Image: Jordi Bascompte

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Ciencia

Jordi Bascompte

“Las revistas científicas viven un momento de transición”

4 junio, 2010 02:00

Jordi Bascompte. Foto: Jesús Morón.

Publicaciones científicas como Science o Nature han hecho historia en los últimos años. Jordi Bascompte, investigador de la Estación de Doñana y recién incorporado al equipo editorial de la primera, nos habla sobre el papel de estas revistas ante la revolución mediática de internet.

Sólo hay dos españoles en el prestigioso Board of Reviewing Editors de la revista Science. Jordi Bascompte (Olot, 1967) y Oscar Marín, del Instituto de Neurociencias de Alicante. Ambos, con el resto de los miembros, revisarán los cerca de 250 artículos que llegan cada semana a la revista. Entre sus funciones estarán también la de sugerir nombramientos, ayudar a los editores con los manuscritos, detectar líneas de investigación emergentes y seleccionar las diez mejores investigaciones del año.

-¿Habría tenido el mismo impacto el reciente hito de Craig Venter sobre su "célula artificial" de no haber sido publicado por Science (que además lo adelantó en su edición electrónica)?
-Bueno, es un hecho que al publicarse en Science ha acelerado su difusión. Creo que el artículo de Venter describiendo la creación de una célula sintética es una contribución muy significativa a la historia de la biología. Creo también que trasciende su campo porque es de interés tanto para la comunidad científica como para el público en general. No sólo los biólogos moleculares están interesados en este hito.

-¿Tienen buena salud, entonces, las revistas científicas?
-Creo que sí, al fin y al cabo, son el medio por el que nos comunicamos los científicos nuestros resultados. Eso sí, en estos días viven un momento de transición. Nos encontramos ante dos grandes revoluciones en el mudo editorial. Por una parte, cada vez se publica más on line, con lo que ya no necesitamos cumplir con la rutina semanal de ir a la biblioteca, coger un volumen de la revista y fotocopiar el artículo. Ahora lo vemos desde nuestro ordenador y nos bajamos el PDF en cuestión. La extensión de los documentos en formato PDF (Portable Document Format) ha cambiado la forma de leer y citar ciencia. Ha habido un antes y un después. La segunda revolución del mundo editorial viene dada por las revistas abiertas, es decir, publicaciones que no requieren una suscripción frente a revistas tradicionales que viven de las suscripciones individuales e institucionales. PloS (Public Library of Science) está revolucionando la forma de publicar ciencia. Esto ha obligado a muchas revistas a cambiar su estrategia para no perder impacto.

Formato abierto
»Es el caso de PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences de los EEUU), que ha retrocedido frente a PloS Biology, que se ha adaptado, ofreciendo a los autores la opción de publicar su artículo en formato abierto previo pago. Estos artículos se citan más que sus equivalentes cerrados porque mucha gente, en especial de países del Tercer Mundo, pueden bajárselos.

-¿Qué piensa de fraudes como los de Hu Hwan? ¿Se necesitan ahora más filtros?
-Es posible que siempre exista una pequeña posibilidad de que se cometa fraude, aunque son minoritarios en la práctica científica. La ciencia tiene filtros muy exigentes basados en la revisión por pares de cualquier trabajo. Se asume que los datos de partida son auténticos. Por eso siempre hay un margen para el fraude. Pese a todo, yo creo que esto no es lo relevante. Lo relevante es que el sistema científico por definición es el que mejor detecta el fraude. Hu Hwan, por seguir su ejemplo, pudo engañar a la comunidad científica en un principio, pero la maquinaria de la investigación lo acabó detectando en poco tiempo porque el método científico se basa en el requisito de que los resultados de un experimento sean repetibles por otro investigador a partir de la información descrita en el artículo.

-¿Se podría entender la ciencia de los últimos años sin revistas como Science o Nature?
-No. Es en estas revistas donde se publican los grandes avances que se incorporan al acervo cultural y a los libros de texto. Empezábamos esta entrevista hablando del artículo de Craig Venter. A parte de este hito, piense por ejemplo en el hallazgo de la estructura en doble hélice del ADN, en el descubrimiento de la relación entre el Virus de Inmodeficiencia Adquirida y el Sida, o en el artículo relacionando la extinción de los dinosaurios con el impacto de un cuerpo extraterreste. Se trata sólo de tres ejemplos de hitos del siglo XX, publicados el primero en Nature y los otros en Science. Cambiaron la historia de la humanidad. Por supuesto, esto no implica que otras revistas más especializadas no sean importantes.

Calidad y belleza
-¿Qué artículos de los publicados destacaría?
-Es una pregunta difícil de contestar dada la gran cantidad de trabajos excepcionales que se publican allí. Pero a título de ejemplo mencionaría un trabajo que destaqué en la revista Faculty of 1000, por su inusual calidad y belleza: el titulado Successful conservation of a threatened Maculinea butterfly, publicado por J. A. Thomas (y colaboradores) en julio de 2009. El artículo ilustra de forma elegante el papel de las interacciones ecológicas que pueden parecer irrelevantes en la persistencia de las poblaciones. También demuestra el potencial de una práctica basada en el conocimiento científico. Este ejemplo formará parte de la historia de la ecología y de la biología de la conservación.

Por su edad o por su carácter, Bascompte parece apasionado por su labor de ‘editor'. También por su trabajo en la Estación Biológica de Doñana, dedicado a la ‘arquitectura de la biodiversidad'. "Hemos visto que las especies tejen redes de dependencia mutua como las que se dan entre las plantas y los insectos. Esto les permite sostener a un mayor número de especies y hacerse más fuertes a situaciones como la extinción". El objetivo último de estos trabajos es desarrollar reglas que puedan ser usadas en biología de la conservación.

-¿Cómo afecta la acción humana en entornos ecológicos como Doñana?
-Bueno, le diré que en términos genéricos, la acción humana a escala planetaria está afectando a todos los ecosistemas de la Tierra. A través del cambio climático, la destrucción de los hábitats, el incremento de CO2 y demás mecanismos de cambio global, las especies ven afectadas sus abundancias, fisiologías y rangos de distribución. Hoy sabemos que el cambio global afecta todavía en mayor medida a las interacciones entre especies. No sólo se trata de vivir en un mundo más simple y aburrido, se trata de la pérdida de calidad de vida que sufriremos como especie.

-¿Qué papel debe jugar el científico en esta encrucijada?
-Le contestaré con un ejemplo: el científico demuestra mediante su trabajo una relación inequívoca entre la acción humana y el incremento de gases invernaderos en la atmósfera. Estas evidencias son incontestables y deben servir para proporcionar argumentos de peso para una mejor gestión de la naturaleza. En países con una tradición científica todavía pobre, como España, el flujo de información entre el científico y el público (o el gestor) es aún muy tenue. Cambiar esto es responsabilidad de todos.