Parece mentira: de los tres largometrajes de Víctor Erice, había dos en DVD y ninguno en su formato correcto ni en copia de calidad comparable a la edición inglesa de El espíritu de la colmena. La ansiada aparición de El sol del membrillo, su todavía último y para algunos mejor largometraje y una obra clave del cine, colma una doble laguna, pues nos llega tal y como fue concebido, y con extras inéditos, de interés tanto para cinéfilos como para aficionados a la pintura: filmaciones previas en vídeo de Erice sobre Antonio López, escenas eliminadas del montaje definitivo, subtítulos, 250 fotos de cuadros de este pintor y otros relacionados. Llevó tiempo y trabajo, pero no se ha desaprovechado la ocasión ni se ha añadido un disco de retales y banalidades de promoción. Tener disponible en casa esta película, que apenas se proyecta ni programa en televisión, agotada en vídeo y desconocida por muchos jóvenes -tiene ya doce años-, es un enriquecimiento fundamental, mientras seguimos esperando tanto que Erice ruede de nuevo como que se estrene de una vez Ten Minutes Older, esas dos películas de episodios a cargo de varios de los más conocidos cineastas mundiales que contienen lo que Erice ha logrado hacer desde 1992: los diez minutos absolutamente prodigiosos de Alumbramiento, que llevan ya tres años sin llegar a España.