Seguramente leyeron la semana pasada, imagino que con algo de perplejidad, la noticia, calificada por Emiliano García-Page, presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, de "bombazo cultural": Roberto Polo cederá a la comunidad autónoma una colección de 7.000 obras de arte, que se instalarán rotativamente en el Convento de Santa Fe y el Museo de Santa Cruz, en Toledo, y más adelante, en el Archivo Histórico Provincial de Cuenca (o en la Casa Zabala, según reciente ocurrencia). Antes de empezar a desentrañar la "operación", algunas aclaraciones que nos obligan a observarla con escepticismo. No se trata de una donación. Polo se ha comprometido solamente a empezar a traer obras a Toledo y Cuenca, en principio unas 500, y a mantener el depósito durante al menos quince años. Sí ha hablado de la posibilidad de regalar obras más adelante, sin precisar cuántas, y haciéndolo depender del resultado de esta primera fase. García-Page ha anunciado que la Viceconsejería de Cultura se ocupará de crear la estructura de gestión necesaria para el funcionamiento del futuro museo desdoblado en ambas ciudades, quizá una fundación. Pero no es algo que esté firmado, que sepamos. Y, miren, cuando no hay estructura, no hay presupuesto adjudicado y no hay ni sede -serán necesarias reformas arquitectónicas más o menos costosas-, hay que hacer oídos sordos a los cantos al sol. Quizá recuerden el anuncio, en abril de 2014, de un Museo del Realismo en Albacete dedicado a Antonio López y familia, que María Dolores de Cospedal amadrinó cuando era presidenta de la Comunidad. En enero del año pasado, García-Page, que dejó morir el proyecto, se justificó diciendo que se trataba solo de "un documento que no tenía presupuesto, sólo hay una declaración de intenciones, no hay convenio que establezca ningún otro parámetro y ni mucho menos financiación” (El Digital de Albacete). Pues eso.
Pero, en fin, pongamos que las partes van a concluir los acuerdos, a firmarlos y a ponerlos en marcha. ¿Qué es lo que recibirá Castilla-La Mancha? De la colección se sabe muy poco. La Junta no ha esgrimido ningún estudio de la misma por parte de expertos en la materia, ni ha hecho ninguna valoración económica; tan solo se ha dicho que el seguro de las obras asciende a 50 millones de euros. Si esta cantidad cubre la totalidad de las 7.000 obras, la mayoría de ellas deben ser poco valiosas. En las informaciones publicadas se repiten siempre unos mismos nombres de artistas, y fíjense que incluso entre estos pocos no todos son centrales, como se pretende -lean la disparatada loa de la colección en la web de la Junta-, para el arte moderno europeo: Laszlo Moholy-Nagy, Kurt Schwitters, Max Ernst, Oskar Schlemmer, Karl Schmidt-Rottluff, Georges Vantongerloo, Marthe Donas, Karel Maes, Jozef Peeters, Pierre-Louis Flouquet, Marc Eemans, Eileen Gray, Paul Joostens… En este vídeo institucional se ven algunas. Quiero pensar que se podría hacer una buena selección de las mejores obras de la colección pero me jugaría el cuello a que no son más de, no sé, 200 o 300. Entre 7.000.
Polo afirma que ha comprado y sigue comprando de manera compulsiva pero no puede crearse una colección de calidad tan grande a partir de la nada, por mucho que su buen ojo para las antigüedades le haya valido el renombre -cultivado por él- de “The Eye“. Hay que tener en cuenta que gran parte de los valiosos bienes que había atesorado en sus años de esplendor fueron requisados y subastados entre 1989 y 1991, mientras huía de la justicia, para pagar a sus acreedores. Se ha planeado que las obras históricas (de la primera mitad del siglo XX, creo) vayan a Toledo y las más recientes, de mediados del siglo XX en adelante, a Cuenca. De esta segunda parte de su colección sabemos más. Hay en ellas obras de Larry Poons, Martin Kline, Ed Moses, Karen Gunderson, Melissa Kretschmer, Jan Vanriet, Mil Ceulemans o Werner Mannaers. Todos ellos incluidos en la exposición Painting after Postmodernism, que se ha visto en el Palacio Episcopal de Málaga entre mayo y julio de este año, y de la que hablaré luego. Y, o Polo colecciona además obras de artistas mucho más relevantes que no ha mencionado hasta ahora, o aquí sí podemos decir que sería un gran error crear un museo para mostrar las de éstos.
