Ciencia

Susan Solomon

"El cambio climático podría ser irreversible"

22 febrero, 2013 01:00

Susan Solomon en la Antártida durante uno de sus trabajos de campo. Fotografía cortesía de Susan Solomon.

Un reciente informe de la Universidad de Harvard ha confirmado que los fenómenos meteorológicos extremos se producen por el cambio climático. Una de las investigadoras que mejor conoce los mecanismos de este fenómeno es Susan Solomon, que ha sido reconocida con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático por sus estudios sobre la atmósfera.

El trabajo de Susan Solomon (Chicago, 1956) se ha basado en aprender del pasado, corregir el presente y evitar el futuro al que irremediablemente hemos condenado a nuestro planeta. Sus investigaciones sobre las conexiones entre atmósfera, clima y actividad humana han dado base científica al fenómeno del cambio climático, un concepto que acuñó el catedrático de la Universidad de Columbia Wallace Broecker (también Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento) y que define una realidad que se constata día a día ante la situación que viven los fondos marinos, los casquetes polares, las zonas tropicales y el clima en su conjunto. La cuestión es si este proceso es irreversible y si estamos en condiciones de parar la transformación que sufre nuestro planeta por la descontrolada intervención del ser humano.

Solomon considera que una parte, la debida a la polución eliminable de la atmósfera, sí es reversible "pero siempre que dejemos de provocarla". Sería el caso, por ejemplo, del daño causado por el hollín, que se erradicaría si se interrumpieran sus emisiones, pues sólo permanece en la atmósfera unos días. Lo peor es el grueso del cambio climático provocado por el dióxido de carbono emitido por el hombre. "Aunque dejáramos de producirlo mañana, el calentamiento que ha provocado ya duraría al menos 1.000 años -sentencia Solomon-. Se puede decir, por tanto que, utilizando una escala temporal humana, es irreversible, pues las profundidades marinas tardan mucho tiempo en absorber el dióxido de carbono. El océano es responsable también de gran parte del retardo térmico que hace que el calentamiento continúe".

"Ya nadie ignora que hace 20.000 años hubo una Edad de Hielo en el planeta -explica la catedrática del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)- pero lo que muy pocos conocen es la existencia de otra etapa similar unos 100.000 años antes, otra 100.000 años atrás y así sucesivamente... Estos períodos son de una regularidad asombrosa. Su aparición obedece a cambios muy lentos y sistemáticos en la órbita de la Tierra que han modificado la proporción de Sol recibida".

Solomon compara la Tierra con una peonza que da vueltas en el espacio y cuya órbita registra un "temblor" lentísimo a lo largo de una escala temporal de muchos miles de años: "Ésa es una de las causas de ese cambio en el equilibrio del planeta que está detrás de la alteración del clima. Nuestra acción provoca que el equilibrio energético cambie de otro modo y a un ritmo mucho más acelerado. Estamos alterando el clima no en el curso de miles de años sino en unas pocas décadas".

-¿Diría que en estos momentos los patrones climáticos a gran escala se han modificado?
-Algunos han cambiado de tal forma que nos permite establecer conexiones con el calentamiento global. Por ejemplo, hay pruebas de más precipitaciones en el Ártico Superior y de que la mayor parte de las zonas subtropicales registran menos lluvias.

Las primeras investigaciones de la catedrática estadounidense contribuyeron a reforzar el Protocolo de Montreal de 1987, cuyo objetivo era frenar el uso de gases que destruían la capa de ozono. Tras doctorarse en la Universidad de California en Berkeley, Solomon empezó a trabajar en la Agencia Estadounidense de la Atmósfera y el Océano (NOAA). Por esos años, principios de los ochenta, se acababa de detectar una drástica reducción en los niveles de ozono de la Antártida. Solomon se preguntó por qué se producía en un lugar tan lejano de donde se usaban los clorofluorocarbonos. Resolvió el enigma explicando las reacciones químicas que tienen lugar en la superficie de los cristales de hielo presentes en la estratosfera, sobre ambos polos.

Hacia otras energías

Pese a su compromiso e implicación en diversas instituciones, la investigadora se muestra convencida de que para parar este proceso es necesario un compromiso personal y colectivo: "En los años 70 y 80 muchas personas optaron por no utilizar aerosoles que tuvieran gases dañinos. Ahora ya no contienen esas sustancias. El cambio se ha producido gracias a decisiones individuales. Por tanto, la iniciativa de la gente, las decisiones políticas y las nuevas tecnologías han sido tan efectivas que no existe ningún país en estos momentos que produzca clorofluorocarburos".

"Ya no hay una necesidad de que el ciudadano tenga que hacer más en este sentido -añade- ya que el mundo ha avanzado considerablemente para limitar el problema, pero el compromiso cívico es esencial. En relación al cambio climático lo más importante ahora es buscar un diálogo nacional sobre nuestro futuro energético, que deber decantarse hacia energías no basadas en el carbono como la solar, la eólica o la nuclear. Puede que eso no sea tan simple como deshacernos de un aerosol pero el sistema energético es tan enorme y está tan incrustado en nuestras vidas que el problema se ha vuelto inmenso, exige opciones que implican a más de un individuo".

El trabajo de Susan Solomon ha contribuido a comprender la situación de algunas zonas de nuestro planeta. Es el caso de los polos: "Ya hay pruebas palpables de que, en los últimos diez años, la pérdida de hielo de las grandes láminas heladas de Groenlandia y la Antártida ha contribuido, al igual que los glaciares, a elevar el nivel del mar. El calentamiento del agua del océano es otra fuente importante de este ascenso. Cuando el agua se calienta, se expande. Más o menos en los últimos doce años, el hielo que cubre el mar en el Ártico se ha contraído considerablemente en verano y en otoño, agravando el calentamiento ártico. Sin embargo, en la Antártida el manto de hielo del mar en realidad se ha expandido, sin que se tenga del todo claro por qué. Es un tema que hay que investigar...

-¿Viven la flora y la fauna de los fondos marinos una situación similar?
-Hay especies de coral que se ven dañadas por el agua caliente así como por la acidez creciente que genera la absorción por el océano del dióxido de carbono de la atmósfera. Los corales constituyen uno de los elementos más vulnerables del ecosistema marino. Se ha comprobado que el cambio climático está afectando negativamente a algunos arrecifes. Hay también especies de peces sensibles al calentamiento pero he de decir que la investigación para desentrañar el impacto del cambio climático en el mar está aún en pañales.

Susan Solomon finaliza con su mirada puesta en el quinto informe que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático publicará en el otoño de este año: "El IPCC evalúa la literatura científica publicada, no asume propuestas. Sólo espero que consideren mi trabajo de una manera justa e incluyan mis aportaciones".