El grupo Aviador Dro

Aviador Dro y una de sus bases más firmes, Servando Carballar, no se han apartado nunca de la senda científica. Al paso de su música electrónica, pionera en España y seguidora de los alemanes Kraftwerk, dieron a la causa pop títulos como Cromosomas salvajes, Ingravidez, Cyberiada o Candidato futurista. Estos días dan un paso más con La voz de la ciencia, un proyecto multidisciplinar en el que han involucrado, a través de un disco-libro, a nombres de la investigación como el físico y premio Príncipe de Asturias Ignacio Cirac, el director del Museo de las Ciencias de Valencia Manuel Toharia y Manuel Martín-Loeches, director de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), entre otros. Este sábado, la legendaria formación celebrará una jornada de homenaje y presentación entre el Espacio Fundación Telefónica, patrocinadora del evento junto a la Fundación Autor, y el Pabellón Villanueva del Real Jardín botánico (CSIC) de Madrid.



¿Sus objetivos? El Bosón de Higgs, la materia oscura, los ordenadores emocionales, el yo digital o el Homo Sapiens 3.0. El proyecto trata de explorar las fronteras entre el arte, la ciencia, la tecnología y la sociedad (ACTS) y de indagar en los desafíos científicos y tecnológicos del siglo XXI a través de la óptica de su impacto en la sociedad y la mentalidad humana, con una doble visión que unifica lo científico y lo artístico. Cada investigador analiza en La voz de la ciencia una disciplina. Cirac desarrolla la importancia de los ordenadores cuánticos: "A pesar de su futuro prometedor todavía falta mucho tiempo para que estén a nuestra disposición. Hoy existen pequeños prototipos con los que se pueden demostrar los principios fundamentales en los que se basan".



Detalle de una de las ilustraciones del libro La voz de la ciencia

Del cerebro al universo

Martín-Loeches, por su parte, centra su análisis en el cerebro: "Su estudio nos permite decir que el libre albedrío no existe o, al menos, que no es como nos habíamos imaginado. Nuestras preferencias dependen de lo que decida nuestro cerebro". Toharia, sin embargo, aborda la inmensidad del Universo: "Las investigaciones, algunas de ellas muy recientes y en plena ebullición, ponen de manifiesto un dato esencial: lo que hemos ido descubriendo a base de milenios de observación no es más que una ínfima parte del Universo realmente existente".



Otro de los científicos integrantes en el proyecto La voz de la ciencia es el Investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) Pedro Serena, para quien la ciencia y la tecnología son esenciales para consolidar cambios sociales: "El desarrollo de la metalurgia, la máquina de vapor, las vacunas, el telégrafo, la radio, la televisión, Internet, la cirugía o la comunicación inalámbrica son algunos de los grandes hitos del desarrollo de nuestra civilización. Los siglos XIX y XX han sido especialmente fructíferos en ideas, desarrollos y aplicaciones en todos los campos de las ciencias".



Detalle de otra de las ilustraciones de Aviador Dro

En el laboratorio de las emociones

Por eso, Aviador Dro ha puesto toda la carne en el asador para proyectar estos hitos de la ciencia al siglo XXI, auténtico desafío para el grupo de Carballar. "Pretendemos despertar el interés de todos aquellos que no contemplan el hecho científico y tecnológico desde una perspectiva humanista, al tiempo que se saca al científico del contexto académico y se le lleva al universo de emociones , interpretaciones y sensaciones que conforman el arte como circunstancia sensorial y de aprendizaje".



Además de los mencionados, participarán en las jornadas de La voz de la ciencia Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona, Manuel Collado, investigador del CNIO, José de la Peña, Director de EducaRed y Debate y Conocimiento de Fundación Telefónica, Aubrey de Grey, Director del SENS, Cecilia Kindelán, Secretaria General de Fundación Excelencia, y Moncho Núñez, Director del NUNCYT, entre otros.