Disney y Pixar se mimetizan. Ni unos se pasan la vida entre castillos, princesas y dragones ni otros son ya los únicos propietarios de la vanguardia en la animación aunque, para los críticos, Pixar sigue siendo la reina. Junto con Disney, aliados en una misma compañía aunque con distinto catálogo de películas, ambas casas han entrado en una dinámica de igualación. Si DreamWorks triunfa imitando el estilo de sus mejores trabajos, ¿por qué Disney con su división de animación no iba a ofertar proyectos de calidad, rodeados la última tecnología? Con Enredados, abrió la puerta a proyectos digitales que actualizaban dignamente su filia por los viejos cuentos de hadas. Sin embargo, con ¡Rompe Ralph!, que se estrena en diciembre en España, se une al post-modernismo nostálgico y referencial, homenajeando el mundo de los videojuegos de ocho bits adheriéndose además a la tendencia a la desconstrucción del villano de opereta que parece infectar el mundo de la animación con referentes como Gru, Mi villano favorito (2010) o Megamind (2010). Así, la nueva película narra la vida de Ralph, protagonista de un juego en el que tiene que romper todo lo que puede y derriba casas con sus puños. Sin embargo, tras 30 años haciendo lo mismo, está cansado no sólo del juego, sino de ser el malo que todos quieren eliminar.



Y mientras Disney se expande con un proyecto que no desentonaría en el muestrario de la propia Pixar, ésta no quiere perder comba y propone otra historia de fantasía y espada al uso con Brave (2012) no vaya a ser que la falta de una secuela de Shreck o Cómo entrenar a tu Dragón deje parte de la taquilla veraniega sin recaudador. Con ésta y otra secuela de sus viejas glorias, esta vez de su éxito Monsters S.A.(2001), sobrelleva su reciente fuga de cerebros hacia la industria de imagen real. Dos de sus grandes talentos, Brad Bird y Andrew Staton, se estrenaron en el celuloide dirigiendo grandes blockbusters del año pasado. Mientras tanto, Pixar no deja de buscar el punto de vanguardia para que el constante acoso y derribo de las muchas compañías que han tomado su ejemplo no le quite ni un centímetro del trono que ha construido píxel a píxel. Entre sus nuevos proyectos está El buen dinosaurio, una distopía que propone un mundo en el que los grandes reptiles no se hubieran extinguido, y otras dos películas aún sin título definitivo. Una trata sobre la fiesta mexicana de "El día de los muertos" en la que el director de Toy Story 3 se encarga de acercar a la compañía a terrenos más oscuros y terroríficos dada la reciente proliferación animada de obras como El alucinante Mundo de Norman, Hotel Transylvannia o FrankenWinnie. La otra trata de explorar la mente humana desde dentro. Un trabajo muy ambicioso comandado por Pete Docter, director de la prestigiosa UP (2009) y guionizado por el ganador de Oscar Michael Arndt.