Image: José María Bermúdez de Castro

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Ciencia

José María Bermúdez de Castro

“Aún existen agujeros negros en la evolución”

24 junio, 2004 02:00

José María Bermúdez de Castro. Foto: Federico Vélez

Empieza una nueva campaña en Atapuerca. José María Bermúdez de Castro y su equipo desentierran estos días su instrumental de trabajo para continuar con sus estudios en la cueva de la Gran Dolina y la Sima de los Huesos. También tendrán como objetivo los yacimientos de la Cueva del Mirador y la Sima del Elefante, cuyos frutos podrían dilatarse unos años. Bermúdez de Castro, profesor del CSIC en el departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, publica Hijos de un tiempo perdido (Ares y Mares), una mirada hacia los orígenes del hombre.

El origen de la locomoción bípeda, los caníbales de la Gran Dolina, el poblamiento de Europa y los cambios climáticos son algunos de los temas que Bermúdez de Castro aborda en su nuevo libro, que firma junto a Belén Márquez, Ana Mateos, María Martinón-Torres y Susana Sarmiento.

-¿Puede la Ciencia explicarse de una forma didáctica?
-Cualquier ámbito de la Ciencia se puede explicar de manera didáctica. Exige un esfuerzo extra para el científico, pero merece la pena. Resulta muy gratificante explicar tu trabajo a la gente y comprobar cómo tu profesión tiene una trascendencia e influye en la sociedad. Es cierto que conocer nuestros orígenes interesa a la mayoría. Todavía recuerdo las aglomeraciones que se formaron para ver la primera exposición sobre evolución humana que se presentó en España, allá por los primeros ochenta del siglo XX, en el Museo Arqueológico Nacional. Y el interés no ha decaído, sino todo lo contrario; cada vez hay más personas que visitan las exposiciones y leen libros sobre evolución humana.

Darwin y la tolerancia
-Hablando de evolución. Si debe afirmarse que somos primates, ¿qué les diría a los que niegan o se resisten a enseñar a Darwin?
-Somos primates, por definición, y nos clasificamos dentro de la familia de los homínidos, junto a chimpancés y gorilas. Cada persona debe elegir cómo debe ser su vida y sus creencias. Pero esa misma tolerancia se les debe pedir a los que niegan de manera sistemática la teoría de la evolución de Darwin o cualquier otro aspecto de la Ciencia.

-¿Cree que el chimpancé debe ser considerado un "ser humano"?
-El término "humano" es un calificativo que hemos acuñado para nosotros mismos y así diferenciarnos de otros animales. El término tiene unas connotaciones, no sólo de "racionalidad", sino sobre todo de bondad, ecuanimidad, tolerancia, etc. Por ejemplo, solemos hablar de la gran humanidad de tal o cual persona o decimos que algo es inhumano cuando no cumple una serie de condiciones, es cruel, perverso, malo, etc. Nuestro comportamiento como especie no siempre merece el adjetivo de humano: guerras, injusticias, crueldad...; tal vez, como explica Eudald Carbonell, aún no hemos terminado nuestro proceso de humanización.

»En definitiva, podemos elegir entre otorgarle ese calificativo a las especies que nos han precedido y tal vez a nuestros parientes los chimpancés (con quienes compartimos un ancestro común que vivió en áfrica hace unos seis millones de años) o considerar que, como especie, aún estamos lejos de alcanzar el grado de humanización que todos desearíamos. Por mi parte, estoy de acuerdo con Eudald Carbonell en que realmente aún no somos humanos, en el sentido que todos entendemos. Y quizás más de uno se "rasgue las vestiduras" al leer esta sentencia. Sin embargo, pienso que debemos reflexionar sobre ella y hacer un esfuerzo por eliminar determinados comportamientos aberrantes, como las guerras, el terrorismo, la crueldad y todo tipo de violencia para con nosotros mismos y los demás seres que comparten con nosotros este planeta.

