Image: Atiq Rahimi: En mi película hay esperanza para las mujeres afganas; en el mundo, no

Image: Atiq Rahimi: "En mi película hay esperanza para las mujeres afganas; en el mundo, no"

Cine

Atiq Rahimi: "En mi película hay esperanza para las mujeres afganas; en el mundo, no"

El escritor y director afgano estrena hoy su película La piedra de la paciencia, basada en su novela homónima y ganadora del Goncourt en 2009

6 septiembre, 2013 02:00

El director Atiq Rahimi estrena este viernes su película La piedra de la paciencia. Foto: El Mundo

Aunque ejemplos no faltan, no son muchos los escritores que logran pasar a la dirección de cine con éxito. Atiq Rahimi (Kabul, 1962) lo ha hecho dos veces, la última con La piedra de la paciencia, en la que adapta su propia novela, ganadora del premio Goncourt en 2009. La película, ambientada en un país de Oriente Medio en guerra que sirve como trasunto al Afganistán natal del autor, narra las confesiones de una mujer joven a su marido, un destacado guerrero que yace en coma y al que cuida en su casa tratando de sortear las bombas y no desatender a sus dos hijos. A partir del largo soliloquio de la joven, descubrimos los secretos de un matrimonio de conveniencia en el que nunca ha habido amor y la tragedia de un país devastado por la barbarie. Su amistad con una tía suya de ideas liberales y la relación con un joven soldado serán sus vías de escape.

Pregunta.- ¿Por qué decidió adaptar su propia novela?
Respuesta.- No es la primera vez que he hecho semejante barbaridad. Ya Tierra y cenizas fue una adaptación de mi primera novela. Me gusta hacer esto. Desde luego es difícil no repetirse. Pero lo que me interesa es ver qué puede revelar de una historia el cine que no puede hacer las novelas, y al revés. Por este motivo al principio siempre me resisto. Lo rechazo, pero en fin, después me puede la curiosidad. Además tengo a unos productores muy insistentes.

P.- ¿Cree que el cine le permite seguir profundizando en lo que quiere contar?
R.- Yo no diría profundizar. Insisto, quiero encontrar otra dimensión a los personajes, conocerlos mejor, ¡darles otra oportunidad!

P.- La situación de las mujeres es un tema esencial. ¿Cree que hay esperanza para ellas en Afganistán?
R.- En mi película sí la hay, en la sociedad en general, no está nada claro ya que la situación de las mujeres depende de la situación de eso. Mientras continúe prevaleciendo el oscurantismo, la guerra, el terror y la corrupción, ¡no!

P.- Vemos la guerra desde la experiencia íntima de la protagonista y cómo afecta en todos los órdenes de su vida. La vida y la muerte cobran una dimensión distinta.
R.- La guerra es un catalizador, revela todos los demonios escondidos en un ser humano, incluidos los animales. Y eso sucede por una sola razón: estamos frente a frente con la muerte.

P.- Nunca sabemos cuál es el conflicto ni cuál es su "razón". ¿Quería subrayar lo absurdo de todas las guerras?
R.- No soy un geopolítico para analizar una guerra. De hecho, eso no me interesa en absoluto. Quiero mostrar las consecuencias que tienen en nuestro mundo interior, sobre nuestras relaciones, nuestros cuerpos, nuestros deseos...

P.- La metáfora da la piedra de la paciencia nos habla del poder de nuestros secretos. ¿Cree que contarlos es una forma de liberación?
R.- No hay más que secretos. Esta es una película sobre la palabra. El enigma es si uno debe decir o no decir. En un país como Afganistán, donde la religión y la política se entrometen constantemente en la vida de la gente, en particular las mujeres, la palabra, expresarse, se convierte en una cuestión existencial. Shams, maestro de Rumi, decía lo siguiente hace diez siglos: "No seríamos aptos para hablar, Si solamente pudiéramos escuchar!, ¡Hace falta decirlo todo! ¡ Y escucharlo todo! Pero Nuestras Orejas están cerradas, Nuestros labios están cerrados, Nuestros corazones están cerrados". Esto, por desgracia, no solo pasa en Afganistán, pasa en todas partes, muy especialmente a las mujeres.

P.- Hay una escena muy bella del encuentro de la protagonista con su amante en la que el soldado le muestra sus heridas. ¿Quería hablar del valor de la ternura?
R.- Otro poeta decía: "Ser o no ser, De eso se trata, Pero el amor me ha enseñado que yo existo, El amor, la palabra, me ha enseñado a vivir".