[caption id="attachment_576" width="510"]
Vigilantes en el Museo de Arte Romano de Mérida[/caption]
Ayer por la mañana, el Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales y Archivos y Bibliotecas,
Miguel Ángel Recio, se reunió con el
Comité de Huelga constituido por representantes de los sindicatos UGT, CCOO, CSIF y CGT, para
negociar las condiciones laborales de los trabajadores de sala en los museos estatales, que habían convocado (
según informó El Español) unos paros que debían comenzar el día 25: cada domingo, hasta finales de noviembre, los vigilantes
abandonarían sus puestos durante una hora, lo que obligaría a cerrar las salas transitoriamente en el día de la semana en que se suman más visitas por ser la entrada gratuita. Una medida de presión hasta cierto punto menor, si la comparamos con las recientes huelgas en el Musée d’Orsay de París o en la National Gallery de Londres, que, no obstante, habría tenido una repercusión pública y mediática grande. Y esto en vísperas de elecciones, algo que han tenido sin duda en cuenta tanto los sindicatos, añadiendo así una arista política a su legítima actuación, como los responsables del Ministerio, al que no conviene meterse a estas alturas en más problemas.
Tampoco iban los paros a afectar a todo el personal de los museos estatales: conservadores, auxiliares y en general el personal científico y administrativo estaban excluidos. Estaba convocado “sólo” el personal de sala y sólo en los
museos estatales de Madrid, sin extenderse al Museo del Prado, que tiene su propio convenio laboral, o al Museo Reina Sofía que, por ser organismo autónomo, administra su propio presupuesto y personal. En resumen: los 301 empleados en atención al público de los museos madrileños.
Las
reivindicaciones de los trabajadores eran éstas:
- La cobertura de vacantes perdidas mediante oferta de Empleo Público, para ofrecer un servicio digno y equiparar los derechos del personal de museos con el resto del personal de la AGE.
- La supresión de los contratos temporales precarios de domingos y festivos.
- La ampliación a dos días de descanso semanales para los vigilantes de sala, equiparándolo al descanso del resto del personal del Ministerio de Educación Cultura y Deporte.
- Aumento del 50% de la gratificación, compensando la perdida de poder adquisitivo, e incluyéndola como complemento singular de puesto.
- La supresión de la externalización de los servicios públicos en el ámbito de Museos Estatales.
Cultura, que previamente había manifestado que estas reclamaciones eran “legítimas” y que niega, a través de declaraciones a
El Cultural de Miguel Ángel Recio, que existiera “falta de negociación” -pues llevaban meses hablando con los representantes sindicales-,
ha firmado hoy un acuerdo que da satisfacción a algunas de ellas, las más inmediatas, que atañen al personal que ya goza de un contrato:
- Cada tres domingos trabajados, se dispondrá de dos días días libres. Lo habitual, según explica Beatriz Rodríguez Pesquera, representante de UGT en el Comité de Huelga, es que los vigilantes trabajen dos domingos al mes, así que les correspondería algo más de un día extra.
- Por no tener jornada reducida en los meses de verano, que sí disfrutan otros empleados de la Administración General de Estado, se les sumarán seis días de vacaciones.
