es a partir de las composiciones que Falla, Granados, Albéniz… crean para La Argentina, Pilar López y otros que surge la danza estilizada. Luego ha habido otros compositores que han compuesto magníficas piezas (García Abril, José Nieto…), pero precisamente no se han prodigado. Busto parece que tienen interés y criterio en seguir investigando.

@lizperales1

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