El Cultural entrega el jueves 20 de julio, por sólo 7,50 euros, el DVD Alien, resurrección (1997), dirigida por el francés Jean-Pierre Jeunet.

Tras haberse inmolado a lo mártir en la tercera y decepcionante entrega de la saga, los creadores de Alien tuvieron que emplearse a fondo para recuperar el protagonismo de Ripley. Confiados todavía en su recorrido en taquilla, a pesar del fracaso de la película de Fincher, la solución vino dada por la comunidad científica, que andaba entonces como ahora atareada con las posibilidades reales y los riesgos éticos de la clonación. De tal modo que, por milagros de la genética, el personaje de Sigourney Weaver renace doscientos años después de su última muerte -"Te dábamos por muerta", le dice un compañero; "Me lo dicen con frecuencia", responde Ripley, acuñando así la nota de humor-, sólo que convertida en un híbrido alien-humano, pues al inmolarse llevaba en su interior la vida embrionaria del bicho.

De congéneres y filiaciones, por tanto, habla en gran medida esta cuarta parte, cuya pareja de heroínas (Sigourney Weaver y Winona Ryder) debe superar sus respectivas crisis de identidad (ninguna de las dos está contenta con lo que es o no es). El guión de Joss Whedon, sin duda el más complejo de la saga, logra simbiotizar plenamente el bien y el mal, el héroe y el antagonista, lo humano y lo inhumano, conduciendo la trama a una ambigöedad sólo rota por los prometeos de laboratorio, señalados por Jean-Pierre Jeunet como los verdaderos villanos del filme (el alien-nieto hasta inspira ternura). Alien, resurrección recupera de alguna forma a la patrulla de combatientes de la segunda parte, sólo que esta vez son piratas espaciales, bastante más interesantes que los rambitos de Cameron. El co-director de Delicatessen, aparte de llamar a filas a dos de sus actores fetiche, elevó el grado de gore estilizado y logró aportar algo de su fantasioso universo, sobre todo en la escena de los experimentos fallidos.