Ben Affleck en el momento de recoger el Globo de Oro al mejor director. Foto: AFP
No deja de ser curioso que dos películas tan fantásticas pero al mismo tiempo con conclusiones tan distintas como Argo y Zero Dark Thirty se hayan disputado el cobre. Mientras Ben Affleck nos muestra un triunfo incontestable de la CIA, la liberación de unos rehenes "fantasma" en la crisis de la embajada en Irán durante los 70 haciéndoles pasar por miembros de un equipo de rodaje, la película de Bigelow nos muestra un éxito mucho más discutible de la misma agencia, la aniquilación de Bin Laden utilizando torturas y métodos siniestros en uno de los episodios más lamentables de la reciente historia de Estados Unidos. Ha ganado, pues, el nacionalismo. Y la CIA repite en la serie Homeland, la mejor del año, aunque a eso iremos más tarde.
Hay quien no entiende que una película como Intocable no haya sido ni siquiera nominada al Oscar y haya perdido frente a Amor en la categoría de mejor película extranjera. Es fácil de entender, Intocable es, de hecho, la mejor película de Hollywood del año pasado y tras el éxito de otro filme galo como The Artist en 2012, estaba claro que este año tocaba barrer para casa. Y eso que Francia también ha vuelto a ser protagonista con el muy discutible premio que se ha llevado Los miserables, la otra gran triunfadora de la noche en la categoría de mejor película de comedia o musical, ambientada en ese París "americanizado" de Tom Hooper. Nada que objetar al premio a la mejor secundaria para Anne Hatthaway, que está sencillamente espléndida en esta película y Hugh Jackman (mejor actor de comedia o musical), quien hace lo que puede en una película fallida.
A pesar del triunfo de Argo, los Globos de Oro han dejado la jugada lo suficientemente abierta como para que en la noche de los Oscar pueda pasar cualquier cosa. Daniel Day-Lewis, ese actor prodigioso, ha ganado por hacer de Lincoln poniendo la partida muy difícil a Joaquin Phoenix, que era el favorito por The Master entre otras cosas porque lo han nominado tres veces y nunca ha ganado. Jessica Chastain está viviendo un momento de esplendor tras el éxito de El árbol de la vida o Take Shelter y su premio por Zero Dark Thrity corrobora su talento y su apuesta como actriz de lujo en proyectos de calidad. Una pena, desde luego, que Naomi Watts haya perdido por Lo imposible aunque aún se pueden cruzar los dedos de cara a los Oscar.
Aún no hemos visto en España El lado bueno de las cosas, película que salió de Toronto como la favorita de este año para todo tipo de premios y cuyas posibilidades han ido perdiendo gas a medida que han pasado los meses. Al final, solo se ha llevado el Globo para Jennifer Lawrence, esa joven actriz con una carrera fulgurante que deslumbró con su debut en Winter's Bone, se comió la taquilla con Los juegos del hambre y ahora comienza a cosechar premios con su nueva película junto a Bradley Cooper. Los Globos de Oro como mejor actor de reparto (Cristoph Waltz) y guión original a Django desencadenado, la nueva película de Quentin Tarantino que llega este viernes a la cartelera, en este sentido, parecen más un premio de consolación que otra cosa aunque redundan en ese carácter repartido de los premios.
Los Globos de Oro también premian a la televisión, cosa que han hecho siempre pero que en estos tiempos en que las series arrasan cobra un especial significado. Homeland no es solo la serie favorita de Obama, también es un boom mundial y, de nuevo, nos vuelve a contar los entresijos de la CIA con un tono a medio camino entre el de Bigelow y el de Affleck, es decir, con parte de crítica pero sin los entusiasmos de Argo. Finalmente, Girls, de la veinteañera Lena Dunham, que además de crear y escribir protagoniza la serie, ha superado la categoría de éxito televisivo para convertirse en un fenómeno sociológico.