Miguel Ángel Recio cuenta con que el único sindicato que no ha dejado firmado hoy el acuerdo, CSIF, lo haga en breve tras consultarlo en asamblea, pero
no se atreve a asegurar que el Ministerio de Hacienda y Administraciones públicas apruebe otras dos medidas consensuadas hoy: el incremento del 50% de la compensación económica que reciben estos empleados por horario especial (ahora es de unos 100 euros),
que tendría un coste de unos 250.000 euros, y, con mucho más calado, el incremento del personal de sala en los museos que lo necesitan, seguramente, en mayor o menor grado, todos los estatales bajo gestión del Ministerio. Que, para quien tenga dudas, son los siguientes:
- Museo de América (Madrid)
- Museo Arqueológico Nacional (Madrid)
- Museo Cerralbo (Madrid)
- Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid)
- Museo Nacional del Romanticismo (Madrid)
- Museo Sorolla (Madrid)
- Museo del Traje, Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (Madrid)
- Museo Casa de Cervantes (Valladolid)
- Museo Nacional de Escultura (Valladolid)
- Museo del Greco (Toledo)
- Museo Sefardí (Toledo)
- Museo del Teatro (Almagro)
- Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Cartagena)
- Museo Nacional de Arte Romano (Mérida)
- Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias «González Martí» (Valencia)
- Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira (Santillana del Mar)
Lo que nunca ha estado sobre la mesa, según afirma el Director General, es la externalización de servicios, cuya supresión formaba parte de las demandas de los sindicatos; éstos han preferido obviar el punto. Los lectores de este blog saben que esta práctica se ha convertido en muchas instituciones culturales en un problema de grandes dimensiones que traté en el artículo
Obra y servicio. El empleo cultural (
parte 1ª y
parte 2ª). Es ahí, en las empresas de trabajo temporal, donde se concentra la mayor precariedad laboral y donde sería más necesaria no sólo la acción sindical urgente sino un frente de concienciación y negociación amplio. No tengo datos sobre el monto de las externalizaciones en los museos estatales pero tanto en el Prado como en el Reina Sofía se abusa de ellas. He preguntado al Sr. Recio si el Ministerio tiene la intención de sumarse a la estrategia iniciada por la
Biblioteca Nacional, cuya directora saliente, Ana Santos, trazó un
plan para “suplir de forma progresiva la contratación externa de procesos y servicios básicos mediante la oferta de empleo público”, con su correspondiente
estudio de viabilidad. Su respuesta ha sido un “no” rotundo.
En 2001, los museos estatales sí llegaron a realizar paros durante varios domingos (noticias relacionadas
aquí y
aquí). Y vean qué poco se avanzó desde entonces: “El inicio de este conflicto –se publicó- está motivado por la exigencia de las organizaciones sindicales de que se 'profesionalice' al personal que presta sus servicios en los museos y que se haga efectivo el
cobro de complementos para aquellos empleados que desempeñan su trabajo en jornadas y horarios distintos a los habituales(…). Los sindicatos acusan al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de 'incumplir' los pactos alcanzados en 1999. Como resultado de aquellos acuerdos, la Administración (…) se comprometió a
no privatizar los servicios de seguridad de los museos, a
no incrementar la externalización de los servicios y a dotar a estos centros de
más recursos humanos del propio ministerio”.
Sabemos, por los Presupuestos Generales para 2016, lo que gastará el Ministerio en los salarios del personal de los 16 museos que gestiona:
23 millones y medio de euros. No es excesivo, si se tiene en cuenta que sólo
el Museo del Prado invertirá casi 21 millones en ese capítulo, y el Reina Sofía algo más de 17 millones. Está claro que los museos estatales han perdido vigilantes. Cultura lo admite pero no facilita cifras; el
sindicato CGT aventura un porcentaje: el
50%. Probablemente sea bastante menor. He buscado el importe del mismo programa de gasto (333A, Museos) en los Presupuestos para 2007 y no era mucho más elevado: casi 25 millones de euros.
En 2015 el Ministerio ha publicado dos
convocatorias para cubrir plazas de vigilancia de salas pero miren con qué particulares modalidades de contrato:
-Una
convocatoria para 43 plazas de personal laboral temporal de oficial de gestión y servicios comunes (vigilancia de salas) mediante contrato en la modalidad de eventual por “circunstancias de la producción”. ¿Qué producción? Eran vigilantes para ocho museos diferentes.
-Otra
convocatoria para 22 plazas de lo mismo en la modalidad de “interinidad por vacante hasta tanto se cubran por el procedimiento reglamentado con carácter definitivo”.
De momento, hay acuerdo, y hay que felicitar a ambas partes por haber sabido responder a determinadas demandas laborales que se perpetuaban desde al menos 1999. Pero
subsisten serios problemas de fondo. Mientras el Gobierno tenga paralizada la contratación y Hacienda no abra un poco la mano, seguirán reinando las empresas de trabajo temporal y las salas de los museos estarán insuficientemente atendidas. Como usuarios, por otra parte, deberíamos requerir a directores de museos y responsables de personal que se aseguren de que estos vigilantes cumplen con su trabajo según los mejores estándares de relación con el público, lo que no siempre hacen.