El periodista mira a la cámara y fuma un cigarrillo con ansia, con la misma avidez que define su paso por el mundo. Mirar, ver y contar. Estas son las acciones que marcaron la biografía de Chaves Nogales, un escritor mayúsculo condenado al ostracismo durante décadas y cuya figura se ha ido recuperando con el esfuerzo de un pequeño grupo de intelectuales, los mismos que descubren al personaje en el documental Chaves Nogales, el hombre que estaba allí, que dirigen Daniel Suberviola y Luis Felipe Torrente. La iniciativa, que ahora se presenta en festivales y que ha iniciado una campaña de crowdfounding para publicar un libro paralelo con cartas inéditas del sevillano, refleja la peripecia de un hombre que militó en su propio bando cuando en España estaba rajada en dos mitades.



El mediometraje recorre sus comienzos tempranos en la prensa, cuando logró a los 18 años el cargo de director en el noticiario sevillano, y su pronta disposición para tener el mundo como terreno de acción. Continúa con su fascinación por los aviones y con el paso de personaje a persona, con su firmeza y su libertad a la hora de opinar y con su entrega al oficio periodístico. "Mamá nos decía simplemente: 'Papá no está aquí'", confiesa su hija en un momento de la película. Porque su padre estaba en todo lo que sucedía en su tiempo: en la España fraticida del 36, en la Rusia bolchevique, en la Italia fascista, en la Alemania nazi, en un París agonizante o en el Londres envuelto en llamas de la Segunda Guerra Mundial. Para contar todos estos horrores, Chaves, como señala Muñoz Molina en la película, presumió de una independencia inusitada: "En julio del 36 publica un editorial condenando los crímenes de ambos bandos... mantuvo una claridad mental y una elegancia de estilo... No se deja llevar ni por el terrorismo ni por el fanatismo. No le interesa la guerra porque sabe que el resultado iba a ser una dictadura comunista o fascista. ¡Es de un coraje!", exclama el novelista, uno de los entrevistados en el documental junto a Pilar Chaves Jones, María Isabel Cintas, Andrés Trapiello y Jorge Martínez Reverte.



Los documentalistas publicarán a través de un proyecto de crowdfounding en libros.com la obra junto a un volumen con las entrevistas completas, que irán entrelazadas con cartas inéditas a su familia escritas durante sus últimos años de vida, cuando desde Inglaterra Chaves retransmite a toda América Latina las noticias de la Guerra, cuando exige a su hija que queme todos los papeles porque "los alemanes vendrán".



"Si encontramos suficientes apoyos editaremos el libro papel. Tenemos que recuperar la inversión que hicimos para el documental ayudados por una pequeña cantidad del Centro de Estudios Andaluces. Más adelante, veremos si hay alguna televisión interesada en retransmitir esta versión o, quizás, una más amplia", expone Luis Felipe Torrente, que confiesa, como muchos de nosotros, haber llegado tarde a la figura de Chaves Nogales: "Me puse a leerlo y descubrí no sólo una obra que ignoraba casi completamente sino a un escritor de primera, a un periodista moderno, a la altura de los mitos de la profesión, pero del que nunca escuché hablar en cinco años de carrera en Periodismo. Pensamos: esto hay que hacerlo ya. Lo que nos movió fue comprender cómo era posible que un autor de su categoría hubiera estado olvidado durante 60 años. Su único libro en catálogo era el Juan Belmonte, ¿Qué había pasado?", se preguntaban.



La respuesta, ampliamente abordada en el documental, es en verdad simple: su perfil nunca interesó a los de derechas ni a los de izquierdas. Y, en cambio, Chaves no dejó de estar en todas partes. Por ello, Torrente buscó al periodista en cabeceras antiguas, en fotografías y en manuscritos y se lanzó también a la caza de un documento audiovisual: "Sospechábamos que, habiendo vivido en Madrid durante los años 20, cuando funcionaban los noticieros audiovisuales, Chaves debía aparecer en algún acontecimiento. Comparamos lo que publicó en las páginas de los periódicos con las noticias", rememora el entusiasta director, que pasó días en la Filmoteca y revisando el archivo Pathé. No encontraron nada. Sin embargo, finalmente fue en YouTube donde pudieron ver al periodista en movimiento por primera vez. En un vídeo publicado por la Casa Museo de Alcalá Zamora, donde habían aparecido unas bobinas de su toma de posesión como presidente, se veía Chaves aplaudiendo como loco con su inconfundible pajarita. "No iba de periodista sino de ciudadano implicado con la República. Para él aquel momento significó ver un sueño cumplido", recuerda Torrente.



Respecto a los inéditos, las misivas enviadas a su familia con seudónimo para que no fueran interceptadas, en ellas el lector encontrará a un hombre que se busca la vida como puede en Londres, que envía dinero a su familia, de la que se separó cuando entraron los nazis en París, que añora a una hija, Juncal, a la que no conocería nunca y de la que demanda información. "Las cartas reflejan el dolor de muchos exiliados. En eso Chaves Nogales no es una excepción", amplía el director, que incluirá también el texto necrológico original que escribió el periodista Antonio Soto y que leyó en el servicio de la BBC para América Latina. El obituario es de una tristeza terrible, pues recoge algunos entrecomillados de los últimos días de Chaves, que lamenta estar muriéndose justo cuando los aliados iban a entrar en Normandía, un hecho histórico que, de haber gozado de salud, él mismo le habría contado al mundo. Lo dice Muñoz Molina en el documental, lo que le sucedió a Chaves es de una injusticia incurable.