Aunque se ha pretendido que hay un componente sentimental en la decisión de Polo de dejar su colección en España -tuvo antepasados gallegos que emigraron a Cuba, donde su familia hizo fortuna fabricando tanques para la industria agrícola y petrolífera- lo cierto es que aquí era un gran desconocido. Se ha labrado ciertamente una fama internacional en el ámbito artístico pero no en la creación contemporánea -aunque él mismo fue artista; ya no- sino en el anticuariado. En los ochenta se convirtió en un gran conocedor de la pintura francesa del siglo XVIII, que contribuyó a poner de moda y a revalorizar en el mercado, y a partir de los noventa se especializó en diseño europeo de los siglos XIX y principios del XX, que promovió a través de la Galerie Historismus, con sede primero en París y luego en Bruselas. En los últimos años ha apostado por la pintura abstracta belga más reciente, que comercializa en su galería en Bruselas, Roberto Polo Gallery, inaugurada en 2012. Su trayectoria profesional no es en absoluto impecable: en 1995 fue condenado a cinco años de prisión -había cumplido ya cuatro en espera del juicio y quedó en libertad- por apropiarse de 125 millones de dólares de sus clientes en su época como asesor de inversiones, en Nueva York, donde vivía con la mayor ostentación. No me voy a detener en explicar el caso, porque no resulta relevante ahora; si les interesa, lean, por ejemplo, este artículo del Miami New Times o este otro en Vanity Fair). Él siempre ha negado las acusaciones (da larguísimas explicaciones en su página web).
Ahora se le presenta como “filántropo” y es verdad que ha donado piezas, algunas muy importantes, a museos franceses, suizos y estadounidenses. Si ustedes fueran coleccionistas con un gran tesoro entre las manos, ¿no querrían prestarlo o donarlo a uno de esos museos de prestigio internacional? ¿Por qué Castilla-La Mancha? ¿Por qué España? He aquí una sucinta cronología de hechos, elaborada tras una simple lectura con ojo inquisitivo de las informaciones publicadas en prensa. Y unas cuantas preguntas sin respuesta. Saquen sus propias conclusiones.
24 de febrero de 2016: Se subasta en Sotheby’s lo mejor de la colección de mobiliario y diseño de Roberto Polo: 176 lotes y un resultado de ventas de algo más de dos millones de libras.¿Necesitaba el coleccionista cash? En un artículo sobre la subasta publicado en Le Quotidien de l’Art, se subraya una circunstancia calificada de “curiosa”: “Sotheby’s nos ha asegurado que las piezas han sido reunidas por Roberto Polo pero que “pertenecen a sus padres”. La madre murió, según creo, ese mismo año (en una entrevista publicada en octubre de 2016, él mencionaba su reciente fallecimiento); conociendo sus problemas con el fisco y la justicia, no es descabellado imaginar que quizá en algún momento del pasado puso bienes a nombre de otros, para evitar más confiscaciones, y es posible también que, al heredarlos, los liquidara rápidamente. Puras elucubraciones. Pero si yo fuera funcionaria de la Junta, me aseguraría bien de la titularidad de las obras cedidas antes de firmar nada.
