John Waters
Todo el mundo cree que conoce a John Waters. Por lo menos, todo el mundo cool de la cultura basura, que ha visto una y otra vez sus películas, desde la mítica Pink Flamingos a la más reciente Los sexoadictos, e incluso rarezas primigenias como Multiple Maniacs y otras de sus primeros tiempos... Pero ahora hemos descubierto no solo al Waters comediante, con su espléndido one man show, que nos ha dejado con la boca abierta, sino también al escritor. Porque sus brillantes monólogos, capaces de resucitar a un muerto con su ingenio y verborrea imparables, no son sino una puesta en escena -espléndida, eso sí- del mismo mundo que ha sabido también poner por escrito en sus, hasta ahora, tres libros de artículos, ensayos y entrevistas (a los que hay que sumar, claro los guiones de sus filmes y otras rarezas): Crackpot (publicado en España como Majareta), Shock Values, y el todavía reciente y muy caliente Role Models.Con Role Models bajo el brazo, bien oculto en su impresionante chaqueta Comme des Garçons con estampado de calaveras y flores en blanco y negro, tan más allá del buen y del mal gusto como el propio Waters, el cineasta de culto y rey del Trash, ha preferido hablar con nosotros de su carrera literaria, su amor por la escritura y por qué todavía no nos ha sorprendido con una novela.
Pregunta.- ¿Qué es lo le ha impulsado a convertirse en escritor?
Respuesta.- En realidad eso es lo que soy: escritor. Siempre he escrito los guiones de mis propias películas, así que no es raro que al final acabara escribiendo para revistas y, finalmente, escribiendo libros. Escribo todos los días, desde las ocho de la mañana hasta la hora de comer. Tomo notas y escribo todo tipo de ideas, en miles de fichas. Unas cosas van a los guiones de cine, otras a los artículos y otras a mis monólogos, pero a menudo se intercambian y sirven para cualquiera de las tres cosas, o para todas ellas.
P.- ¿Por qué escribir?
R.- Supongo que me gusta contar cosas continuamente, por eso también soy cineasta. Contar historias. Historias, por cierto, reales. Llegó un momento en que me cansé de contárselas siempre a los mismos amigos, matándoles de aburrimiento con las mismas anécdotas una y otra vez, así que decidí que quizá podría contárselas a desconocidos. Y eso hago en mis libros.
P.- Personalmente, admiro mucho su trabajo como cineasta, pero debo reconocer que sus libros me gustan incluso más...
R.- Muchas gracias. Lo cierto es que escribir es algo que siempre he hecho. Era lógico que acabara escribiendo para las mismas revistas que me gusta leer, como Rolling Stone o Playboy... Últimamente también me han pedido prólogos para libros de otros autores, como las Memorias de Tennesse Williams, y de ahí ha salido también el capítulo que le dedico en Role Models.
P.- ¿Piensa en qué tipo de lector compra y lee los libros de John Waters?
R.- Cuando escribo siempre pienso en el lector. Y pienso que tengo un lector muy inteligente, que no necesita que le den las cosas mascadas. No me gusta dar explicaciones, ni excusas, creo que lo que cuento habla por sí solo y sobran las explicaciones. Doy por supuesto que mi lector sabe perfectamente lo que estoy diciendo y en qué sentido empleo el humor negro y la ironía, sin necesidad de recordárselo constantemente.
P.- Role Models es acerca de las personas que le han influido a lo largo de su vida...
R.- Gente muy diferente a mí, como Johnny Mathis, por ejemplo, pero que cambió mi vida simplemente con su forma de ser, con su capacidad para ser lo que querían ser, como Tennesse Williams...
P.- Sin embargo, uno de los capítulos más conmovedores es el dedicado a Leslie Van Houten, una de las chicas Manson, que todavía sigue en prisión...
R.- Uno de los motivos para escribir este libro fue precisamente ese, contar la historia de Leslie, que efectivamente es culpable del asesinato de la familia La Bianca, pero que lleva en prisión más tiempo que la mayoría de los criminales de guerra nazis. Es amiga mía, y cuento cómo realmente ha cambiado, cómo se ha redimido... Aunque sabe que es culpable y eso no puede cambiar. Sin embargo, creo que merece la libertad bajo palabra, y se la siguen denegando una y otra vez, a pesar de las declaraciones a favor de psicólogos y autoridades, a pesar de que tendría trabajo al salir y se vería reinsertada de inmediato, solo por el hecho terrible de que su crimen es famoso. Ella está pagando la fama de Charles Manson, sin duda uno de los locos más terribles del siglo XX.
P.- Sin embargo, su cine y algunos de sus artículos, están llenos de fascinación e ironía sobre los asesinos en serie...
R.-Es cierto. Me interesa mucho el fenómeno y, sobre todo, como impacta en la sociedad. La prensa amarilla, que es abominable, con sus juicios paralelos y condenas gratuitas y que a la vez necesita a estos criminales... No creo que haya nada sobre lo que no se pueda bromear, ni siquiera el 11-S. Pero reconozco que ver de cerca a la familia de las víctimas, conocer a Leslie y ver su condena día a día, ver todo el sufrimiento que provoca un crimen como el de Manson... te cambia la perspectiva. En cierto modo, este artículo es una forma de pedir excusas por haber bromeado demasiado con el tema. No porque me arrepienta, sino porque ahora conozco su enormidad. Es algo sobre lo que no se puede ser justo, pero sí creo que se pueden remediar algunas consecuencias, y que ya es hora de que Leslie tenga una segunda oportunidad. Espero que el libro también ayude a ello.
P.-Johnny Mathis, Little Richard, Tennesse Williams, cineastas porno, camareras de bares gays de Baltimore... Son los personajes de Role Models. Son reales, pero parecen inventados por John Waters... ¿Es por eso por lo que no escribe ficción?
R.- No, no... Me encanta la ficción, creo que la novela es la gran literatura de verdad, pero tengo que confesar que tengo un problema: cuando pienso en una historia de ficción siempre lo hago en forma cinematográfica. La divido en tres actos, la pienso en términos de planos y secuencias, como un guión, y no sé si sería realmente capaz de escribir una novela.
En un Hollywood mediocre y conservador, que ya no tiene hueco para el cine de John Waters, o al menos eso parece, la literatura se ha convertido en su Plan B. Y lo cierto es que el otro Waters, el escritor, no tiene nada que envidiar al cineasta. Todo lo contrario, es una reedición posmoderna y filthy -trash ya no nos vale- del ingenio elegante y el sentido común, la lucidez y savoir faire de un Oscar Wilde o un Mencken, disfrazado de entrañable villano de Serie B y cineasta underground de culto. No sé si finalmente John Waters escribirá o no una novela, pero Role Models es, sin duda, uno de los mejores libros de los últimos años, obligatorio no solo para quienes ya eran fans del director de Pink Flamingos, sino, sobre todo, para quienes no sabían que existe este otro John Waters: un escritor de primera línea.