Cine

Suspiros de España... y Portugal

V festival ibérico de Badajoz

9 mayo, 1999 02:00

Es único. El Festival Ibérico de cortos, que celebra en esta edición su quinto cumpleaños, se diferencia del resto porque sólo este certamen exhibe y premia películas realizadas en Portugal. En esta ocasión, de las 24 cintas que se exhibirán del 10 al 16 de mayo en Badajoz, cuatro son lusas. La cita se convierte así en exclusivo punto de encuentro entre dos culturas cinematográficas.

Badajoz aprovecha al máximo su localización geográfica en cuanto a cine se refiere. Durante el Festival Ibérico, que mañana abre sus puertas a un público dedicado en cuerpo y alma a los cortos, la ciudad se convierte en el puente a través del cual nos llegan las escasas producciones lusas del último año. En esta quinta edición son 24 las películas que optan al premio Onofre, veinte españolas y cuatro portuguesas, que darán al espectador una idea aproximada de las analogías y similitudes entre las obras nacionales y las del país vecino.
"Nosotros -comenta el director del certamen, Antonio Pachón- queremos sobre todo fomentar la presencia de los cortos portugueses, ya que es el único festival que se ocupa de ellos". A pesar de los esfuerzos, este año la presencia ha disminuido frente a la pasada edición (en la que se presentaron seis filmes). Lo contrario ocurre con las películas nacionales: 68 recibieron los organizadores en 1998, y 85 en esta edición. "La producción cinematográfica en Portugal es escasa, y esto afecta también a los cortos. Por eso su presencia en Badajoz es escasa. Este año hemos recibido seis cintas lusas de las que sólo hemos rechazado dos", asegura Pachón. De todos modos, los filmes que llegan del otro lado de la frontera han tenido siempre éxito en Extremadura. El premio del público de 1998 fue para "Menos nove", y el de mejor actor se lo llevaba Eduardo Sobral por su interpretación en "Parabens". Este año, el más original, según los organizadores, es "A testamunha" ("El testamento"), de Fátima Ribeiro. Un corto "innovador y diferente" para Pachón, sobre todo porque la temática se aleja de los argumentos más recurrentes (también para los directores españoles) de ambientación urbana y juvenil. Es una historia rural, "poco habitual en el corto portugués", dice el director. "Golpe de Asa", de Antonio Borges Correia, "A noite cheirava mal", de Paulo d’Alva, y "Uma voz na noite", de Solveig Nordlund, son los otros tres títulos.

Lugar de encuentro
Entre los nacionales, destacar la presencia de "Mis vacaciones", de Juan Antonio Bayona, que ha obtenido premios en los dos festivales que ha visitado (el publico se lo dio en Granada y el jurado en Medina del Campo). En Badajoz parte como favorito. De 1999 son "A violeta", de María Salgado Gispert, y "Lisa", de Carlos Puyet, que se estrenaron en la muestra del Círculo de Bellas Artes de Madrid. "Café de Puchero", de Luis Miguel González, es otra de las novedades del festival, que estrena también "Cautivados", de Tono Errando. Más conocidos por su presencia en otros certámenes son "Yul", de Rodrigo Cortés, "El pez", de Miguel Ortiz, y "Un día perfecto", de Jacobo Rispa, entre otros. Pero la sección a concurso no lo es todo en el Festival. La muestra sirve también de lugar de encuentro entre los productores, directores y actores de ambos países, unión que se fomenta con una mesa redonda en la que participan representantes de ambos mundos. Además de la exhibición y certamen de cortos (que otorga 1.800.000 pesetas divididos en tres premios: primero y segundo del jurado y un tercero del público), Badajoz ofrece este año dos novedades. Un ciclo de Billy Wilder y una muestra de animación por ordenador (con cortos e infografías de toda España). Y, como no podía ser menos, también este festival exhibe la opera prima de Benito Zambrano, "Solas". No podía faltar.