1. Los coleccionistas de diversos mercados emergentes tienen preferencia por Londres: Rusia, Oriente Medio, India, Turquía, Israel y Líbano. Lo comentaba ya: ni Madrid ni Barcelona son hubs para el mundo de los negocios. Aquí, nada que hacer.
2. Crecen -en número y tamaño- los espacios comerciales para el arte. Se ha confirmado que Pace (Nueva York) abrirá galería en Londres el año que viene, y se habla de que David Zwirner también lo hará. White Cube, que tiene ya más de cien personas en plantilla, ha presentado su tercer espacio londinense, un gran almacén en Bermondsey: 5.400 m2 con auditorio, librería, estudio fotográfico, salas privadas de exhibición, catering... Gagosian tiene ya dos espacios, al igual que Sadie Coles, Haunch of Venison y Hauser and Wirth; Thomas Dane está a punto de abrir su segunda sede y Blain Southern prepara la tercera. Las galerías de Madrid y Barcelona son, en sus dimensiones físicas, medianas, pequeñas y hasta minúsculas. No hemos visto en los últimos tiempos ninguna apertura noticiable de nuevos espacios de gran peso. En España no tenemos ninguna sucursal de una gran galería internacional, como sí ocurre en Berlín o París. Y hace ya tiempo que Christie's cerró su sala de subastas aquí; el mercado secundario se limita a algunos nombres muy establecidos (tipo grupo El Paso).
Nave en Bermondsey de White Cube
3. Londres no es sólo una capital económica sino también una capital cultural. En el ámbito de las artes plásticas, la oferta museística y de exposiciones es abrumadora. En Madrid y Barcelona no es desdeñable, pero nunca ha existido esa apuesta real de los respectivos ayuntamientos para hacer de la cultura un verdadero motor de estas ciudades. Y mucho menos ahora.
4. Los especuladores escasean. Aquí nunca los hubo.
5. Se prevé que los intereses bancarios sean bajos en los próximos meses, lo que puede hacer que el arte se consolide como inversión alternativa. Ojalá fuese así aquí pero no hay muchas fortunas dispuestas a invertir en arte con la constancia requerida: ni el dinero circula con la fluidez necesaria ni se ha demostrado la rentabilidad del arte contemporáneo.
Una de las sedes de Hauser & Wirth, antigua sucursal bancaria en Piccadilly.
The British Art Market Federation (BAMF) reúne a gran parte de los agentes del mercado del arte en Gran Bretaña, desde las grandes casas de subastas a las galerías modestas. Calculan que el negocio del arte, incluyendo los anticuarios, sumaría cerca de 10.000 empresas y supondría casi un 30% del mercado internacional. En diciembre de 2010 publicaron un estudio en el que daban algunas cifras -de 2009- que dan idea de la pujanza del sector:
- 7,7 billones de libras en ventas (de ellas, un 40% corresponden al arte contemporáneo)
- 60.000 puestos de trabajo
- Internacionalización: importaciones por valor de 2 billones y exportaciones por 2,2 billones
- 1,3 billones en servicios complementarios, que dan empleo a otras 66.000 personas
- Gran incidencia en el turismo cultural, con 11,6 billones de gasto y 270.000 puestos de trabajo dependientes
- Impuestos: aportación a las arcas públicas de más de 900 millones de libras
El Ministerio de Cultura acaba de publicar su Encuesta de hábitos y prácticas culturales en España, correspondiente a 2010-2011. En ella nos informan de que un 57,1% de los entrevistados nunca o casi nunca han puesto un pie en una galería de arte. Que pregunten en Londres.