El mundo entero tiene sus ojos puestos en la 26.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26, siglas en inglés de “Conferencia de las Partes”), que se celebra desde este lunes y hasta el próximo día 12 en Glasgow. Hasta la ciudad escocesa han viajado los dirigentes de países de todo el mundo para debatir y exponer sus compromisos a la hora de combatir el calentamiento global que amenaza a nuestro planeta. La principal premisa de la que parte esta cumbre es que hasta ahora no se ha hecho lo suficiente para detener el cambio climático.
Según un informe del Programa de Medio Ambiente de la ONU, las emisiones de gases de efecto invernadero deberían reducirse un 55 % antes de 2030 para limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados centígrados, pero los acuerdos internacionales firmados hasta la fecha solo aspiran a una reducción del 7,5 %. Si el nivel de compromiso no aumenta, esto se traduciría en un aumento global de la temperatura terrestre de casi tres grados hasta el año 2100.
Por eso, muchos expertos consideran que esta es la COP más importante desde la número 19, que tuvo lugar en París en 2015, cuando se alcanzó un acuerdo histórico que se ha ido desinflando en los últimos años, en parte por la influencia negativa de Donald Trump, negacionista del cambio climático.
Su sucesor, Joe Biden, muy involucrado en esta cumbre, trata ahora de revertir el desdén mostrado por el magnate y expresidente de Estados Unidos durante su mandato. Muestra de ello es la implicación de Biden en la formalización de un acuerdo impulsado principalmente por su país y la Unión Europea en virtud del cual más de cien países se han comprometido a reducir un 30 % sus emisiones de metano hasta 2030.
Hasta ahora no se había alcanzado ningún acuerdo relacionado con las emisiones de este gas, uno de los principales causantes del efecto invernadero. No obstante, el acuerdo no es vinculante, por lo que su cumplimiento dependerá de la buena voluntad de los gobiernos de cada país y podría quedar en una mera declaración de intenciones.
Según los científicos expertos en el cambio climático, el metano es responsable del 25% del calentamiento global. Sus emisiones están muy relacionadas con la actividad ganadera, ya que estas proceden en un 40 % de las flatulencias de las reses. El sector de las energías fósiles emite otro 35 % y el de la gestión de residuos, un 20 %. Sin embargo, el acuerdo no se centra tanto en la industria ganadera como en la minería del carbón, y precisamente entre los países que más cantidades extraen de esta materia prima están China, Rusia, India y Australia, que no han firmado este convenio.
Este martes ha tenido lugar otro anuncio importante: un acuerdo contra la deforestación que supuestamente acabará, en 2030, con la tala intensiva de los bosques en todo el mundo. El objetivo es salvaguardar los pulmones verdes del planeta, nuestro mayor aliado natural a la hora de reducir la cantidad de CO2 en el aire. Para ello, los gobiernos invertirán en la próxima década 12.000 millones de dólares para la reforestación de zonas como la Amazonía, y otros 7.000 millones procederán de capital privado. Además, las 30 entidades financieras más importantes del planeta se han comprometido a dejar de invertir dinero en actividades que contribuyan a la pérdida de bosques en el planeta.
Estos dos anuncios positivos contribuyen a paliar el jarro de agua fría lanzado ayer por la India, el segundo país más poblado del mundo (en breve se estima que superará a China y se colocará en el primer puesto) y uno de los más industrializados y contaminantes de la actualidad. Su primer ministro, Narendra Modi, ha retrasado veinte años, hasta 2070, su compromiso de reducir completamente sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer que nuestro país aumentará un 50% su contribución a los fondos de solidaridad climática en 2025. A partir de ese año, España aportará 1.350 millones de euros anuales para ayudar a los países más vulnerables ante esta crisis medioambiental.