Junio de 2016: Entrega de los Premios Capital Arte, “a los grandes mecenas de la cultura”.Prácticamente nadie sabía nada de Roberto Polo en España hasta este acto organizado por larevista Capital Arte, dirigida por Rafael Sierra. Era la primera edición de estos premios. Y hasta ahora la última. Un jurado secreto -si lo hubo- reconoció la tarea de la Fundación AXA, la Fundación Banco Santander, Mastercard, la Fundación BBVA, la Fundación Mapfre, la Fundación Telefónica, DKV Seguros y los coleccionistas Adolfo Autric Amarillo de Sancho, Rosario Tamayo Lorenzo y Roberto Polo, “por su labor de mecenazgo nacional e internacional”. La gala contó con el patrocinio de Ruinart y la colaboración de la Fundación Telefónica, así que, dado que los premios eran honoríficos, a la revista le debió salir bastante barata. La jugada fue inteligente: al premiar a las más poderosas fundaciones empresariales, se aseguraba la atención de los medios y la repercusión de la iniciativa. Pero, ¿cuál era su objetivo? Podemos deducirlo del encabezamiento del artículo en el que la propia revista informa sobre el evento:
- El mecenas internacional Roberto Polo anunció tras recoger su premio que ha decidido que su colección de alrededor de 7.000 piezas se quede definitivamente en España
- El vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, anuncia que el Gobierno de la Comunidad Autónoma tiene previsto tramitar su propia ley de mecenazgo
Julio de 2016: Roberto Polo concede entrevistas al diario El Mundo y a las agencias Europa Press y EFE, que difunden la información de que “nada más anunciarse su decisión en la recogida del premio Capital Arte al Mecenazgo Internacional (…), cuatro ciudades españolas se disputan su legado” o, a otro nivel administrativo, “tres comunidades se disputan el legado del mecenas Roberto Polo”. Obviamente, los contactos con los distintos responsables políticos se habrían iniciado previamente, aunque quizá no mucho antes. ¿Cuáles fueron las comunidades interesadas? La Junta de Castilla y León menciona muy de pasada en un comunicado fechado en ese mes que estaba en conversaciones con la asociación hispano-peruana Wawqipura para crear un Centro de Arte y Documentación de los Austrias en Valladolid, en el que podría tener cabida la colección de Roberto Polo. Parece que éste no fue un contacto institucional sino de la citada asociación, y tenía muy mala vela desde el primer momento. Nunca más se supo. El Ayuntamiento de Málaga sí mantuvo con Polo conversaciones más serias, según confirmó a Diario Sur. Es conocida la inclinación de su alcalde por los museos cortoplacistas montados a base de depósitos y alquileres, así que es lógico que considerara la oportunidad, descartada, según ese medio, por cuestiones de espacio. Lo que sí hizo es organizarle una exposición, como veremos. La tercera comunidad eraCastilla-La Mancha. La presencia de su Vicepresidente en los Premios Capital Arte así lo demostraba en fecha temprana. La liza no debió ser tan encarnizada: los manchegos tenían desde el principio casi atado el acuerdo, pero difundir esa supuesta contienda -estas cosas se llevan normalmente en secreto- añadía atractivo al proyecto.
15 de septiembre de 2016: Inauguración en Bruselas de la doble exposición (en el cine Galeries y en el edificio Vanderborght) Painting After Postmodernism. Belgium-USA, comisariada por Barbara Rose. Organiza la muestra la Roberto Polo Gallery, en colaboración con el Ayuntamiento de Bruselas (propietario del Vanderborght, donde se celebran ferias de arte como Independent) y el Cinéma Galeries. Es una megamuestra de 256 obras; en realidad 16 individuales de artistas de ambas nacionalidades, la mayoría de ellos representados por la galería comercial de Polo. Barbara Rose aparece en este momento de nuestra cronología pero su relación con Polo se inicia, lógicamente, antes. Y, a través de ella, se incorpora al equipo Rafael Sierra. Lo ha desvelado hace poco Polo en una entrevista a Expansión: “Mi amiga Barbara Rose, experta en arte antiguo (¿?) español, me puso en contacto con Rafael Sierra (director de la revista Capital Arte) y él me organizó un tour por distintos museos. Para mi sorpresa, me quedé asombrado con la calidad museística. Luego recibí ofertas de varias comunidades autónomas y percibí un gran entusiasmo”. Rose y Sierra habían colaborado antes. Ambos estuvieron vinculados al programa del IVAM en la era Císcar (él investigado por la compra de obras de Gao Ping y por las facturas de la revista del museo; ella comisarió al alimón alguna exposición con la ex-directora, entre otras actuaciones) y estuvieron involucrados en la promoción y venta de obras de Gerardo Rueda –aquí más información-. Los dos, además, han avalado la “operación Menchu Gal” descrita en este blog, otro ejemplo de aprovechamiento privado de espacios y fondos públicos; Sierra invitó a Rose a escribir en el catálogo de la exposición de Alberto Bañuelos que él comisarió en México.
