Cuando hablamos de contaminación, es difícil que las cifras por sí solas causen impacto en el receptor. Necesitamos analogías. Por ejemplo, que los 8 millones de toneladas de basura que se vierten anualmente en el mar pesan lo mismo que 44.400 ballenas azules. O que si pudiéramos devolver todos esos residuos a las orillas de los 192 países de los que proceden llenarían 5 bolsas de la compra cada 30 centímetros.
Estos dos ejemplos aparecen reflejados en uno de los informes de Libera, un proyecto conjunto de Ecoembes y SEO/Birdlife que nació hace dos años y medio para estudiar y concienciar acerca de la basura abandonada en la naturaleza. O, como ellos la llaman, “basuraleza”, término que han inventado por la falta de un equivalente español para el inglés “littering”.
Libera actúa en tres niveles: conocimiento, participación y sensibilización, estando los dos primeros enfocados a lograr lo último. Entre sus actividades destacan las campañas de recogida de basuras y la “ciencia ciudadana”, es decir, la recabación de datos por parte de voluntarios mediante aplicaciones móviles como eLitter y Marnoba para registrar datos sobre la composición y ubicación de la “basuraleza”. “Con esa información nutrimos una base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y también trabajamos con el CSIC enviando muestras de agua y sedimentos para analizar en laboratorio sus componentes tóxicos”, informa Miguel Muñoz, coordinador de Libera por parte de SEO/Birdlife.
Aunque la mayor oleada de protestas para frenar el cambio climático la están protagonizando jóvenes de todo el planeta, aún es necesario concienciar al grueso de este segmento de la población acerca del vertido de residuos en la naturaleza. Con este objetivo, Libera ha organizado las “Charlas contra la basuraleza”, que se celebrarán este lunes 28 de octubre en el centro CaixaForum de Madrid (no quedan entradas pero puede verse en streaming aquí), el 7 de noviembre en el de Zaragoza y el 21 de noviembre en el de Barcelona. En estos coloquios el humorista Juan Luis Cano (Gomaespuma) dinamizará y llevará la batuta de una conversación entre el divulgador José Luis Crespo, con 1,83 millones de suscriptores en su canal de YouTube Quantum Fracture, y Pilar Zorzo, presidenta de la Asociación Española de Basuras Marinas (AEBAM).
“Se están haciendo muchas cosas para luchar contra la basuraleza, pero es un problema muy difícil de erradicar. Las medidas que se están llevando a cabo ahora tendrán un resultado visible dentro de un tiempo”, opina Zorzo. En este sentido, la bióloga marina reconoce que las prohibiciones y la imposición de sanciones tienen un efecto más inmediato, pero que a largo plazo lo importante es la sensibilización de la ciudadanía.
No todo el mundo está sensibilizado con la defensa del medio ambiente, pero a todo el mundo le preocupa la salud, de ahí que el enfoque de Libera sea transversal a la hora de explicar la importancia de luchar contra la basuraleza. “Varios estudios ha demostrado ya la presencia de microplásticos en el cuerpo humano. Todavía no hay evidencias de sus efectos sobre la salud, pero los habrá en breve”, explica el coordinador de Libera. “Los microplásticos más presentes en la naturaleza proceden del desgaste de los neumáticos. Las corrientes de los ríos los llevan hasta el mar y entran en la cadena trófica de los peces. También proceden de las prendas de vestir inorgánicas, que en la lavadora desprenden polímeros de materiales como el poliéster y acaban también en el mar. También están presentes en la sal que se extrae del mar, y en el agua potable, tanto embotellada como del grifo”.
“La solución no está en demonizar el plástico, que es un material extraordinario que ha traído muchas ventajas a la civilización, pero hay que hacer un buen uso de él. La raíz del problema está en que tenemos un modelo de consumo de usar y tirar. Debemos promover un consumo responsable y una gestión correcta de los residuos”, opina Zorzo.
4,5 billones de colillas
Otro dato que revela la escasa concienciación de la población contra la basuraleza: cada año se arrojan al espacio público 4,5 billones de colillas en todo el mundo, es decir, el 75 % de los 6 billones de cigarrillos que se fuman anualmente, según datos de un estudio científico que recoge Libera en un informe dedicado específicamente a la contaminación de las colillas, que además de estar fabricadas con acetato de celulosa, un termoplástico, puede albergar sustancias tóxicas como hidrocarburos policíclicos aromáticos, nicotina, arsénico y otros metales pesados.
“La crisis en la que se encuentra nuestro medio ambiente es de una enorme gravedad, y sin embargo, muchas veces es difícil lograr que un discurso basado en la evidencia científica llegue a la población; contar con personas con capacidad de llegar a públicos muy diversos desde el humor o la divulgación en redes sociales puede ser un apoyo crucial en la lucha contra la basuraleza, al crisis climática y la pérdida de biodiversidad”, afirma Muñoz.