Ciencia

Francisco J. Ynduráin

“En la civilización actual el papel de la física es decisivo, desde la iluminación hasta el control de tráfico”

16 noviembre, 2006 01:00

Francisco J. Ynduráin. Foto: Mercedes Rodríguez

Es autor de libros como Los desafíos de la ciencia y Electrones, neutrinos y quarks (ambos en la editorial Crítica) y una de las primeras referencias de la Física española. Francisco J. Ynduráin (Benavente, 1940) consigue hacer amenos los escollos de una disciplina en muchos casos sólo apta para iniciados. En la clase magistral que el próximo lunes inicia en el auditorio "la Caixa" el catedrático de la UAM hablará, entre otras cosas, de las fronteras del conocimiento, de los grandes aceleradores, del big bang y de los extraños habitantes de la Vía Láctea.

-¿Cree que el conocimiento científico abre fronteras o crea otras nuevas? ¿Cuál es, para usted, la más novedosa?
-Por supuesto el conocimiento abre fronteras. Y, también por supuesto, nos hace conscientes de la existencia de nuevos campos inexplorados. A veces se ha hecho la analogía del conocimiento humano con una isla de luz, en un océano de sombras. Cuanto más avanza nuestro conocimiento, mayor se hace el círculo iluminado; pero también es mayor la circunferencia más allá de la cual hay sombras. Desde luego, la pregunta que usted me hace es una pregunta filosófica y, por tanto, sin respuesta fiable. Podría ser (en la analogía de la isla iluminada) que, realmente, el mar se acabase justo un poquitito más allá de la zona iluminada. Mi impresión es que no es así; y ello porque, hasta ahora, siempre que hemos explorado regiones nuevas hemos encontrado sorpresas. Algunas de estas sorpresas son las que discutiré en las conferencias de ‘la Caixa’. Otra posibilidad es que, más allá de la zona de luz, existiera una frontera al conocimiento. Esta frontera puede ser de muchos tipos. Puede ser que nuestra inteligencia no sea capaz de avanzar más allá de un cierto punto. Y puede ser que la propia naturaleza ponga fronteras a nuestras exploraciones. Una frontera, a la que hemos llegado no hace mucho, es la del universo visible. Como es sabido, el universo comenzó en un big bang hace unos 14.000 millones de años. Por otra parte, si las actuales teorías inflacionistas del principio del universo son correctas, el universo es muchos millones de veces mas grande que la distancia que la luz ha sido capaz de recorrer desde el big bang. Por tanto, no hay manera de saber cómo es el universo, excepto en la pequeña fracción de la que podemos recibir señales. Y seguro que hay otras barreras que no se nos han ocurrido.

-¿Consideraría el microcosmos y el macrocosmos dos extremos con leyes en común?
- Es cierto que macrocosmos y microcosmos están igual de alejados del ser humano. En ese sentido sí son dos extremos. Pero también es cierto que obedecen a leyes que tienen mucho en común, aunque al parecer, también hay cosas que encontramos en el macrocosmos que no nos aparecen en el microcosmos.

El mar de sombras
-A juzgar por los resultados de algunos estudios, ¿podría decirse entonces que estamos al borde de desentrañar las leyes del universo?
-Yo creo que no, aunque, por supuesto, no puedo probarlo. Tengo la impresión de que el mar de sombras del que le hablaba antes es bastante grande. También es cierto que la respuesta depende de la disciplina científica que se considere: en química y, hasta cierto punto en biología, las leyes fundamentales parecen ya conocidas. Lo que la exploración del macrocosmos ha puesto de manifiesto en física es que hay muchos fenómenos (materia oscura, energía oscura, etc.) que aún no entendemos. Y en otras disciplinas, tal como la psicología, nuestra isla de conocimiento es ridículamente pequeña. Aquí da la impresión de que el problema es que la psicología es demasiado complicada para que nuestra inteligencia pueda comprenderla.

-Sin embargo, algunos de los aspectos más complejos del universo sí pueden llegar a comprenderse. ¿Podría evaluarse lo que aún nos queda por conocer?
- Por definición, no. Siguiendo con el símil de la isla, hay una zona de penumbra en la que podemos discernir algo, aunque no sea claramente. En el caso de la física, hay el mecanismo de Higos o la cuestión de la consistencia de la gravitación y la mecánica cuántica que estarían en la zona de penumbra. En cosmología, la masa oscura o la energía oscura también estarían en la zona de penumbra. En todos estos casos, tenemos problemas, pero al menos sabemos que existen estos problemas. Pero lo que nos enseña la historia de la ciencia es que siempre aparecen fenómenos que nadie había previsto.