Atentos a la repercusión de la exposición en España: solo publicó un artículo Capital Arte, firmado por Fernando Castro Flórez en el número de agosto-septiembre. Pero encontramos, en octubre, otro texto en la revista digital Chrom-Art -vinculada a una galería un tanto espeluznante con sede en Londres entre cuyos gestores hay varios españoles- cuyo autor es otra de las que van a ser figuras clave en la operación Polo, Óscar Carrascosa. Él fue en el pasado (2007-2011) director de Cultura del Ayuntamiento de Málaga y, siéndolo, el Museo del Patrimonio Municipal acogió una exposición de Gerardo Rueda organizada por el heredero del artista y comisariada por Rafael Sierra. También fue colaborador puntual en Descubrir el Arte, la revista que dirigió Sierra, y comisario adjunto de una exposición del IVAM. Como puede comprobarse en sus perfiles sociales, Carrascosa estaba plenamente entregado al proyecto antes incluso del Premio Capital Arte, y partir de entonces su participación en él ha sido intensiva.
Agosto de 2016: Exposición de obras de la colección Polo en el Museo Pushkin. No veo en ella relación con sus movimientos en España. Lo único que puedo reseñar es que el pequeño texto de presentación de la muestra informa de que “en 2016 (Polo) recibió el Premio Capital Arte al Mecenazgo Internacional, el más importante galardón de filantropía cultural en el Reino de España”. Tal cual.
7 de octubre de 2016: Capital Arte mantiene su campaña de imagen con un artículo completamente hagiográfico firmado por Nathalie Tyblewski. ¿Quién es? Esto es lo más gracioso de todo el caso. Nadie. Un seudónimo. Si teclean su nombre en un buscador, verán dos únicos resultados, éste y otro: un artículo en Capital Arte en el que Carrascosa cita el anterior, y describe a Nathalie Tyblewski como una “teórica de Poznan” (Polonia).
15 de noviembre de 2016: El acuerdo con Castilla-La Mancha estaba hecho. Se deja caer que el Convento de Santa Cruz albergará una importante colección, sin decir cuál.
Enero de 2017. Carrascosa continúa cantando alabanzas a Roberto Polo. Escribe en Capital Arte sobre donaciones de coleccionistas, destacando a Polo, y reclama que “las instituciones procuren, con todos sus esfuerzos, convertirse en receptoras de estas colecciones”.
Mayo de 2017: Inauguración de Painting after Postmodernism en el Palacio Episcopal de Málaga. En ese momento estaba ya meridianamente claro que Málaga no sería la sede de la colección. Como en Bruselas, Polo y Rose la reivindican como “exposición-manifiesto” con la que están identificando un nuevo movimiento (un tipo de pintura muy de “cocina”, matérica y abstracta, más vieja que nueva), pero aquí disimulan la vinculación del proyecto con la galería comercial de Polo. Que es evidente: de los dieciséis artistas participantes, once son representados por ella (en negrita): Mil Ceulemans, Joris Ghenkiere, Bernard Gilbert, Marc Maet, Werner Mannaers, Xavier Noiret-Thomé, Bart Vandevijvere y Jan Vanriet. Walter Darby Bannard, Karen Gunderson,Martín Kline, Melissa Kretschmer, Lois Lane, Paul Manes, Ed Moses y Larry Poons.