-¿Cuál es en estos momentos el "conocimiento perdido" entre lo que somos ahora y nuestros antepasados?
-Nos queda todavía mucho por conocer de nosotros mismos y de nuestros orígenes. Apenas llevamos algo más de un siglo excavando yacimientos y estudiando el registro fósil y arqueológico de las épocas más remotas de nuestro linaje evolutivo. Se ha trabajado mucho primero en Europa Occidental y luego en ciertos países del este de áfrica; también se conocen ya muchos yacimientos en China y Próximo Oriente. Sin embargo, estamos aún lejos de poder conseguir información sobre lo que sucedió con los homínidos en amplios territorios que en la actualidad corresponden a países de áfrica y Eurasia, donde es muy difícil realizar exploraciones, localizar yacimientos, llevar a cabo excavaciones e investigar. Un buen ejemplo es la República de Georgia, uno de los países de la antigua Unión Soviética. En Dmanisi, una pequeña aldea de este país del Cáucaso se descubrió a finales de los años ochenta del siglo XX uno de los yacimientos más importantes de la actualidad, que ha permitido conocer un nueva especie, el Homo georgicus, y averiguar que los homínidos dejamos áfrica mucho antes de lo que creíamos. Pero trabajar en este yacimiento no está exento de un cierto peligro, porque las condiciones políticas de Georgia son todavía muy complejas. Existen muchos "agujeros negros" que aún tardarán en llenarse con la luz de hallazgos que no dejarán de sorprendernos. El estudio de la evolución humana, como el del universo, continuará siempre.

-¿El nuevo cambio climático nos llevará hacia un nuevo proceso de evolución-adaptación?
-Es muy probable que así sea. Desde hace varios millones de años se producen en nuestro planeta alternancias climáticas, que se han ido acentuando con el tiempo. Ahora estamos en una fase interglacial y nuestra influencia puede acelerar el cambio climático que, de todos modos, ha de suceder más tarde o más temprano. Sin duda, cuando las condiciones sean más extremas muchas especies se extinguirán y otras se adaptarán. Luego, surgirán especies nuevas y así sucesivamente. Todas las especies acaban antes o después por extinguirse y la nuestra no será una excepción. La esperanza es precisamente que nuestra especie se transforme en otra especie, por adaptación (que incluso nosotros podremos controlar en el futuro) a una Tierra muy diferente o quizás a otros planetas.

Una adaptación exclusiva
-¿Qué relación existe entre la alimentación/dieta del hombre contemporáneo y su futura evolución como especie?
-Somos omnívoros y eso en principio nos permitirá sobrevivir en cualquier ecosistema; pero aprenderemos cada vez a comer mejor y tendremos por ello una mejor calidad de vida.

-¿Y la tecnología?
-Por supuesto, la tecnología ya ha sido muy importante en nuestra evolución y llegará a ser determinante. La tecnología se puede definir como una adaptación exo-somática, exclusiva de nuestra especie, que tiene un origen biológico, puesto que nace de las ideas producidas en el neocórtex de nuestro cerebro. Nuestra inteligencia, con la ayuda de la tecnología, nos ha permitido conocer las claves del genoma humano; ahora sólo nos resta aprender a controlarlo y será la primera vez que una especie tendrá capacidad para dirigir su propia evolución. Tal vez esto pueda sonar a ciencia ficción, pero es sólo cuestión de tiempo.

-Comienza ya una nueva campaña en Atapuerca. ¿Hacia dónde caminan los nuevos descubrimientos? ¿Cree que queda mucho por desvelar?
-La Sierra de Atapuerca encierra probablemente cientos de yacimientos en sus entrañas y cada uno de ellos contiene miles de fósiles y de herramientas de piedra. Además, empezamos ahora a conocer los alrededores de la Sierra, donde también se localizan centenares de sitios potencialmente interesantes para el estudio de la evolución humana. Se puede afirmar por ello que las investigaciones en Atapuerca apenas han comenzado. Podemos hablar así de nuestros objetivos a muy corto plazo, que se dirigen, entre otras cosas, a conocer mejor todo lo relativos a las especies Homo antecessor y Homo heidelbergensis. Para ello, debemos concentrar esfuerzos en terminar las excavaciones de los yacimientos que rellenan la cueva de la Gran Dolina y la Sima de los Huesos. También planteamos objetivos a más largo plazo, preparando las excavaciones sistemáticas de yacimientos como la Cueva del Mirador y la Sima del Elefante, que darán sus mejores frutos dentro de 30 ó 40 años. Después... quién sabe.

-Hijos de un tiempo perdido... ¿Hemos abandonado definitivamente nuestras raíces?
-No, todo lo contrario, somos hijos de ese tiempo perdido. Pero tenemos que aprender a conocer nuestras raíces para saber mucho más de nosotros mismos, para aprender a respetarnos, a querernos, a tener conciencia de lo que somos, a tener conciencia de especie. Existen aspectos de nuestras raíces que deberíamos eliminar y otros que deberíamos mantener. Añadamos después unas buenas dosis de tolerancia, justicia y solidaridad y tendremos al verdadero ser humano, que ha dejado atrás parte de su herencia y ha soltado amarras para dar origen a un nuevo linaje evolutivo.