Image: Carlos Martínez

Image: Carlos Martínez

Ciencia

Carlos Martínez

“Ha llegado la hora de la ciencia en España”

8 abril, 2004 02:00

Carlos Martínez. Foto: Mercedes Rodríguez

El mundo de la ciencia está revuelto. La dimisión masiva de científicos en Francia y las protestas en EEUU es sólo el comienzo. En España, once de nuestros científicos más importantes acaban de presentar el Pacto de Estado por la Ciencia. Entre ellos, Carlos Martínez, director de Inmunología del CNB, que habla con El Cultural sobre el definitivo despegue de nuestra investigación y sobre el futuro papel que ésta debería tener en la nueva economía.

-El "Grupo de los Once" en España, los Nobel en Estados Unidos contra Bush, dimisión masiva de científicos en Francia. ¿Hay rebelión en los laboratorios?
-Creo que se está poniendo de manifiesto cada vez más el papel que la Ciencia va a desempeñar en el futuro de la economía y de la sociedad. El papel del científico es cuestionar las verdades, y sobre todo las verdades absolutas. Consecuentemente no es de extrañar que critiquen el orden que los políticos dictan para hacer de la ciencia un instrumento de riqueza y que pidan un lugar apropiado en el diseño de ese nuevo orden que es necesario construir. Reflejo de ese nuevo orden son la economía del conocimiento, o las noticias científicas que diariamente brillan con luz propia en los medios de comunicación: el genoma humano, las células madre, vida en Marte... etc.

-¿Cree que ha llegado ya el momento de "meter mano" de verdad a la ciencia en nuestro país?
-En 1995 los líderes de quince de las mayores empresas tecnológicas americanas enviaron una carta pública al entonces presidente de los EEUU, W. B. Clinton ("El momento de la verdad para América"), recomendándole que promoviera desde la Administración la investigación como forma de generar bienestar y riqueza. Decía la carta cosas muy interesantes, pero insiste en que todo lo que en estos momentos nos rodea es fruto de la investigación científica y tecnológica y que una muy buena parte de la propiedad intelectual del sector productivo tiene su origen en la financiación pública obtenida por métodos competitivos a partir de la cual el sector privado genera riqueza. Una de las consecuencias de esta misiva fue la duplicación de los fondos públicos de investigación y el aumento de la brecha que en ciencia separa a EEUU de Europa.

-¿Qué condiciones "objetivas" le llevó a usted y otros colegas a redactar el llamado Pacto de Estado por la Ciencia?
-Estoy convencido, al igual que otros científicos que ha llegado el momento de la verdad para España. Los científicos hemos hecho llegar este mensaje a los responsables políticos y nos gustaría que también el sector productivo, y la sociedad en general, se unieran a los científicos en este momento de la verdad. El avance científico está condicionando actualmente los países que serán dueños de su futuro. Y nuestros científicos, y nuestra sociedad, quieren que España pertenezca a ese selecto club de países.

Investigación básica
-¿Cómo le explicaría usted a la iniciativa privada que invertir en ciencia es rentable a corto-medio plazo?
-Recientemente tuve la oportunidad de participar en el ‘European Business Submmit Research and Innovation: a European Strategy for more Growth and Jobs’ donde se discutió el papel de la ciencia en la creación de la economía del conocimiento. Allí se vió la importancia de la investigación básica como motor de desarrollo económico. Esta relevancia se recoge en la posición que varios CEOs de grandes empresas europeas pusieron de manifiesto. Incluso la implementación de los compromisos de Lisboa y Barcelona de llegar al 3% del PIB en I + D no garantiza que Europa fuera la principal competidora de EEUU en el 2010. China e India crecen muy deprisa. Las consecuencias serían que si bien en Europa disfrutaremos del bienestar generado al albor del desarrollo científico, no seremos capaces de beneficiarnos de la riqueza económica, ni de los puestos de trabajo que el avance científico genera.

-¿Cómo reorganizaría el Ministerio de Ciencia y Tecnología para darle mayor eficacia?
-Primero y fundamentalmente no defraudando las expectativas que en Ciencia y Tecnología estaban presentes en el programa electoral del partido socialista. Segundo: poniendo al frente de esta actividad a técnicos con experiencia en este área. En lo que leo, el nuevo gobierno tiene la intención de reubicar la ciencia en el Ministerio de Educación y Ciencia. Entiendo y espero que el nuevo gobierno tenga unos planteamientos acordes con el cometido de la Ciencia en la sociedad actual. La Ciencia abarca desde la investigación básica que aporta el descubrimiento original sobre el que pivota un desarrollo, hasta el producto final que repercute en la sociedad contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La eficiencia de este proceso es fundamental para acumular el valor añadido que es fuente de riqueza económica y empleo. El fragmentar esta cadena en ministerios distintos contribuye a disminuir la eficacia del proceso y consecuentemente la competitividad del país. El nuevo gobierno debe habilitar mecanismos que faciliten la trasformación del conocimiento en valor económico. Consecuentemente el Ministerio de Educación y Ciencia debe de estar vinculado al sector productivo y crear mecanismos que permitan agilizar la financiación, evaluación y gestión de la investigación. En la actualidad, los OPIS poseen un corsé administrativo que les impide ser competitivos. Si esta situación no se modifica con extremada urgencia se corre el peligro de asfixiar los escasos centros competitivos.

Competencias administrativas
-¿Estaría, pues, en contra de la posibilidad de que la ciencia sea compartida por los ministerios de Educación y Ciencia y el de Industria, Comercio y Turismo?
-La propuesta así planteada sería un grave error. Entendemos que el planteamiento del Sr. Zapatero en la presentación del Programa electoral en el CSIC indicó que el Ministerio de Educación y Ciencia suponía el unir las Universidades y los Organismos Públicos de Investigación (OPIS), que por cierto también debería incluir el Instituto de Salud Carlos III. Entre los OPIS existen aquellos que producen investigación básica y otros mas ligados al proceso de desarrollo o al sector productivo y que suponen partes fundamentales de la cadena de conocimiento al que le hacía referencia anteriormente. Desligar estos centros de la Universidad supone de nuevo un quebranto y un paso atrás en el necesario proceso de avance en competitividad. Igualmente, el no unir la investigación biomédica básica a la práctica hospitalaria supone un desequilibrio que difícilmente permitirá llevar a la sociedad los grandes logros de la revolución de la biología molecular y la ingeniería genética. El Ministerio de Educación y Ciencia, tal como se mencionaba en el programa electoral del partido ganador de las pasadas elecciones debe agrupar a todos los organismos relacionados con el avance científico y la investigación: universidades, hospitales, OPIS.

-¿Cómo relaciona el ámbito económico con el científico?
-La economía del conocimiento se basa en el avance científico. Existen además distintas estrategias de desarrollo que este avance permite utilizar tales como los start-up. Compañías de pequeño tamaño basadas en ideas científicas competitivas que permiten crear valor añadido mediante su desarrollo. La Administración debe de apoyar estas iniciativas que han demostrado contribuir a crear riqueza y puestos de trabajo en los países más competitivos. Para ello deben realizarse actuaciones que permitan una mayor integración del científico en el entramado del sector productivo que es responsable final de generar la riqueza económica que los ciudadanos demandan.

-¿De qué depende, en su opinión, la competitividad en el ámbito científico?
-De la comunidad científica; del apoyo social a la ciencia; del sector productivo y de los poderes públicos. A todos nos corresponde implicarnos en este proceso tan fundamental. Cada uno desde su parcela.