1 de junio de 2017: Óscar Carrascosa firma un artículo “crítico” en ABC sobre la exposición en Málaga.
27 de junio de 2017: Roberto Polo cuenta en exclusiva a El País sus planes. En la entrevista está presente uno de los facilitadores. El autor del artículo, Borja Hermoso, lo deja ver: “Esta operación es la prueba de que, cuando las cosas se hacen con cabeza -y con un poco de suerte, porque no siempre te encuentras a un coleccionista así- ni las arcas públicas estatales ni las autonómicas tienen que efectuar enormes desembolsos”, comenta una de las personas que ha estado en el centro de la Operación Polo y que prefiere quedar en el anonimato“. ¿Rose, Sierra, Carrascosa? ¿Por qué tanto secreto?
28 de junio de 2017: García-Page adelanta la noticia de la cesión y anuncia que, mientras se negocian todas las garantías contractuales para el acuerdo, se prepararán “como aperitivo” algunas exposiciones con obras de la colección de Roberto Polo. ¿Quién actuará como comisario/a?
30 de junio de 2017: Más entrevistas promocionales a Polo. En Expansión se le escapa un detalle del acuerdo hasta entonces no revelado y luego no confirmado: “(Pregunta:) ¿Y qué gana usted a cambio? (Respuesta:) Sólo he pedido que, como historiador de arte, me habiliten una casa junto al museo, como tienen todos los grandes conservadores y directores. Nadie se ha opuesto, claro. El Estado gana mucho más”.
4 de julio de 2017: Se escenifica ante la prensa el acuerdo. Rafael Sierra y Óscar Carrascosa posan en la foto oficial pero no se explica en calidad de qué. También estaba allí, no oficialmente, Barbara Rose. ¿Qué papeles jugarán en la futura fundación y en los museos? ¿Reciben ya honorarios de alguna de las partes? Si paga Polo (por el momento lo más probable) bien, si paga la Junta hay que publicar contratos y cifras. Por cierto, no veo el convenio con Polo en los listados que publica la comunidad autónoma.
18 de julio de 2017: Se celebrará un curso de verano en la Universidad de Málaga, dirigido por Óscar Carrascosa, con el título Coleccionismo. Las voces del discurso. Con presencia estelar de Roberto Polo y gran protagonismo de Rafael Sierra. Participa Juan Garaizábal.
13 de septiembre de 2017: Abrirá al público en la Roberto Polo Gallery de Bruselas la exposición Nature as Architecture, comisariada por Rafael Sierra y Óscar Carrascosa. La cual cuenta, según la web de la galería, con los "auspicios" de la Embajada de España en Bélgica. Es verdad que la web cultural de la Embajada incluye una noticia sobre la exposición pero no se explicita ninguna vinculación. Los artistas participantes son viejos conocidos de la era Císcar: Miquel Navarro, Juan Garaizábal y Francisco Caparrós. Habrá un catálogo, con textos de Barbara Rose y Fernando Castro Flórez.
Sin fecha: Cuenca -recuerden, una de las futuras sedes de la colección Polo- negocia con el heredero de Gerardo Rueda la celebración de una exposición con obras de este artista y de Fernando Zóbel. Se discute sobre todo la financiación: 200.000 euros que cubrirían entre otras cosas el comisariado de Barbara Rose. Él, poco elegante, defiende en Voces de Cuenca la partida que le correspondería a ella así: "Barbara Rose es amiga mía, vive a 50 metros de mi casa y quién la ha traído y la ha metido en todos estos sitios ha sido José Luis Rueda, ha sido comisaria de 50 exposiciones de mi padre y aquí no quieren verlo".