Ramón Núñez, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña.

El primer acelerador de partículas que se construyó en España, un avión Jumbo, relojes, fonógrafos, sextantes, alambiques, coches, patentes... En el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña, que inauguran este viernes los Príncipes de Asturias, cabe todo lo relacionado con la investigación. Diseñado por los arquitectos Victoria Alonso y Ángel Acebo, el cubo de vidrio que preside el complejo albergará más de 14.000 piezas que el gran público podrá contemplar a partir del 1 de junio. Sobre este enclave y la función de un centro de estas características hemos hablado con su director Ramón Núñez.

Pregunta.- Hubo quien se quejó de que el museo tuviera sede en La Coruña. ¿Qué les diría ahora con el proyecto terminado?
Respuesta.- El hecho de que el MUNCYT abra su nueva sede precisamente en La Coruña es un hito histórico, que ha de servir de modelo para otras ciudades, incluyendo Madrid. Es un buen ejemplo de que un Museo Nacional puede -haciendo honor a su apellido- tener presencia en muchos puntos de España.

P.- ¿Convertir los museos en parques científicos ha dado una nueva vida a la ciencia y la tecnología?
R.- Creo que los museos han de incorporar todas las características que sean necesarias para hacer atractiva una situación de comunicación y de educación. Las claves están ya en los antiguos gabinetes de curiosidades del Renacimiento, cuyos principales objetivos eran sorprender y deleitar. Podría llamar la atención esta asociación entre ciencia y diversión que queremos hacer en el museo. Algunos argumentan que la ciencia es algo "serio". ¡Claro que la ciencia es seria!, pero hemos de recordar que divertido no es lo contrario de serio. Divertido es lo contrario de aburrido, y de nada más.

P.- La Coruña, Granada, Valencia... ¿Cree que este tipo de "ciudades" creará nuevas vocaciones?
R.- No me cabe la menor duda. Incluso podría citar experiencias personales en las que, por ejemplo, una promoción universitaria de alumnos de químicas vinculaba sus vocaciones mayoritariamente al recuerdo de sus visitas como alumnos de primaria a la Casa de las Ciencias de La Coruña.

P.- ¿Qué diferencia al MUNCYT de La Coruña de otros museos científicos?
R.- A diferencia de los museos de ciencia interactivos, nuestras exposiciones nacen del interés que puede tener una pieza concreta de la ciencia o la tecnología, por ejemplo por su carácter histórico, su importancia social o su valor artístico. Si lo comparamos con otros museos de tecnología en el mundo, yo diría que una de nuestras singularidades es el carácter interdisciplinar, es decir que la ciencia y la tecnología se presentan vinculadas a otros aspectos de la cultura como el cine, la poesía, la música o la economía, sin la obsesión de que el visitante aprenda algo en particular.

P.- ¿Cree que la crisis dará al traste con algunos museos científicos, como lo ha hecho con orquestas, festivales, etc?
R.- No lo creo. Es verdad que en tiempos de crisis hemos de considerar más que nunca el destino que damos a cada euro. Sin ciencia y tecnología no hay futuro posible, y el crecimiento de estas facetas de la cultura, su valoración social y su desarrollo dependen en gran medida de este tipo de instituciones.

P.- ¿Qué piensa de la revolución científica de los últimos años?
R.- No estoy seguro de que se trate de una revolución, al menos en el sentido de cambio de paradigma que definió Thomas Kuhn. Es curioso que, por mucho que nos sepamos de memoria que la ciencia no tiene dogmas, todavía nos turbamos cuando se sugiere que algo no tiene explicación en los modelos vigentes. Esa turbación es sana. Siempre me gustó una definición que creo es del físico Richard Feynman: "Ciencia es creer en la ignorancia de los científicos".

P.- ¿Sigue de cerca los recortes en ciencia?
R.- La verdad es que en los últimos tiempos he estado enfrascado en la definición del proyecto museológico y en la construcción del MUNCYT pero todos los recortes en ciencia me dan miedo.

P.- Entre las piezas del museo destaca el primer acelerador de partículas construido en España.
R.- Será una de las estrellas del museo. Es una pieza hermosa, testimonio de que un museo de ciencia y tecnología puede albergar tanta belleza como uno de arte contemporáneo.

P.- En el museo también se recorre la teoría de la evolución de Darwin...
R.- En una de las salas del museo hemos presentado una especie de divertimento, con la exposición "QWERTY", tratando de plantear hasta qué punto se pueden aplicar a una "especie tecnológica", como sería la máquina de escribir, conceptos evolutivos, como los de origen de una especie, diversificación, adaptación, mutaciones o extinción.