Mujeres y ciencia: "Hemos avanzado mucho, pero sigue habiendo un techo de cristal"
Las científicas María Blasco, María Jiménez, Eva Hevia y Ana Puy dialogan sobre la situación de las investigadoras en España y Reino Unido en un encuentro organizado por la Fundación Banco Santander y CERU
30 junio, 2017 02:00Foto: GrrlScientist / CC BY
En el mundo de la investigación científica, como en tantos otros ámbitos, aún queda mucho camino por recorrer hacia la igualdad de género, un sendero que han tratado de allanar las leyes y los códigos de buenas prácticas pero que aún conserva obstáculos hechos de estereotipos. Un estudio de referencia en esta materia es el que realiza periódicamente la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación con el título Científicas en cifras. La última edición, con datos de 2015, mostró unos datos bastante positivos en comparación con el resto de Europa, con algunas salvedades. El número de mujeres que se doctoran en España se ha igualado al número de hombres, situación que no ocurre en el conjunto del continente. Por otro lado, el porcentaje de investigadoras se mantiene desde 2009 -un 39% del total-, lo que sitúa a España por encima de la media de la Unión Europea, que es del 33%. Sin embargo, en la carrera investigadora académica, la representación de las mujeres en la categoría de mayor rango continúa siendo baja, con solo un 21% de mujeres catedráticas en la universidad pública española, porcentaje que se sitúa en la media europea. La brecha sigue existiendo en los órganos de gobierno de universidades y organismos públicos de investigación (OPI): al cierre del informe en 2015 había una sola rectora entre las 50 universidades públicas -hoy hay cuatro-, y ninguna directora general entre los OPIs.El contraste entre la paridad de los alumnos que aprueban su tesis y la escasez de mujeres en altos cargos revela que "nuestro techo de cristal sigue siendo un poco más grueso" que la media europea, señaló este jueves Ana Puy, directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Con esta apreciación abrió en la sede de la Fundación Banco Santander en Madrid un encuentro sobre la situación de las científicas españolas en el que también participaron María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); María Jiménez, presidenta de la Sociedad de Científicos Españoles del Reino Unido (CERU); y Eva Hevia, catedrática de Química Inorgánica en la Universidad de Strathclyde de Escocia y galardonada el año pasado en la primera edición del Premio Talento Emergente, creado por CERU y la Fundación Banco Santander.
Los informes de la serie She Figures que realiza la Unión Europea desde 2003 revelan que en Reino Unido la situación de las mujeres en el ámbito de la ciencia es un poco peor que en España salvo en el acceso a altos cargos directivos. Según el estudio Mujer e investigación 2017 de la organización Científicos Españoles en Reino Unido (CERU), el 70 % de las investigadoras encuestadas creen que tener un hijo dañará su carrera científica y el 63 % cree que el mero hecho de ser mujer es una barrera para progresar en su carrera.
"En general Reino Unido no es un ejemplo a seguir en igualdad de género, aunque en los últimos años se están llevando a cabo muchas iniciativas", señala Jiménez, que además de presidir CERU es investigadora principal en el King's College de Londres, donde lidera un proyecto de Alzheimer financiado por el Medical Research Council. Una de estas nuevas iniciativas tiene por objeto conceder unas becas especiales para facilitar el regreso a la carrera investigadora aquellas personas que la hayan suspendido temporalmente para atender a personas a su cargo (principalmente madres con hijos).
"Cuando me quedé embarazada de mi primera hija pensé que se acababa mi carrera. Afortunadamente hay muchísimas facilidades para reengancharte después. Normalmente se cree que no si te va bien en tu carrera científica es que has renunciado a tener una familia y yo soy la prueba de que puedes tener las dos cosas", señala Hevia, que al recoger el Premio Talento Emergente CERU hizo hincapié en su condición de madre y con ello dio pie a celebrar este debate sobre mujeres y ciencia en la fundación.
Blasco, que dirige el CNIO desde 2011, ha impulsado en el centro políticas de igualdad y de conciliación familiar. "Nos preocupa mucho lo que en toda Europa se conoce como investigación e innovación responsable, que incluye cinco parámetros y uno de ellos es el equilibrio de género". Muestra de preocupación es la existencia de la Oficina de Mujeres y Ciencia, que impulsa este tipo de prácticas, como por ejemplo el hecho de dar un año más de margen en las evaluaciones a quienes han tenido hijos. Además el centro financia parte de los gastos de guardería y se ha implantado la jornada laboral continua. "La gente está más contenta y no se ha perdido para nada la capacidad de producir ciencia al más alto nivel", asegura Blasco. De hecho, el martes el centro anunció su último gran descubrimiento: la identificación de una proteína clave en la metástasis del melanoma en una investigación que precisamente lidera una mujer, la directora del Grupo de Melanoma, Marisol Soengas.
Tanto Blasco como Hevia coinciden en la necesidad de fomentar el mentorazgo a las mujeres científicas. "Es más fácil el mentoring entre colegas masculinos porque arriba el 80 % son hombres. Hay que favorecer este tipo de apoyos a las mujeres y si puede estar reglado, mejor que mejor", opina la directora del CNIO. Hevia por su parte hace hincapié en la necesidad de que también haya paridad en los comités de selección. "Esto está cambiando afortunadamente. Eso de ir a una comisión y encontrarte solo con hombres es algo que ya casi nunca pasa", señala.
@FDQuijano
Xavier Moya, premio CERU 2017
Durante la mesa redonda sobre la situación de las mujeres en la ciencia, la Fundación Banco Santander y CERU anunciaron el nombre del ganador de la segunda edición del Premio Talento Emergente CERU: Xavier Moya "por su excelente trayectoria académica en ciencia de los materiales, centrada en el desarrollo de nuevos materiales 'mecanocalóricos', con un gran potencial en el desarrollo de sistemas de refrigeración respetuosos con el medio ambiente". El premiado destinará a esta línea de investigación las 14.000 libras con que está dotado el galardón.Según el profesor Alfonso Arias, presidente del jurado, "la investigación de Xavier Moya ayuda a abordar problemas globales de gran calado ambiental". Moya (Barcelona, 1981) se doctoró en Físicas en la Universidad de Barcelona en 2008 y a los 32 años pasó a ocupar un puesto de investigador de la Royal Society en el Departamento de Ciencias de Materiales y Metalurgia de la Universidad de Cambridge. Ha publicado más de 70 artículos en las revistas más importantes de su ámbito, siendo citado unas 4.700 veces en artículos de otros colegas, y ha pronunciado más de 90 ponencias.