Image: Los fotogramas de la memoria

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Cine

Los fotogramas de la memoria

Manuel Palacios estrena "Rejas en la memoria"

4 noviembre, 2004 01:00

Rejas en la memoria, de Manuel Palacios

El estreno de Rejas en la memoria, de Manuel Palacios, viene a sumarse a una serie de recientes documentales que rescatan nuestra memoria histórica. Coincidiendo en cartel con Mujeres en pie de guerra, de Susana Koska, ambos filmes buscan ajustar cuentas con el pasado.

Tanto desde el género documental como a través de la ficción, el cine español sigue abriendo de forma continua ventanas a un pasado que todavía se percibe más reciente que lejano, al oscurantismo de una historia fragmentada que se resiste a perecer en el olvido y reivindica la justa atención que la memoria colectiva ha amordazado, por concesión o miedo, durante tanto tiempo. El estreno mañana en salas de cine del revelador y escalofriante documental Rejas en la memoria, dirigido por Manuel Palacios, se suma a una serie de películas documentales de reciente producción cuya voluntad es rescatar los recuerdos enterrados de una historia a la que durante tantos años se le ha escatimado la mitad de su existencia.

Producida por Pirámide y Sogecable, Rejas en la memoria rescata la voz de un nutrido grupo de hombres y mujeres que sobrevivieron a los campos de concentración franquistas -más de cien, esparcidos por toda la península-, representantes de miles de prisioneros de guerra cuyas experiencias conforman la silenciada historia de los vencidos en la Guerra Civil. A partir de los dolorosos y lúcidos testimonios de estos octogenarios ciudadanos (ya totalmente vacíos de rencor) y de la investigación de los papeles desclasificados en los años noventa de numerosos archivos militares, Manuel Palacios descubre y reconstruye los campos de trabajos forzados -cuyos presos políticos sirvieron de mano de obra para la construcción de tantos pantanos y presas- en los que las torturas y los fusilamientos estaban a la orden del día, y cuya existencia se alargó hasta principios de los sesenta.

Con la intención de aportar más rigor y peso a los hechos relatados, las imágenes de archivo, los testimonios de los protagonistas y el recurso de tiza y pizarra empleado para metaforizar sobre una historia que se escribe y se borra con facilidad, la película también da voz a una serie de historiadores (Javier Tussel, Paul Preston, Santos Juliá, etc.), periodistas (Luis María Anson, Juan Luis Cebrían, Iñaki Gabilondo) y políticos.

Trabajos convincentes
Otra historia silenciada es la que nos cuenta Susana Koska en el documental Mujeres en pie de guerra. Producido por el el músico Loquillo, quien también pone la banda sonora -elemento narrativo fundamental en el filme-, esta película recoge la vida de seis luchadoras antifranquistas. Los testimonios de estas ancianas arrojan luz al papel de la mujer tanto en la contienda como en la represiva posguerra y hasta los últimos días de la vida de Franco, iluminando así otro capítulo necesario de la reciente historia de España.

La cinta forma parte de un proyecto global multimedia en el que han intervenido pintores, músicos, escritores, actores y diseñadores gráficos, con el ánimo de ofrecer una radiografía fidedigna del coraje de unas mujeres que se mantuvieron en pie de guerra contra el fascismo desde que estalló la guerra hasta que el dictador murió en noviembre de 1975. Koska se ha preocupado además por no dejar fuera del documental realidades históricas como la deportación de mujeres, su presencia en la resistencia francesa, las mujeres anarquistas, las que se fueron y las que se quedaron; así como, de forma más tangencial, la dura realidad a las que se enfrentaron los niños de la guerra.

Sobre la deportación de menores -y su regreso a un país que ya no reconocen- trataba también el filme documental Los niños de Rusia (2001), dirigido por el veterano Jaime Camino, cuya obra emerge hoy como una de las más comprometidas con la memoria histórica. Compromisos y sentimientos que comparten otras obras recientes en formato de documentales concebidos para la gran pantalla, como son La guerrilla de la memoria, de Javier Corcuera, y Extranjeros de sí mismos, de José Luis López Lianres y Javier Rioyo. En ellas, los maquis y el desencanto de las ideologías eran el objetivo de la cámara.

Como señalan todos sus responsables, en el ánimo de estas producciones no sólo decansa la necesidad de ajustar cuentas y abrir las tumbas del pasado -como reclama el historiador Jorge Semprún en Rejas en la memoria-, también y sobre todo responden a la obligación moral de investigar y reconstruir los capítulos más oscuros de nuestra historia para que las generaciones por venir no estén condenadas a repetirlos.