Image: El boom del young adult seduce a los cineastas

Image: El boom del young adult seduce a los cineastas

Cine

El boom del young adult seduce a los cineastas

R.J. Cutler, director de Si decido quedarme, y Kevin MacDonald, de Mi vida ahora, hablan sobre el fenómeno de la novela adolescente

2 octubre, 2014 02:00

Fotograma de Si decido quedarme, de RJ Cutler.

En Young Adult, una joya de Jason Reitman de hace tres años, Charlize Theron interpreta a una escritora de novelas para "jóvenes adultos", fenómeno editorial sajón exportado a España que se refiere a esas novelas escritas para adolescentes que abordan sus temáticas muchas veces desde una perspectiva fantasiosa. La película, a rescatar, ironiza de forma muy graciosa sobre la tendencia actual a alargar eternamente la juventud a partir de la figura de una escritora cuarentona sin prestigio pero muy vanidosa empeñada en comportarse como la protagonista de una de sus historias. La multimillonaria saga Crepúsculo ha sido hasta la fecha el éxito cinematográfico más conocido de una ola que también incluye la no menos triunfal serie de películas sobre Los juegos del hambre.

Vampiros en una, apocalipsis en la otra, al young adult le gusta crear escenarios irreales para recrear historias eternas sobre la dificultad de abrazar la edad adulta, el primer amor o el descubrimiento del mal.

El fenómeno sigue imparable y surgen directores que están dispuestos a darle una nueva vuelta de tuerca. Acaba de estrenarse Si decido quedarme, en la que el documentalista y productor cinematográfico R.J. Cutler (The September Issue) adopta sus convenciones para darle un toque indie a partir de la historia de una chica que sueña con ser violoncelista y cae en un profundo coma. En la vigilia entre la vida y la muerte, la protagonista, Mia (Chloe Grace Moretz), es capaz de salir de su propio cuerpo y ver lo que pasa con sus seres queridos. El 10 de octubre, el británico Kevin MacDonald estrena Mi vida ahora, en la que otra estrella juvenil, Saoirse Ronan, da vida a una adolescente problemática y atormentada que un verano descubrirá el amor mientras el mundo se cae a pedazos cuando estalla la tercera guerra mundial.

Fotograma de Mi vida ahora, de Kevin MacDonald.

"Leí la novela y me conmovió muy profundamente", explica RJ Cutler, "es una novela sobre adolescentes pero trata temas adultos de una manera totalmente adulta: la idea del arte, la familia, las decisiones que tomamos, la importancia de las personas que queremos, la manera en que nos enfrentamos al amor o el sentimiento de pérdida. Todo ello en el marco de la música lo hace aún más excitante". Kevin MacDonald, por su parte, explica: "Mi vida ahora fue una novela recibida en Inglaterra como una pequeña obra maestra. La leí y me pareció bonita y original, la novelas young adult tienen una emoción que muchas veces le falta a la literatura adulta, que es más fría y racional. El mundo de los adolescentes tiene esa inmediatez, esa grandiosidad de sentimientos porque es una época en la que sientes las cosas de una manera muy intensa. De mayores nos protegemos y la juventud tiene esa cosa maravillosa de que vives tus sentimientos hasta el límite".

Para ambos cineastas fue importante apartarse de los aspectos más superficiales que muchas veces asociamos a este tipo de historias y dar un paso más allá. Explica Cutler: "Existía la posibilidad de darle un toque más fantasioso a la película y potenciar el aspecto sobrenatural. Mi intención era hacer la película lo más realista posible, con los pies en el suelo. Lo que me interesaba era contar una gran historia de amor sin ocultar lo difícil que también es enamorarse. Se trata de crear una historia humana, no una película de fantasmas". MacDonald se muestra un poco más beligerante: "Uno de los motivos por los que quise hacer esta película es porque me fastidia profundamente la manera en que los adolescentes son retratados por Hollywood. Tenemos el elemento apocalíptico y a unos chavales pero se trata de hacer lo contrario a lo que haría la industria americana. Ser joven no es un chollo ni una juerga constante, a partir de esa protagonista vemos lo difícil que es crecer".

Como hemos señalado, ambos filmes están recorridos por una historia de amor, una de esas historias de amor precoces que marcan nuestra vida de manera profunda. Dice MacDonald: "Nunca había contado una historia de amor y es algo que siempre quise hacer. La película habla de la capacidad redentora del amor. Al principio esa chica se nos hace antipática, ella es profundamente infeliz. Es una de esas adolescentes oscuras que todos conocemos. Poco a poco el amor la irá cambiando". RJ Cutler apunta en una dirección muy parecida: "Vemos la dificultad para descubrir lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas. Mia acaba descubriendo que el verdadero amor puede salvarte porque al final somos los que amamos. En la adolescencia sucede algo brutal y es que es un momento en el que teniendo muy poca experiencia tomamos decisiones que marcarán el resto de nuestra vida".

El elemento fantástico del filme juega roles muy distintos. MacDonald, al que también conocemos por películas como Tocando el viento (1997), se sentía especialmente atraído por rodar una película apocalíptica: "Existe un motivo por el cual hay tantas películas sobre el fin del mundo y es que el cine capta las ansiedades del momento", explica el director. "El mundo está hecho un desastre y es un momento de gran confusión. Hace tiempo que quería tratar este tema no en una gran ciudad y con alarde de efectos especiales, eso de edificios en llamas y grandes maremotos, sino desde el campo. Creamos un mundo idílico y pastoril en el que la naturaleza muestra su faceta más hermosa. Después vemos la parte más oscura y rodamos de otra manera, de una manera mucho más rígida con los colores más apagados. Toda la película puede verse como una metáfora de las emociones de la protagonista y, en cuanto ese amor entra en colisión con la civilización, peligra en parte porque ellos son primos y eso es algo que la sociedad acepta a regañadientes".

Para Cutler el aspecto fantástico revierte una significación mucho más simbólica para convertirse casi en un McGuffin: "Lo interesante es el aspecto espiritual, no sobrenatural. El filme aborda el misterio de la vida y el milagro de su existencia. En este sentido, la música pone el alma y el corazón la historia". Son hermosas esas imágenes en las que el folk americano cobra su sentido cuando vemos a familias enteras cantando.