Image: Ébola, alerta en los laboratorios

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Ciencia

Ébola, alerta en los laboratorios

Arranca Biospain, el congreso en Santiago de Compostela marcado por una de las epidemias más letales de las últimas décadas

24 septiembre, 2014 02:00

Estructura del virus del Ébola. Foto: Nature

Nadie que haya seguido las crónicas de Alberto Rojas en El Mundo desde Guinea Conakry puede quedarse indiferente al drama del Ébola, el virus que amenaza con convertirse en la plaga del nuevo siglo. Sin paliativos. En la información del reportero nos encontramos un auténtico valle de la muerte gestionado por misioneros y unos heroicos Médicos Sin Fronteras, una zona cero que se extiende implacable a países como Sierra Leona, Liberia, Nigeria o Senegal. En total, más de 2.400 muertos y casi 5.000 casos de enfermos registrados. Según Rojas, la universidad de Oxford ha realizado un estudio en el que se pronostica una expansión del virus a 18 países del continente. Y no es fácil vencer a este enemigo invisible. Para empezar porque el coste económico es muy alto (el Banco Mundial ha cifrado en 276,9 millones de euros de pérdidas en lo que llevamos de año) y porque solo en material sanitario desechable reventaría cualquier presupuesto. Cuba, con un envío de 165 especialistas a Sierra Leona, y Estados Unidos, con 3.000 militares especializados a Liberia, han dado algún tipo de respuesta a esta emergencia.

Ante esta situación, ¿cómo se prepara la comunidad científica para conocer y atajar la expansión del virus? ¿Tenemos ya esperanzas procedentes de los laboratorios? ¿qué protocolos hay que seguir? Estas y otras preguntas se van plantear desde este miércoles, 24, en la séptima edición de Biospain, en Santiago de Compostela, que reunirá a algunos de los más destacados especialistas en la materia. La viróloga Covadonga Alonso, miembro de la Junta directiva de la Sociedad Española de Virología, dirigirá, el viernes, 26, la jornada "Virus y Biotecnología", que reunirá a Rafael Delgado, del Laboratorio de Microbiología Molecular del Hospital 12 de Octubre, a María Ángeles Muñoz-Fernández, del Laboratorio de InmunoBiología Molecular del Hospital Gregorio Marañón, a José Escribano, del Departamento de Biotecnología del INIA, a Zahia Hannas, de Merial, y a José Martínez Costas, de la Universidad de Santiago de Compostela.

"Es el mayor brote de Ébola de toda la historia. Una auténtica catástrofe humanitaria", señala la doctora Covadonga Alonso con preocupación mientras da una cifra que pone los pelos de punta: cada año fallecen en el mundo alrededor de 18 millones de personas como consecuencia de enfermedades infecciosas, de entre las cuales los virus juegan un papel importante. En la jornada participará Rafael Delgado, uno de los máximos especialistas en el Ébola de nuestro país, que presentará sus estudios más recientes, basados algunos de ellos en un potencial tratamiento frente al virus basado en impedir su unión al receptor celular, que es la puerta de entrada en las células. "En la actualidad -señala Delgado a El Cultural- sólo existe un tratamiento que haya obtenido resultados en macacos infectados experimentalmente con Virus Ébola y con enfermedad avanzada. El compuesto denominado ZMapp consiste en la combinación de tres potentes anticuerpos dirigidos frente a la proteían GP. Los alentadores resultados en un pequeño número de animales no garantizan su utilidad clínica en humanos infectados".

Para Delgado, existen un cierto número de compuestos que, al igual que la estrategia seguida por su equipo, han demostrado actividad antiviral en cultivo celular: "Es importante señalar que ni mucho menos lo que funciona in vitro o en otros modelos animales es garantía de utilidad en humanos". Pese a todo, una nota de esperanza: "Aunque no tengamos tiempo material para desarrollar la vacuna óptima, al menos si se confirma que las vacunas inducen anticuerpos con capacidad de neutralizar el virus es muy probable que puedan tener un impacto en el control de este brote".

La experta en el VIH, virus causante del SIDA, María Ángeles Muñoz, marca las diferencias con respecto al Ébola. Ambos virus están haciendo estragos en el continente africano. Muñoz explica que el Ébola es uno de los dos miembros de una familia de virus de ARN llamado Filoviridae. Su período de incubación varía de 2 a 21 días. Sin embargo, el VIH es un lentivirus de la familia Retroviridae. Su periodo de incubación es prolongado y desemboca en la enfermedad después de varios años. "Hasta que se consigue el control de un virus, como se ha demostrado con el VIH, pueden pasar muchos años pero la investigación, la combinación de fármacos o las distintas formas de diseñar vacunas nos está permitiendo el progresivo control de la replicación de los virus y por lo tanto también de sus cambios".

Por su parte, Escribano considera que algunas vacunas experimentales han dado muy buenos resultados en primates. El investigador explica que la única manera de acelerar las vacunas es reducir los tiempos de aprobación de las fases clínicas por parte de las agencias regulatorias (EMA o FDA) y poner los recursos económicos necesarios: "Desde mi punto de vista si la fase clínica I que tiene que ver con la seguridad es positiva las siguientes deberían llevarse a cabo con un procedimiento de urgencia, especialmente en un brote como el actual". El doctor Escribano también apunta a la importancia de desarrollos biotecnológicos que faciliten la producción eficiente y rápida de moléculas terapéuticas y vacunas. De esto hablará en su presentación en Biospain. "Por desgracia, en la actualidad, la empresa productora de la molécula ZMapp es incapaz de abastecer de dicho medicamento en cantidades suficientes para atender ni siquiera algunos pacientes traídos a Occidente". Otras tecnologías como las que presenta Escribano mejoran el rendimiento productivo, el tiempo de respuesta y reducen significativamente los costes, algo que es muy importante cuando el medicamento o la vacuna ha de administrase en países con pocos recursos económicos.

Todas las esperanzas puestas, pues, en el mundo científico. La doctora Alonso realiza una llamada de alerta: "Debemos estar preparados. Se requiere el trabajo de equipos de investigación bien formados con virólogos, epidemiólogos, clínicos y personal sanitario que actúen conjuntamente. Esto no se puede improvisar. Estar preparado para esta enfermedad significa estar preparado para otras similares o más difíciles de controlar".