Con un presupuesto mínimo, que nunca resulta un lastre para la producción, el operador de fotografía y guionista de televisión Nicolás Muñoz debuta en la dirección de largometrajes con "Rewind", una comedia de tintes negros que tiene como protagonista a un joven insatisfecho y a su grupo de amigos, que tampoco viven sus mejores momentos. Este retrato generacional sin pretensiones utiliza un recurso narrativo ya conocido -la posibilidad de volver al pasado para rectificarlo- que hemos visto en otras películas como "Lluvia en los zapatos", de María Ripoll. En "Rewind" el apunte de originalidad viene dado por la incursión de una cámara de vídeo, y la cinta que contiene, como máquinas del tiempo. Andrés filma con su cámara una cena romántico-amistosa y descubre que, rebobinando la cinta, puede rectificar errores debidos a su urgencia por ligar con la chica de sus sueños. Esta anécdota se convierte en el motor de la historia apoyado en un notable plantel de actores que, a su vez, tienen en sus manos un guión fresco y ligero, que no simple. Así, "Rewind" toma el cuerpo de una estimulante comedia, rica en situaciones y con diálogos frescos y reconocibles. Localizada en un sólo escenario, el director ha sacado el máximo partido a los elementos con los que contaba demostrando una vez más que es posible hacer una película con poco dinero y mucha imaginación.