Cine

El fuera de la ley

Clint Eastwood en Dvd

29 diciembre, 2005 01:00

Fotograma de El fuera de la ley

El Cultural entrega el jueves 5 de enero, por sólo 7,50 euros, el DVD El fuera de la ley (1976), segundo de los cuatro westerns dirigidos y protagonizados por Clint Eastwood a lo largo de su carrera. Tras ser testigo del asesinato de su mujer e hijo, en plena Guerra de Secesión, el campesino Josey Wales se transforma en un sanguinario fugitivo sediento de venganza.

El reputado guionista Philip Kaufman, que acababa de realizar el western Sin ley ni esperanza (y más tarde dirigiría largometrajes como La invasión de los ultracuerpos o La insoportable levedad del ser), fue la primera opción para dirigir El fuera de la ley, que desde su origen se gestionó en la órbita Malpaso, productora de Clint Eastwood. Pero a los pocos días de rodaje los puntos de vista de ambos cineastas se manifestaron de forma tan distante que Eastwood decidió finalmente coger las riendas del proyecto. No hay duda de que la presencia del actor frente a la cámara es indispensable (en un trasunto icónico del anárquico Harry Callahan, sustituyendo las Magnum 44 por dos enormes Colt), pero también se antoja hoy imprescindible detrás de ella, pues la mixtura de Siegel y Leone (¡ese escupitajo al alacrán!) resultante es un sello distintivo del film, con el que Eastwood se empeñó en demostrar que podía recoger tanto de la tradición del genéro como de los tiempos en los que se realizó. Y es que cada película pertenece a su tiempo.

Los títulos de crédito de El fuera de la ley, mientras vemos escenas de carácter documental sobre la Guerra de Secesión norteamericana, aparecen envueltos en una bruma azulada y acompañados de una música tradicional de aquella guerra, más ligera que dramática, más chistosa que solemne, marcando así el tono de un filme que desprecia la épica del conflicto civil y apuesta por el individualismo, aquel que muestran unos bandoleros disparando directamente a la cámara sobre sus caballos. Son estos personajes los que le interesan a Clint Eastwood, concentrados en la taciturna personalidad de Josey Wales, un pacífico campesino de Missouri convertido en sanguinario asesino cuando una banda de maleantes incendian su casa y matan a su mujer e hijo. Se une a un grupo de guerrilleros que luchan contra las fuerzas nordistas y después, traicionado y derrotado, emprende un camino en soledad.

En su furtiva odisea por las tierras de un país naciente, huyendo de la ley y convirtiéndose en leyenda popular y suculenta presa de cazarecompensas, sí hay sin embargo más epicidad que en cualquier otro western de Eastwood, de los que éste es sin duda el más itinerante y monumental. El fuera de la ley sintetiza en su metraje las grandes constantes y los más atractivos escenarios que ha mostrado el género, como si los ojos de Josey Wales fueran el filtro que resumieran las riquezas, grandezas y miserias de una tierra de pioneros, cazarecompensas, vendedores ambulantes, ciudades fantasmas, buscadores de oro, comancheros, indios expoliados, vencedores y vencidos. La ambigöedad de Josey Wales, que en cierto momento abandona la venganza para construir la paz junto a todos los que empiezan a seguirle (indios y blancos, outsiders buscando su trozo de tierra que reconocen en Wales a un líder y figura casi partenal), es la de aquel que se ha visto forzado a emplear la violencia contra su voluntad, en la línea del Link Jones de Man of the West (Anthony Mann, 1958).

Vertiente pacifista
Adquiere un sentido pleno e inesperado este brote de pacifisimo hacia el que bascula la historia (hasta entonces un delirio, una vomitona incontrolada de violencia, de muerte y de sangre... "el ejército de uno", rezaba la frase promocional) si situamos la película en la era post-Vietnam en la que fue escrita y realizada. El director norteamericano sintió que tenía algo que decir sobre aquello, sobre el trato que su país suele dispensar a las culturas que no comulgan con sus credos, sobre la explotación del débil, sobre la posibilidad (real) de una forma de vida alejada del sistema... de ahí la simpatía y el buen humor con que el guión se acerca a la comunidad india, de ahí la búsqueda de El Dorado en un viaje en grupo, casi comunal, hacie el oeste.

Es El fuera de la ley (1976) el segundo de los westerns dirigidos por Clint Eastwood (Space Cowboys no cuenta), al que antecede Infierno de cobardes (1973) y le siguen El jinete pálido (1985) y Sin perdón (1992). Las cuatro películas dan fe de que el cineasta siempre se ha aproximado al género con la actitud de un devoto, pero sin temor a desviarse de los cánones. En realidad, bastaría un análsis de estos cuatro westerns para observar el proceso de destilación por el que ha pasado el cine de Eastwood a lo largo de los años. Un cine cada vez más depurado, más sencillo y elegante, más poético y también más oscuro y trágico.


Curiosidades
-Clint Eastwood no mata a ningún indio en ninguno de los cuatro westerns que ha rodado. En El fuera de la ley, de hecho, son sus amigos.
-En la novela, el indio Lonie Watie es identificado como el sobrino del general Stan Watie, un cherokee de la Tierra de los Indios, el último general confederado en rendirse al finalizar la guerra.
-El filme se rodó en localizaciones naturales de Utah, Arizona y California.
-Michael Parks dirigió y protagonizó en 1986 la secuela El regreso de Josey Wales.