[caption id="attachment_927" width="250"] Giorgio Bassani[/caption]

Acantilado continúa editando la nueva traducción de Juan Antonio Méndez de los seis libros de “La novela de Ferrara”. Después de Intramuros, le toca el turno a Las gafas de oro, publicada por Giorgio Bassani en 1958.

Bassani (1916-2000), nacido en Bolonia, vivió en Ferrara durante su infancia y parte de su juventud. Su padre era médico como lo es Athos Fadigati (otorrino), el protagonista de Las gafas de oro, y judío, como lo es el narrador de la novela.

En la Italia de los años 30, en pleno auge del fascismo, Las gafas de oro cuenta la triste y dramática historia del doctor Fadigati, marcado y condenado por su homosexualidad. Hacia la tragedia final, la novela va contando el nacimiento del rumor, el incremento de los comentarios a media voz, la creciente marginación, el hostigamiento, la agresión, en definitiva, el cerco que conduce a un hombre, por su condición sexual, a la soledad y a la desesperación.

El clima del fascismo en Italia y la atmósfera provinciana de la, por lo demás, culta y señorial Ferrara son los dos lazos que van ahogando y haciendo irrespirable la vida del antes respetado doctor Fadigati.

Con señaladas reminiscencias proustianas, Bassani insufló aire y vuelo a la sequedad del neorrealismo más canónico, recreando con holgura y fluidez el paisaje urbano y humano de Ferrara, combinando en justa medida las descripciones pertinentes con la abundancia de diálogos breves. El retrato testimonial no desaparece, pero resulta elevado a cotas poéticas.

En la constatación del acoso al diferente y del modo en que es progresivamente estigmatizado por la intolerancia, Bassani, al hilo de la época contemplada, establece un paralelismo, fatalmente confluente, entre el rechazo a los homosexuales y a los judíos.

En un perturbador episodio, protagonizado por una perra callejera, abandonada, que Fadigati ha consolado, el doctor se pregunta y pregunta al narrador: “En el hombre hay mucho de animal; sin embargo, ¿puede rendirse el hombre? ¿Admitir que es un animal y nada más que un animal?”

Con estas palabras, desarrolladas en la escena posterior, Bassani plantea el complejo, ambivalente y, con frecuencia, doloroso asunto de la identidad. ¿Cómo actuar cuándo conviven en nosotros dos fuertes identidades?, ¿qué equilibrio establecer? ¿O no existe identidad tan fuerte que nos diferencie de los otros? Si existe, ¿acaso no necesita manifestarse con libertad? ¿Y qué pasa cuando la identidad reivindicada vive entre los extremos de excluir a los distintos o de provocar la propia exclusión por los demás? Los riesgos de la identidad y de su gestión.