La unión entre neurociencia y tecnología está alcanzando niveles de auténtica excelencia en nuestro país. Uno de sus ejemplos más sobresalientes es el trabajo que durante diez años lleva realizando la ingeniera de Telecomunicaciones Vanesa Soto (Madrid, 1981) en el Laboratorio de Exploración Funcional y Neuromodulación del Sistema Nervioso (FENNSI) del Hospital de Parapléjicos de Toledo. Soto y su equipo estudian en este centro del Sescam, gracias al apoyo de la Fundación Ramón Areces (a través de una de sus Ayudas a la Investigación en Ciencias de la Vida y de la Materia), los efectos de la estimulación cerebral no invasiva con campos magnéticos estáticos (técnica llamada, por sus siglas en inglés, tSMS).

“Me gustaría acabar con el dolor crónico y las adicciones y callar las voces que oye un esquizofrénico”

Estamos ante un proceso sencillo, de bajo coste, que consiste en la aplicación de un campo magnético estático relativamente fuerte –obtenido con imanes de neodimio– con la intención de modificar el proceso neuronal de la corteza cerebral. Soto nos desvela que en muy poco tiempo, y aunque continúa aún en fase de estudio, algunos pacientes con migraña y con temblor podrían beneficiarse de este tipo de estímulos. Pero el mayor logro que se conoce hasta el momento gracias a la tSMS (realizado por un grupo de científicos italianos) ha sido la ralentización de la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) en dos pacientes. “En este momento, están realizando un nuevo ensayo clínico cuyos resultados seguro que marcará las futuras investigaciones en este campo”, explica la científica.

Para Soto, en cuyo proyecto colabora también el Instituto de Magnetismo Avanzado de la Universidad Complutense, estos resultados nos indican que la tSMS podría intervenir satisfactoriamente en un gran número de enfermedades: “El cómo ya es un poco más difícil de explicar, ya que se necesitan experimentos en animales y simulaciones para saber cómo estos campos penetran dentro del cerebro. Hoy conocemos que son capaces de afectar a las oscilaciones cerebrales y a la excitabilidad cerebral durante la aplicación en un tiempo mínimo”.

Pregunta. ¿Qué resultados concretos ha dado el casco de estimulación transcraneal con la tSMS?

Respuesta. Sobre corteza motora, disminuye la excitabilidad cortical. En corteza visual, aumenta la potencia de ondas alfa, y en corteza parietal consigue que no se pierda el hábito a un estímulo eléctrico de lo que llamamos ‘intensidad umbral’.

P. ¿Hasta qué punto puede hablarse de mejora en la actividad neuronal?

R. No se puede hablar de “mejora” sino de cambios o efectos provocados por este tipo de estimulación.

P. ¿Le ha ayudado en sus investigaciones su formación como ingeniera de Telecomunicaciones?

R. Bueno, analizar señales e imágenes relacionadas con antenas y telefonía me ha servido para saber cómo funciona el cerebro un poco mejor. Conocer técnicas de registro y electrónica me ha servido también a la hora de sincronizar equipos.

El grupo FENNSI en el que se encuentra trabajando Vanesa Soto se creó en 2003 y está dirigido por el neurólogo Antonio Oliviero. Además de estudiar los efectos de la tSMS aborda también varias líneas de investigación innovadoras relacionadas con este tipo de estimulación no invasiva: el tratamiento del dolor neuropático farmacorresistente a través de las técnicas tDCS y rTMS y el estudio de la ‘fatiga central’ (alteraciones en el sistema nervioso) en pacientes con lesión medular.

P. ¿Considera su trabajo puntero en el ámbito internacional?

R. En el caso de la estimulación con campos magnéticos estáticos hemos sido los primeros en el mundo en utilizarla como herramienta de neuroestimulación. Tenemos, hasta el momento, la mayor parte de las publicaciones realizadas pero, dada la complejidad del cerebro, decir que somos “punteros” resultaría vanidoso.

P. Además de ayudas como la aportada por la Fundación Ramón Areces, qué otro tipo de apoyo necesitan estas investigaciones?

R. La neurociencia debería ser ya uno de los retos de la sociedad. Conocer cómo funciona nuestro cerebro ayuda a tratar enfermedades y a conseguir mejor calidad de vida. Es necesario que además de hacer ciencia básica se pueda llevar a la clínica nuevos tratamientos y tecnologías.

P. ¿Diría que la neurociencia es la disciplina con mayor futuro en estos momentos?

R. Está ganando gran importancia en la sociedad. Es de vital importancia porque su estudio se aborda de manera multidisciplinar. Incluye áreas y expertos en varias materias y nos ayuda a conocer los tipos de células, sus funciones y conexiones dentro del cerebro. Las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial también forman parte de la neurociencia. Gracias a estas áreas muchas personas pueden mejorar sus capacidades y su salud con dispositivos capaces de cuidar su salud sin necesidad de realizar grandes desplazmientos.

P. ¿Es el cerebro el gran desafío de la ciencia?

R. El más importante y el más complicado por ahora. Seguimos sin encontrar la causa de muchas enfermedades. Sin saber la causa, es muy difícil encontrar la cura adecuada. Hay muchos deseos que nos gustaría que se cumpliesen, como retrasar el envejecimiento, eliminar los dolores de cabeza de una persona con migraña, callar las voces que un esquizofrénico oye en su cabeza, hacer desaparecer el dolor crónico y las adicciones, conseguir que un lesionado medular vuelva a recuperar su capacidad de marcha… Estos deseos solo se podrán cumplir cuando conozcamos de manera detallada cómo funciona el cerebro.

@ecolote