Image: Suspense en la casa del terror

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Cine

Suspense en la casa del terror

Pablo Malo prepara "Jardines deshabitados"

21 junio, 2000 02:00

El director y guionista Pablo Malo se enfrenta estos días al montaje de música y sonido de su último trabajo, Jardines deshabitados, que se estrenará probablemente después del verano. Se trata de una historia de suspense que gira en torno a la extraña familia propietaria de una casa solitaria. Eloy Azorín, Andoni Erburu, Juan Díaz, Unax Ugalde y Maribí Bilbao, son los protagonistas de este filme que es también la despedida de Malo del mundo del corto. Su próximo rodaje será un largo.

Guionista, primero, y director, después, Pablo Malo (San Sebastián, 1965) acaba de terminar el rodaje de su segundo cortometraje, Jardines deshabitados, la historia de una extraña familia que vive en una de esas casas aisladas que, para los de fuera, son poco más que una luz solitaria vista desde la carretera. Para esta película de suspense, Malo ha elegido trabajar con tres jóvenes que vienen pegando fuerte en el último cine español: Eloy Azorín (Todo sobre mi madre), Juan Díaz (El corazón del guerrero) y Unax Ugalde (Bailame el agua). "Ellos son el relevo de Eduardo Noriega o Juan Diego Botto, que ahora interpretan los papales de jóvenes. Son la nueva generación de actores españoles", cuenta Pablo Malo entusiasmado después de los días de rodaje en San Sebastián y en la localidad de Pasaia Antxo. Andoni Erburu, el niño que tanto nos sobrecogió en Secretos del corazón, es otro de los protagonistas del filme. "Quería contar con actores conocidos, porque siempre ayuda de cara a los festivales y porque no quería perder demasiado tiempo en los ensayos. No fue difícil. Creo que todos se han llevado un buen recuerdo de esta experiencia", dice el realizador.

Comedias en vídeo

Antes de emprender la aventura personal y profesional que ha supuesto el rodaje de Jardines deshabitados, Malo había realizado dos trabajos en vídeo y uno en cine. Los dos primeros (Tres minutos y Nora), muy alejados del registro actual, eran comedias, "pero el humor me parece un tema muy serio. Hay que ser adulto profesionalmente para enfrentarse a una comedia", asegura Pablo Malo. Así que en ángel de mármol (1995), su primer corto en cine, se paso al suspense y al terror rodando una película inspirada en los ambientes narrados por Edgar Alan Poe, de quien el director se confiesa admirador y a quien debe sus primeras lecturas adolescentes. "Era un corto en blanco y negro, en el que invertí 2,5 millones de pesetas de mi bolsillo. No lo volvería hacer. Es una locura hacer cortos sin subvenciones porque las posibilidades de recuperar los gastos son mínimas", confiesa Malo.

Aunque la buena acogida de la cinta en los festivales compensó todas las penalidades.

Narrador del suspense

En Jardines deshabitados, Malo continúa dando rienda suelta a su capacidad como narrador del suspense y convierte a Eloy Azorín en un joven que busca una habitación de alquiler. A pesar de las rarezas que observa en la familia de Erburu, Ugalde y Maribí Bilbao (que interpreta a la abuela de los dos chicos), la curiosidad le puede y se quedará en la casa de fantasmal jardín. "Es una historia mucho más liviana", asegura su director, que esta vez ha contado, para financiar los siete millones que le ha costado, con la ayuda de la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco.

A Pablo Malo lo que de verdad le gusta es escribir pero "soy muy perezoso para la literatura", confiesa. Así que se dedica a contar con las imágenes, "un lenguaje más rápido y dinámico". Malo ha trabajado para algunas productoras escribiendo guiones y no le falta razón cuando dice que "lo más barato es escribir el guión. En él puedes rectificar las veces que sean necesarias. Un rodaje es como ir a la guerra, cuando estás delante del equipo ya no hay marcha atrás".

