La Agencia Europea del Medicamento (EMA) acaba de admitir y confirmar la eficacia y seguridad de la vacuna AstraZeneca, asegurando que la relación beneficio-riesgo sigue totalmente desplazada del lado izquierdo. No ve relación directa entre los episodios de trombosis y la vacunación —varias docenas entre más de 10 millones de vacunados—, aunque, por otra parte, comenta que hay que seguir vigilantes ante la aparición de episodios muy raros y anecdóticos de trombosis venosa cerebral en algunos vacunados —que podría insinuar algo más que una relación temporal—. Sea como fuere, lo que está en juego es la seguridad de la vacuna; seguridad ya garantizada por todos los controles científicos y de las agencias reguladoras mundiales, además de todos los datos aportados durante las fases de ensayos clínicos. Dicho esto, es también importante resaltar que "el riesgo 0 no existe" en ninguna actividad humana. Ningún medicamento garantiza una inocuidad absoluta —ni siquiera la homeopatía que es solamente agua con azúcar y no es un medicamento—. Solo tenemos que ojear —y hojear— cualquier prospecto de cualquier medicamento y veremos los posibles efectos adversos que se describen. Tampoco las vacunas de toda la vida se libran de estos posibles efectos, sin que ello haya sido óbice de haber constituido uno de los mayores hitos de la historia de la humanidad.

@JALGUERRERO