Eduardo Punset dirige el II Congreso Internacional de la Felicidad

Matemática, fórmula, método, ecuación... En una sociedad que se pirra por las estadísticas, términos como éstos generan confianza y nos acercan al terreno de lo abstracto, al que pertenecen -o eso creíamos- conceptos como la felicidad. A la ciencia ya no se le escapa casi nada y ha concluido que el mayor anhelo del ser humano es cuestión de números, gráficos y tablas, así que está en condiciones de trazarnos el mapa para llegar a él. Con este objetivo llega el II Congreso de la Felicidad, organizado por Coca-Cola, que se celebra entre el lunes y el martes en los Teatros del Canal de Madrid. Por él pasarán investigadores y divulgadores de diversas disciplinas científicas, como el psiquiatra Luis Rojas Marcos, el paleontólogo Juan Luis Arsuaga o el afamado divulgador Eduardo Punset, que dirige el encuentro.



En busca de una definición

Empecemos por el principio: ¿qué es la felicidad? Para Luis Rojas Marcos, profesor de psiquiatría de la Universidad de Nueva York, es "un sentimiento positivo de satisfacción con la vida en general". La definición de Punset es aún más concreta: "Es la ausencia del miedo".



"Hace un poco más de un siglo la esperanza de vida seguía siendo de treinta años: lo justo para aprender a sobrevivir, si se contaba con la suerte, y culminar el propósito evolutivo de reproducirse. No había futuro ni, por lo tanto, la posibilidad de plantearse un objetivo tan insospechado como el de ser felices. Ésta era una cuestión que se aparcaba para después de la muerte", decía el divulgador catalán en su libro El viaje a la felicidad. Hoy, la esperanza de vida en España casi alcanza los 82 años y la gente quiere ser feliz aquí y ahora. "Sólo cuando se es consciente de la finitud de un proceso se puede disfrutar o vivir con la intensidad necesaria. Lo importante es tomar conciencia de que hay vida antes de la muerte; la gente tiende a olvidarlo", asegura el divulgador.



Aunque el aumento de la esperanza y la calidad de vida nos ha dado más tiempo para pensar en la felicidad, su búsqueda es inherente al ser humano. Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid y codirector de los yacimientos de Atapuerca, asegura que la evolución nos hizo sociables y por eso necesitamos a los demás para ser felices: "Más que ninguna otra especie, estamos diseñados para vivir en grupo. Por este motivo no hay más cielo posible en este mundo que los demás".



La báscula de la felicidad

Según Punset, "existen fórmulas para medir la felicidad que funcionan adecuadamente si no se olvida que en ciencia, lo que es verdad de un promedio puede no serlo de un individuo". Para Rojas, el método más efectivo es también el más antiguo del mundo: preguntar. Esa es, precisamente, una de las tareas del Instituto de la Felicidad, que en su última encuesta, realizada en 2011, determinó que el 69% de los españoles se declara feliz pese a la crisis. Este instituto, creado por Coca-Cola en 2008 y dirigido también por Punset, es una buena muestra del auge que en los últimos años ha experimentado la llamada Responsabilidad Social Corporativa (recordemos que la multinacional se asoció casi desde su nacimiento al concepto de felicidad cuando nadie sabía aún qué era eso de la imagen de marca). Los objetivos del instituto son "la investigación y la difusión de conocimientos sobre la felicidad con el fin de contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a mejorar la calidad de vida de los españoles", según reza en su página web. Entre sus colaboradores figuran investigadores y divulgadores como Alejandra Vallejo-Nágera, Javier Urra o Jesús Sánchez Martos.



Para el psiquiatra afincado en Nueva York, donde ha ejercido importantes cargos en la sanidad pública, la búsqueda de la felicidad se parece a las finanzas: "Lo mismo que los inversores no colocan todo su capital en un sólo negocio, no debemos depender de una sola fuente para abastecer nuestra satisfacción con la vida".



Pero si hay un especialista en aplicar métodos de economía a la búsqueda de la felicidad, ése es Manel Baucells, catedrático de economía y empresa de la Universidad Pompeu Fabra, que acaba de publicar junto al profesor Rakesh Sarin de la Universidad de California el libro La fórmula de la felicidad (Planeta). Ambos son expertos en la toma de decisiones y afirman que la felicidad depende única y exclusivamente de nosotros. "Hay gente que piensa que la felicidad no depende de nosotros, y que tratar de ser más feliz es como tratar de ser más alto. Nosotros pensamos que la felicidad es como un barco, que se puede pilotar con el timón. Las circunstancias externas son como el viento y las corrientes, que empujan el barco, pero sin embargo uno puede retener el control del barco si sabe pilotar el timón".



Científicos y monjes

Aunque el encuentro nace con vocación científica, la gran estrella del congreso es Matthieu Ricard, que se autodenomina "el hombre más feliz del mundo". Este francés de 65 años es escritor, fotógrafo y monje budista. Desde 1989 es asesor personal del decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso. Al terreno espiritual pertenece también Sor Lucía Caram, monja de clausura dominica del convento de Santa Clara de Manresa, galardonada con el premio Joan XXIII por la Paz. En la lista de ponentes figuran también Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes; Jaume Santllorente, fundador de la ONG Sonrisas de Bombay; y el cirujano y conferenciante Mario Alonso Puig.