"Lo que menos me gusta es producir, pero en un corto es imposible separar la dirección de la producción, nadie se arriesga por ti. Me gustaría estar sólo yo con mi guión y mi cámara, delante de los actores, y no preocuparme por nada más", comenta Malo. Quizá por eso haya decidido dejar el mundo de los cortometrajes, "creo que ya estoy preparado para dirigir el largo; ya tengo el guión escrito". De momento se llama Cómplice de luna. Y es aquí donde cobra más importancia todo lo que ha hecho hasta ahora: "No confío demasiado en que en las productoras lean los guiones que les llegan, creo que si van acompañados de dos o tres cortos causan mejor efecto. Además, así te conocen, ven tu estilo y es más probable que te den su confianza. El corto es una muy buena tarjeta de presentación, además, por supuesto, de una experiencia importantísima. Sin haber hecho estas películas antes, me aterraría enfrentarme al rodaje de un largo por primera vez".

Un drama triangular

Para su ópera prima el director ha elegido el drama como género: tres personajes -un hombre de buena familia, una prostituta y su hijo- se encuentran en esta historia. "En el primer borrador me había salido una historia muy oscura, muy dramática, pero ya la he aligerado bastante", dice Pablo Malo.

Volviendo a su último trabajo, Malo, acompañado por los mejores -el director de fotografía es Joan Babiloni (que ha trabajado en Los sin nombre, de Jaume Balagueró, y en el corto de los hermanos Lagares, Los Girasoles) y el sonido corre a cargo de Aurelio Martínez (Premio al Mejor Diseño de Sonido por El cuervo, de Tinieblas González, en Medina del Campo)-, tiene todas las papeletas para que su cortometraje, Jardines deshabitados, pase con gloria por los festivales de la próxima temporada. "No me gusta demasiado la competición que conlleva ir a un festival. Pero, está claro que, de momento, es la única vía posible para que un corto se vea en pantalla grande, que es para lo que está pensado. La televisión se está abriendo a la exhibición de cortometrajes, y eso está muy bien, pero no es lo mismo que el cine", comenta Malo. Así que, el año que viene, nos veremos en los festivales.

CORTOMETRAJES

SE RUEDA

Durante el último Festival de Badajoz se ha presentado El emblema, el cortometraje que Antonio Gil Aparicio empezará a rodar estos días. Juan Luis Galiardo es uno de los colaboradores de este proyecto que, protagonizado por actores extremeños, tendrá como protagonista a Carlos V. La producción supera los diez millones de pesetas (cuenta con subvención de la Junta y la Caja de Ahorros de Extremadura y la Fundación Academia Europea de Yuste). El guión de Gil Aparicio parte de un hecho ambientado en 1557.

El río tiene mano (O río ten mans) es el título del último trabajo de Beatriz del Monte, recientemente rodado en Tuy (Pontevedra). Chete Lera, Santi Prego y Luisa Martínez son los protagonistas de esta historia. El guión (también de Del Monte) está estructurado en forma de saltos del presente al pasado (mediados de los sesenta) que narran la vida de Ginés, un hombre que vuelve a su villa natal para saldar cuentas con sus recuerdos, con una infancia marcada por amores imposibles.

Samuel Martínez acaba de rodar en Madrid Braulio, un cortometraje de siete millones de pesetas. Felipe Ochoa, Mar Muro y Javier Paez protagonizan la historia de soledades e mentiras. La producción corre a cargo de Felipe Ocho y Ardilla PC y la fotografía es de Alfonso Postigo.

Y para ayudar a los que no saben por donde empezar, la Videoteca Municipal de Madrid ha organizado un Taller de Iniciación al Cortometraje que se impartirá entre el 3 y el 31 de julio. El curso realizará una rápida inmersión en las disciplinas audiovisuales (guión, producción, dirección, fotografía, sonido, montaje, etc.) y organizará encuentros con directores de cortos, además de facilitar información sobre distribución, subvención y proyección de los cortometrajes. El taller se llevará a cabo en la Videoteca (Conde Duque 11, 2º). Para más información, llamar al 91 541 11 98 o escribir a videotec@arrakis.es. Inscripciones: hasta el 30 de junio. Coste de las 60 horas: 40.000 pesetas.