Cine

The Soul of a Man (2003)

Director: Wim Wenders

9 febrero, 2006 01:00

Intérpretes: Skip James, J. B. Lenoir, Beck, John Mayall, Laurence Fishburne (narrador). Guión: Wim Wenders. Fotografía: Lisa Rinzler (b/n). Sello: Karma. Duración: 103 minutos

Ni Clint Eastwood, ni Martín Scorsese, ni Mike Figgis. Dentro de los cuatro capítulos sobre la historia del blues financiados por la BBC y supervisados por Scorsese (todos ellos también en DVD), el del cineasta alemán Wim Wenders es el más conmovedor y quizá necesario, pues rescata para los anales de la historia musical las vidas de tres grandiosos bluesmen prácticamente olvidados, bien por la dificultad de conseguir óptimas grabaciones de sus temas (laguna discográfica que esta película enmienda) o bien porque la industria comercial nunca les prestó la atención debida. Los tres músicos rescatados por Wenders, que son a su vez sus bluesmen preferidos, son Blind Willie Johnson, Skip James y J. B. Lenoir. De especial interés resulta comprobar cómo el director de El amigo americano ha puesto en escena una emocionante ficción sobre la vida de Willie Jonson, músico ciego que sentó las bases del género musical (y del que se conservan apenas una decena de temas propios grabados, entre ellos el que da título al film), para trasladarnos a su momento y lugar y así convertir su experiencia en algo casi sagrado. Y es que el film busca transmitir al espectador precisamente ese contraste entre lo profano y lo sagrado que destila el blues, hijo del gospel y cuna del rock. Con material de archivo y reflexiones personales, Wenders traza con enorme sensibilidad y sabiduría musical una pequeña historia del blues a través de la figura de tres outsiders, genios y figuras, cuyos temas, a lo largo de la película, también son interpretados por varios músicos contemporáneos, entre ellos Nick Cave, Lou Reed, Beck, Lucinda Williams y T-Bone Burnett, demostrando una vez más que en el blues todo es emoción en carne viva y que, claro, la buena música nunca muere.

Escena clave: El prológo y el epílogo de la película, apuntando el alcance "cósmico" y la trascendencia del blues, dan el tono perfecto a esta apasionante película