Amama de Asier Altuna

Jornada poco inspirada en la sección oficial del Festival de San Sebastián. Amama de Asier Altuna quiere ser moderna y rustica pero es pretenciosa y políticamente correcta. Por su parte Eva no duerme del argentino Pablo Agüero es un filme muy personal sobre el devenir del cadáver de Evita Perón y en último término, fallido

Una jornada poco inspirada en San Sebastián se tradujo en dos películas con financiación española que pasaron más bien sin pena ni gloria. Amama, de Asier Altuna, trata sobre una familia vasca que ha vivido durante generaciones en un caserío manteniendo sus ancestrales ritos. Tienen tres hijos, uno de ellos se marcha, el otro es medio memo y la protagonista es una artista que se debate entre sus raíces campestres y sus inquietudes urbanitas y cosmopolitas. En medio, un padre tiránico que observa cómo se derrumba el mundo que ha vivido sin remedio y una anciana (la amama) que sirve como puente entre unas generaciones y otras.



Quiere ser Amama la "gran película" sobre el éxodo vasco del campo a la ciudad, la elegía sobre una forma de vida que se acaba y un canto al diálogo entre tradición y modernidad. Lo cuenta Altuna con un tono que podríamos definir como poesía de telefilme, pues al mismo tiempo que quiere mostrarse lírico y trascendente tampoco acierta a explicar su historia de una manera que no sea absolutamente convencional. Amama le pone una vela a todos los santos, quiere ser moderna y rústica, mirar al pasado y al futuro, y lo que queda es una película pretenciosa y políticamente correcta que acaba defendiendo un esencialismo telúrico que, reconozco, me saca de quicio.



Eva no duerme de Pablo Agüero

Recibida con malas críticas por doquier, Eva no duerme, de Pablo Agüero cuenta el devenir del cadáver de Evita Perón, que estuvo más de 25 años dando tumbos por el mundo sometida a todo tipo de tensiones políticas. Esto lo cuenta Agüero con una película austera con un aire casi macabro en el que distintas escenas reproducen los consecutivos estadios por los que pasó el cuerpo del mito. Mezclando imágenes reales de archivo con pequeñas piezas de ficción que se quieren significativas sobre la historia de Argentina (el drama nacional por la muerte de Evita, la dictadura o el regreso del cuerpo), Eva no duerme es una película forjada con una sana ambición de ser nueva y distinta con algunos momentos de interés como esa lucha entre el viejo mercenario y el joven soldado. Con un aire tétrico que por momentos tiende al sopor, es un filme muy personal y en último término, fallido.



@juansarda