La paz que se respira en la localidad de Valcarlos sólo es interrumpida durante el largo invierno, cuando las grandes nevadas y los fuertes temporales transforman el lugar en una isla de complicado acceso para toda vía de comunicación, especialmente la más necesaria: el tendido eléctrico. Ahora, gracias al trabajo de Iberdrola, las contrariedades del aislamiento invernal serán un mero recuerdo de un tiempo remoto.
Este pequeño municipio navarro, poblado por apenas trescientos habitantes, linda con la frontera francesa y es el primer pueblo español atravesado por el Camino de Santiago.
La conexión eléctrica con el resto de Navarra llega por una única vía, lo que, en caso de inclemencias meteorológicas, dejaba a Valcarlos en una situación comprometida: cualquier avería en esa línea de media tensión impedía a los vecinos que una simple acción, encender el interruptor de la luz, diera el efecto deseado.
El autoconsumo eléctrico que esta batería le procura a Valcarlos permitirá impulsar la economía local y el turismo
Sin embargo, el próximo invierno, y los venideros, Valcarlos tendrá asegurado el suministro energético a través de una batería que i-DE, la distribuidora del Grupo Iberdrola en España, acaba de instalar.
Permitirá a los lugareños continuar haciendo vida normal mientras los efectivos de la compañía reparan el cableado que la nieve y las ventiscas previsiblemente dañarán cuando hagan acto de presencia.
Con una autonomía de veinte horas, la batería entrará en funcionamiento automáticamente cuando el tendido eléctrico se vea interrumpido. Un tiempo suficiente para que las brigadas de i-DE localicen la avería, la reparen y devuelvan así a Valcarlos su conexión normal a la red.
El emplazamiento de la batería tiene un impacto ambiental mínimo e incluso respeta la arquitectura del pueblo, pues Iberdrola la ha construido en una parcela de propiedad municipal situada bajo un frontón y alejada de la vista desde las calles.
Es Valcarlos un lugar con historia. Además de su fama por la ruta jacobea, en sus alrededores se libró en el siglo VIII la célebre batalla de Roncesvalles, en la que guerreros vascones derrotaron a las huestes enviadas por Carlomagno para invadir la península ibérica.
Pero esa mirada al pasado es también compatible con que la localidad tenga “las luces largas puestas”, en palabras de Eduardo Ryan, delegado de Iberdrola en Navarra. Y esa batería que le garantiza la autonomía energética es buena prueba de ello, así como un ejemplo de cohesión territorial en la comunidad foral. Los hórreos son una edificación simbólica de la cultura navarra.
Esos almacenes para conservar el grano son visibles en la zona de Valcarlos, de clara tradición agraria. Si el grano servía incluso de moneda antaño, hoy esa moneda es la energía, y el hórreo que la mantiene a buen recaudo es a partir de ahora la batería inaugurada en el pueblo por Iberdrola, que contribuye a hacer de Navarra “un referente en sostenibilidad”, según Eva Mancera, consejera delegada de i-DE.
La batería cuenta con una potencia de 1,2 megavatios (MW) y una capacidad de almacenamiento de 4 megavatios-hora (MWh). La instalación incluye un transformador de corriente continua en alterna, que inyecta a continuación a cada hogar de Valcarlos.
Con una inversión total de siete millones de euros, Iberdrola refleja de este modo su compromiso con el mundo rural y la innovación, aparte de su apuesta por las energías renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles. La meta, compartida por Iberdrola y el Gobierno de Navarra, es la eficiencia energética, consistente en producir más energía y consumir menos.
El autoconsumo eléctrico que esta batería le procura a Valcarlos permitirá impulsar la economía local y el turismo en un paraje óptimo para la práctica del senderismo y las rutas en bicicleta y donde es continuo el tránsito de peregrinos en su itinerario hacia Santiago.
La batería ha puesto a Valcarlos en “el mapa de la innovación” como subrayó María Chivite, presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, en su inauguración. La colaboración público-privada, tan necesaria a la hora de llevar la energía hasta cualquier rincón que la precise, ha hecho realidad este proyecto, con el que la tecnología ha derrotado a la vez a las dificultades orográficas y a los rigores de la naturaleza.