5 preguntas a Denis Dercourt , director de La última nota
"No tengo un punto de vista moral sobre la venganza"
21 junio, 2007 02:00La última nota, última película del francés Denis Dercourt, propone un suspense sofisticado. La historia se centra casi exclusivamente en dos mujeres. La más joven, Mélanie (Déborah François) esconde secretos deseos de venganza hacia la mayor, Ariane (Catherine Frot), una consagrada pianista que impidió cuando aquélla era una niña su entrada en el conservatorio por un arrebato de vanidad. Con estos elementos, Dercourt (que ha dirigido antes que ésta cuatro películas, ninguna de las cuales ha sido estrenada en España) hilvana un thriller psicológico de tono reposado, cuya progresión dramática se produce mediante sucesivos golpes de efecto, generando una atmósfera malsana en la que lo peor se va viendo llegar. Lo más interesante es la relación de dependencia entre las dos mujeres, que Dercourt retrata con sensibilidad y pulso. Licenciado en dos carreras y tenor de la Orquesta Sinfónica de París, Dercorut sin duda sobresale por su carácter multidisciplinar y talentoso.
1 Pregunta: últimamente, hemos visto muchas películas que nos hablan de la perversión de la venganza. Empezando por Sin perdón de Clint Eastwood, Munich de Spielberg o incluso Spider-man 3. Su película, sin embargo, no la presenta como algo negativo. Incluso se puede llegar a pensar que está justificado.Respuesta: No tengo un punto de vista moral sobre la venganza. Creo que es un arquetipo, algo que todo el mundo comprende. He estado en muchos países y en todas partes entienden esa necesidad de revancha. No hay mensaje en la película. Es como es. Lo que es seguro que el espectador sí se posiciona y acaba teniendo ganas de que esa venganza se produzca. Me he encontrado con gente a la que le parece que está bien que sea así y a otra que lo juzga negativamente. La gran diferencia entre esta película y otros que tocan un tema similar es que, al final, la pianista no sabe que lo que le ha sucedido es producto de una venganza.
2 P: En la película, los diálogos nunca definen la realidad ya que, normalmente, los personajes ocultan sus verdaderas intenciones con subterfugios o trivialidades. ¿Qué retos le planteaba?
R: Para mí, todo depende del espectador. A mí me gusta que trabaje, que se enriquezca con la historia. Los personajes no dicen más que mentiras, a él le corresponde dilucidar cuál es la verdad. Lo que detesto del cine estadounidense es esa manía que tiene de contarlo siempre todo. He basado mi película en la abstracción y el minimalismo
3 P: Abundan las ambigöedades. Por ejemplo, jamás sabemos si la joven Mélanie ha tenido algo que ver con el accidente que ha sufrido la pianista. Hay más equívocos. Como las escenas en las piscina junto al niño. La trama está llena de falsas.
3 R: Cuando escribía el guión sabía perfectamente que la gente se quedaría preguntándose qué había pasado allí. Es curioso, porque el productor pensaba que nadie lo relacionaría, incluso los actores y el equipo. Luego, todo el mundo me hace la misma pregunta. De vez en cuando, hay que introducir una pista falsa. La escena de la piscina tiene valor porque antes ha habido la de la pica, en la que sí hace algo. Una vez más, lo interesante es que el espectador sepa discernir las pistas.
4 P: El referente más obvio es Hitchcock. Por el retrato de la burguesía, Chabrol.
4 R: Por supuesto, Hitchcock es el maestro. He revisado constantemente su obra durante el proceso de hacer la película. Me ha inspirado especialmente Rebeca. Todo lo que él hace, tiene una finalidad para el espectador. Todos sus planes están hechos con una intención. Es absolutamente sobresaliente, yo lo considero el mejor director de la Historia. Respecto a Chabrol, no estoy de acuerdo. Me gustan mucho sus películas pero no pensé en él. El mundo que retrato lo conozco muy bien. Me he basado en mi propia experiencia.
5 P: Usted es músico. No parece que tenga muy buena opinión sobre ese mundo después de ver la película.
5 R: [Risas] Es cierto. Algunos colegas me han comentado alguna vez que por qué siempre los pintaba tan malos porque, además, en mi anterior película, Mes enfants ne sont pas comme les autres, el ambiente de la música quedaba incluso peor. No tengo ni idea de por qué sucede así, ya que no tengo una mala opinión en absoluto de ellos.
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