Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la ONU ha impulsado dentro de la llamada Agenda 2030 hay tres (puntos 13, 14 y 15) que hacen alusión directa al cambio climático y a sus dramáticas consecuencias. Resumiéndolos: hay que adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; hay que conservar y utilizar de forma sostenible los recursos marinos y hay que proteger los ecosistemas terrestres para poner freno a la pérdida de la diversidad biológica. No parece que haya ambigüedad en el camino marcado por las Naciones Unidas. Por eso, instituciones como la Universidad Politécnica de Madrid han incluido en su programa de la Noche Europea de los Investigadores (con actividades en comunidades como Madrid, Andalucía, Aragón y Canarias y en cerca de 30 países) talleres y actividades para dar a conocer el papel que juegan las tecnologías en el desarrollo de esta ya apretada Agenda. La Noche de los Investigadores coincide con la Huelga Mundial por el Clima, que culmina una semana dedicada a denunciar, desde la Cumbre del Clima de Nueva York, la crítica situación que vive nuestro planeta.
El Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo, de la UPM, una de las sedes más sensibles a este problema, acoge el encuentro “ODSeína, un kit de emergencia para el planeta”, en el que participarán Carlos Mataix, director del organismo, y Jorge Solana, asesor del Alto Comisionado para la Agenda 2030. Además, la Escuela Técnica Superior de Arquitectura celebrará “Precariedad ante el cambio climático”, una jornada en la que se reivindicará el impacto del calentamiento global en las poblaciones más vulnerables del planeta y reflexionará sobre el papel de la universidad y la ciencia a la hora de aportar soluciones.
“La aplicación de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos constituyen el proceso cívico más amplio y esperanzador de nuestra era –explica Mataix-. Es racional pensar que la Agenda representa una utopía, pero también hay motivos para confiar en nuestra capacidad para hacer de ella algo alcanzable. Conviene tener esto en cuenta porque si aumenta el consenso sobre la peligrosidad que supone seguir en un modelo que traspasa los límites planetarios a la vez que aumenta la desigualdad (un planeta más caliente ambiental y socialmente) no tenemos más opción que abandonar las trayectorias por las que transitamos. La esencia fundamental de la Agenda 2030 es la transformación”.
Para Mataix, los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos enfrentan a problemas complejos que requieren actuaciones coordinadas en diversos planos y para ello pone el ejemplo del transporte sostenible en las ciudades: “No solo puede lograrse con el impulso del vehículo eléctrico e infraestructuras como la red de cargadores. Requiere también cambios importantes en la planificación urbana. La Agenda 2030 constituye un ejercicio único de anticipación. Dota a la comunidad internacional de un plan que toma nota de la insostenibilidad del orden predominante y establece líneas para una acción colectiva sin precedentes”.
"La Agenda 2030 -añade- contiene desafíos que no pueden ser abordados de manera exclusiva con inyecciones de capital, aunque esto sea imprescindible. Se necesita, además, hacer las cosas de otro modo y generalizar nuevas formas de colaboración que refuercen una verdadera alianza mundial para el desarrollo sostenible. Exige, por tanto, grandes dosis de innovación, no sólo tecnológica, también en la forma que nos organizamos y en los acuerdos que moldean nuestras relaciones políticas, económicas y sociales".
La Noche Europea de los Investigadores tendrá especial impacto en Madrid. Promovida por la Fundación Madri+d, participan instituciones como el CSIC (con más de 100 actividades que se extienden a siete comunidades autónomas), CNIO, INTA, Fundación Bancaria ”la Caixa”, IMDEA, Universidad de Alcalá, Complutense, Francisco de Vitoria, Carlos III, UCM, UAM, Espacio Fundación Telefónica, Residencia de Estudiantes, Fundación Francisco Giner de los Ríos e Instituto Cajal, entre otras. Poblaciones en transformación, volcanes y lunas heladas, el lenguaje de las nubes, el medio marino, los plásticos y la energía son alguno de los temas que tendrán lugar a lo largo de esta jornada en la Comunidad de Madrid. “Se trata de una iniciativa especialmente necesaria –explica a El Cultural Federico Morán, director de la Fundación Madri+d- porque la imagen del investigador que a cualquiera le viene a la cabeza es la de alguien todo el día metido en su laboratorio, hablando en términos que no son accesibles para la mayoría, desconectado del mundo exterior… Un bicho raro al margen de la sociedad. Tratamos de acercar al investigador a la sociedad eliminando prejuicios y mostrándolo como un ciudadano normal y corriente”.