-Tras los numerosos estudios que ha realizado sobre el tema, ¿cree aún que hay secretos en la materia?
-Hace unos años parecía que no había muchos; ahora sabemos que nos queda bastante. ¿Qué relación hay entre la masa oscura, la energía oscura o el fenómeno de inflación del Universo primigenio, y las partículas elementales? Yo no tengo ni idea, ni creo que nadie la tenga. Por otra parte, conocer las partículas e interacciones básicas no lo es todo. En especial, para aplicaciones es necesario estudiar estructuras complicadas para las que nuestro conocimiento a nivel microscópico no nos sirve de mucho: por ejemplo, para estudiar el comportamiento de la mente humana el saber que estamos hechos de electrones, neutrinos y quarks no nos ayuda en absoluto.

Pese a todo, el profesor Ynduráin considera que aún quedan desafíos importantes en la física de partículas: "Entre los que pueden resolverse en un futuro próximo (digamos, en unos seis años o así) el descubrimiento de la partícula de Higgs que, en el modelo estandar de interacciones, es la responsable de la masa de las partículas. Es muy probable que esta partícula se descubra en el acelerador LHC que se está construyendo en el CERN y que se espera que sea operativo en 2009; y esto si no se nos adelantan los americanos con su Tevatron, en Fermilab cerca de Chicago. Más adelante, en el mismo acelerador LHC, o tal vez en Otto de los que están en estudio, se podrán estudiar las propiedades de esta partícula. Y, por supuesto, dado que el acelerador LHC tendrá una energía siete veces mayor que la alcanzada hasta ahora, puede haber sorpresas que serán, sin duda, lo más interesante.

-¿Qué papel juegan los aceleradores de partículas como el CERN para comprender nuestro entorno?
- Son los que nos han permitido descubrir que (salvo las incógnitas astronómicas de la masa oscura, la energía oscura o el fenómeno de inflación) todo está hecho de electrones, neutrinos y quarks, y nos han permitido estudiar las interacciones entre estas partículas con una precisión que Paul Horgan ha caracterizado de "inhumana".

Uno de los puntos de más actualidad es la vuelta o no a la energía nuclear, un "frente" en el que los físicos tienen mucho que decir. Entre otros foros, el profesor Ynduráin ha estado en los últimos tres años en el Consejo de Academias de Ciencias Europeas, uno de cuyos subcomités (en el que también ha participado) estudiaba el problema energético. Partiendo de esta experiencia, señala con contundencia: "Después de discutir con muchas personas, en este Consejo o en otros lugares he comprobado que ningún científico serio tiene dudas de que la energía nuclear es una parte necesaria de la solución a nuestros problemas energéticos. Pero no es toda la solución".

-¿La consideraría una "solución" inmediata?
-Bueno, la energía nuclear nos puede resolver los problemas acuciantes, digamos hasta el año 2050 o así. Pero una solución viable a largo plazo (digamos, a 100 años vista ) implica basarse fundamentalmente en energías renovables. Dado que estas pueden cubrir, como máximo, un 10% de nuestras necesidades, habría que hacer un esfuerzo serio por reducir la población mundial. Claro está, salvo que haya desarrollos cientifícos revolucionarios o que la energía de fusión se demuestre utilizable, algo esto último de lo que tengo serias dudas. El problema de la energía nuclear es la escasez de combustible nuclear, y la producción de residuos. El primero puede resolverse a base de reactores generadores ("breeders") que producen combustible nuclear a partir, por ejemplo, de torio. La tecnología de estos reactores no está totalmente desarrollada pero, muy probablemente, no presentará problemas insolubles. La gestión de los residuos es mas difícil de solucionar. Y está la utilización de reactores nucleares para producir bombas o material radioactivo para ser empleado en guerras o atentados, algo que pone los pelos de punta. Pero, desgraciadamente, a corto plazo, el prescindir de la energía nuclear implicaría una pérdida de nivel de vida en más de un factor dos en unos quince años. Lo sé: he hecho el cálculo que, por otra parte, no es difícil y ha sido también hecho por muchas otras personas.

Ciencia ficción y tecnología
-Ignacio Cirac a recibido el último Príncipe de Asturias. ¿Qué piensa de los ordenadores cuánticos?
-De momento esto es sólo ciencia ficción. Estamos muy, muy lejos de poder construir algo práctico, aunque los mecanismos sí se pueden utilizar, y se han utilizado, para encriptación de la información.

-¿Le parece, pues, aventurado hablar de una nueva revolución tecnológica a medio plazo?
- Esto no se lo puedo contestar con certeza, pero tengo la impresión de que no habrá una revolución en algo básico. Los progresos más esperanzadores se darían -y esto sí sería revolucionario- si se pudiesen desarrollar mecanismos con inteligencia artificial. Es decir, robots. Pero las esperanzas que había en los setenta al respecto no se han cumplido.